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Alexander Stubb, presidente de Finlandia: “Que a Trump se le agote la paciencia con Putin invita al optimismo”

El mandatario defiende la estrategia del palo y la zanahoria del republicano y ve a Ucrania “en mejor posición que nunca desde el inicio de la invasión”

Alexander Stubb presidente Finlandia
Ignacio Fariza

El presidente finlandés, Alexander Stubb (Helsinki, 57 años), ha estado de mudanza, y el cambio ―temporal: su residencia oficial está de obras― no le ha venido mal del todo. Desde la sala adyacente a su despacho, en Munkkiniemi, una de las zonas más bonitas y privilegiadas de la capital, se ve agua ―mucha agua―, árboles ―muchos árboles― y preciosas casitas unifamiliares. Allí pasó su infancia y allí vuelve, coyunturalmente, años después.

Entremedias, el mandatario conservador lo ha sido prácticamente todo en la política del país nórdico: diputado, eurodiputado, ministro de Exteriores, de Finanzas y de Asuntos Europeos, primer ministro y, ahora, jefe del Estado. Dejó la política hace ocho años y prometió que nunca volvería. Pero lo hizo, una decisión que él justifica en el regreso de Rusia como amenaza: se presentó a las presidenciales en febrero de 2024 y ganó por un puñado de votos. Casi dos años después, es uno de los pocos líderes europeos con hilo directo con la Casa Blanca.

“Ucrania está en mejor posición que nunca desde el inicio de la invasión. El apoyo militar y financiero es, hoy, particularmente fuerte. Y quien pensara que habría fatiga de guerra o que la Administración estadounidense se desvincularía, está equivocado. El presidente [Donald] Trump empezó con incentivos para [Vladímir] Putin y, al ver que eso rara vez funciona con los rusos, ha pasado a la etapa del castigo. De la zanahoria al palo. Ahora la cuestión es cuán grande será el palo“, defiende en conversación este martes con EL PAÍS y un puñado de grandes medios europeos.

Su figura no es ni mucho menos protocolaria: en el sistema político finlandés, el presidente es el jefe de las Fuerzas Armadas y lidera la política exterior en estrecha colaboración con el primer ministro, el también conservador Petteri Orpo. Y, en la coyuntura actual, la voz del país nórdico tampoco es menor: su frontera con Rusia es la mayor de Europa.

“Putin empieza a sentir la presión. Su economía no va bien”, subraya el presidente finlandés. “Y, en términos de estrategia militar, Rusia ha fracasado en todos sus objetivos: no ha podido negar la independencia y soberanía de Ucrania, no ha avanzado más del 20% en el territorio ucranio y se ha aislado”.

Stubb no disimula una sonrisa tras la cumbre de la ONU, de la que vuelve con un convencimiento: es “pronto”, dice, para dar por muerto al multilateralismo. “Vamos en una mejor dirección en Ucrania. La comunicación de Trump hacia Rusia en las últimas dos semanas es motivo de optimismo. Que se haya reunido con [Volodímir] Zelenski en Nueva York y que haya hecho promesas sobre equipamiento militar también es motivo de optimismo. Y que Trump esté perdiendo la paciencia con Putin”.

La gran incógnita, abunda, es cómo reaccionará ahora Moscú: “Si yo estuviera en el Kremlin, me estaría preguntando si la estrategia fue la correcta o no”.

El segundo vector de su optimismo tiene que ver con el futuro uso —todo apunta a que ahora sí— de los activos congelados a Moscú para rearmar a Ucrania. “Estamos operando de una forma muy creativa, que creo que va a funcionar: entregar el dinero como un préstamo sin intereses a Ucrania y, si Rusia nunca paga reparaciones de guerra, ese dinero se convertiría, básicamente, en una donación”.

Envía, asimismo, un mensaje a Trump, con quien no oculta su buena sintonía: “Hay que convencer a Estados Unidos de que no solo merece la pena defender a Europa, sino de que, si quiere retener su condición de superpotencia, y estoy seguro de que sí, la OTAN es el lugar para hacerlo”.

Las recientes violaciones del espacio aéreo de varios países europeos, entre ellos Polonia y Rumania, y los enjambres de drones en otros más alejados de Rusia, como Dinamarca, indican que el apoyo a Ucrania “no es unidireccional”. “Es algo que la gente debe entender: en este momento, el ejército más experimentado y moderno de Europa está allí. Los ucranios tienen mucho que enseñarnos, por ejemplo, sobre cómo enfrentar drones”, defiende Stubb, que pide abiertamente acelerar en la integración de Ucrania en la UE y en la OTAN: “Cuanto antes, mejor”.

Desde la experiencia de quien lleva años sufriendo este tipo de episodios y a quien las circunstancias obligaron a solicitar su adhesión a la OTAN hace poco más de dos años, el presidente finlandés envía un mensaje de “calma” a sus aliados: “Analizar y disuadir lo mejor que podamos. No entremos en pánico, y reaccionemos y actuemos cuando sea necesario”. Constata, eso sí, un cambio —quién sabe si irreversible— en los tiempos. “A diferencia de lo que creíamos en 1989 [tras la caída del muro de Berlín], la paz eterna, los campos verdes y los arcoíris no eran para siempre“.

Guiño al Sur Global

Convencido de que el Sur Global será, básicamente, “quien decida el marco del próximo orden mundial”, Stubb invita a los países emergentes, hasta ahora neutrales o directamente aliados del Kremlin, a sumarse a la presión sobre Moscú. “Rusia no pondrá fin a este conflicto por voluntad propia: lo hará cuando sus objetivos estratégicos hayan fracasado. Así que cualquier presión internacional, venga de Sudáfrica o de Brasil, es bienvenida”. O de Pekín: “Hace un año que bastaría una llamada telefónica del presidente Xi Jinping a Putin para terminar esta guerra. Por supuesto, no es tan simple, pero no deberíamos subestimar el papel de China para forzar a Rusia a poner fin al conflicto”.

El presidente finlandés mira, también, a Asia Central. “Países como Kazajistán y Uzbekistán no observan precisamente con tranquilidad este nuevo imperialismo ruso. Azerbaiyán está cambiando su dirección estratégica hacia Occidente y, especialmente, hacia Estados Unidos después de que el presidente Trump lograra finalizar un acuerdo de paz...”, deja caer. “Hay mucho movimiento”.

"Israel, como Rusia, ha violado el derecho internacional"

Algo se mueve, también, en la posición de Finlandia sobre Gaza. "Israel ha estado violando el derecho internacional, al igual que Rusia, y ha ido demasiado lejos, como Rusia", reconoce Alexander Stubb, abriéndose así a un giro en el país nórdico que más tímido ha sido con esta cuestión. "Soy cautelosamente optimista con la situación en Gaza en este momento, debido al trabajo realizado por los estadounidenses junto con los Estados árabes para encontrar una solución. El reciente plan de paz es un paso adelante y recoge muchos elementos positivos de lo que podría ser una solución", confía.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.
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