Israel recrimina a Sánchez la “vergüenza” de la cancelación de La Vuelta y le acusa de animar a los manifestantes
El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, sostiene que “la turba propalestina escuchó los mensajes incitadores”
El ministro de Exteriores de Israel, Gideon Saar, ha culpado este domingo al presidente español, Pedro Sánchez, de “incitar” a las “multitudes propalestinas” y causar la cancelación de la Vuelta a España. En un comunicado difundido en las redes sociales, Saar suma así una nueva crítica a las muchas que los miembros del Ejecutivo israelí han dedicado al mandatario español. Este ataque verbal llega en la misma semana en la que Sánchez ha impulsado una serie de sanciones que pretenden restringir el flujo de armas hacia Israel por su constante asedio a la población de Gaza, donde las muertes civiles se cuentan por decenas de miles.
“Hace unos días, el presidente del Gobierno español lamentó no tener una bomba atómica para ‘frenar a Israel’”, ha protestado el ministro de Exteriores. “Hoy [el domingo], ha animado a los manifestantes a salir a las calles”, apunta Saar, haciendo que “la multitud propalestina oyera los mensajes de incitación e hiciera explotar la carrera ciclista”. “Sánchez y su Gobierno: ¡vergüenza para España!”, concluye el comunicado.
El jefe de la diplomacia israelí se refería a unas palabras pronunciadas por el presidente del Gobierno el pasado lunes al anunciar un paquete de nueve medidas para presionar a Israel para que detenga el asedio sobre Gaza: “España, como saben, no tiene bombas nucleares, tampoco tiene portaaviones ni grandes reservas de petróleo”, dijo Sánchez. “Nosotros solos no podemos detener la ofensiva israelí. Pero eso no significa que no vayamos a dejar de intentarlo. Porque hay causas por las que merece la pena luchar, aunque no esté en nuestras únicas manos ganarlas”.
Aquella declaración de Sánchez ya provocó que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acusara al presidente español de lanzar “amenazas genocidas” a Israel. Esta semana, con el anuncio de las nueve acciones concretas, Sánchez ha dado un paso más allá en su política de oposición al asedio israelí sobre Gaza.
Parte de la comunidad internacional percibe sus acciones como un liderazgo dentro de la Unión Europea contra la política de Netanyahu sobre la Franja. También esta semana, la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ha propuesto anular el tratado comercial de los Veintisiete con Israel, un paso que ha recibido el respaldo mayoritario de la Eurocámara.
El perfil de Saar
El actual ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, de 58 años, fue antes titular de Educación y del Interior. Ha recorrido buena parte de su extensa carrera política en el Likud, el mismo partido político que Netanyahu, y lo ha hecho a la sombra del primer ministro. En 2019, cuando intentó rivalizar con él por el liderazgo de la formación, fracasó.
El año siguiente, Saar abandonó el partido, lamentando que el Likud se hubiera convertido en “una herramienta para el interés personal de quien está a cargo [de la formación], incluidos asuntos relacionados con su juicio penal”, afirmó en alusión al caso por corrupción que todavía pesa sobre el primer ministro. Saar concluyó que en la formación existía “un culto a la personalidad” de Netanyahu.
El veterano político creó entonces la formación Nueva Esperanza, donde ejercía como líder. Muchos le vieron entonces como una nueva referencia de la derecha israelí capaz de terminar con la dinastía de Netanyahu. Pero la propuesta nunca cumplió con las expectativas.
Durante el tiempo en que Saar y los otros tres parlamentarios de Nueva Esperanza han estado en la oposición, durante la guerra en Gaza, han criticado la actuación del Gobierno de Netanyahu con dureza. Sharren Haskel, una diputada que era miembro de ese grupo y que actualmente es la número dos de Saar en Exteriores, llegó a decir en agosto del año pasado que el Ejecutivo de Netanyahu era “uno de los peores que se podrían haber tenido en este momento difícil en la historia del país”.
Con todo, en noviembre de 2024 Netanyahu ofreció a Saar encabezar el Ministerio de Asuntos Exteriores, dando un paso más allá en el reencuentro entre ambos. El mes pasado, el Likud aprobó en una votación interna la unión con Nueva Esperanza. Aquel paso significó el regreso de Saar a la formación de Netanyahu cinco años después de que la abandonara. “Está bien volver a casa”, declaró entonces el actual ministro de Exteriores.
España, entre ceja y ceja
Los miembros del Gobierno israelí, el más derechista en la historia de ese país, tienen estos días España entre ceja y ceja. El Ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, anunció el jueves que había ordenado la suspensión de los preparativos que tenían que llevar a la participación de Israel en la próxima edición del Mobile World Congress (MWC), que se celebrará en Barcelona en marzo de 2026. En el comunicado, el ministro añadía que había instruido al resto del Gobierno a que se sumaran a la medida, en lo que podría suponer la retirada de las empresas israelíes —un país puntero en la industria tecnológica— del congreso internacional.
Aunque todo parece indicar que la propuesta de Karhi no ha sido bien recibida por el resto de los miembros del Ejecutivo y que Israel sí que estará en el MWC, las razones con las que el titular de Comunicaciones presentó la medida sí que parecen estos días formar parte de un consenso en el Gobierno israelí.
Karhi justificó su propuesta como una respuesta a “las medidas antiisraelíes” que el Gobierno español había anunciado el lunes. El ministro mencionó un supuesto “apoyo sistemático a Hamás”, su intención de reconocer “un Estado palestino en el corazón de Israel [en referencia a los Territorios Palestinos Ocupados]” y “la falsa acusación de ‘genocidio” contra las autoridades israelíes.
En Israel, muchos entienden como un “apoyo a Hamás” todo aquello que limita la capacidad militar israelí. En ese sentido se dirigen algunas de las disposiciones anunciadas el lunes por Sánchez. Aunque España nunca ha sido un proveedor destacado de armas a Israel, la nueva prohibición para el tráfico de armas hacia ese país a través de los cielos o las aguas españolas puede tener un gran impacto, dado que gran parte de las importaciones israelíes de armamento pasan por el Estrecho de Gibraltar y hacen parada en los puertos de Algeciras, Valencia y Barcelona.
Otro episodio agrio en las relaciones entre ambos países llegó en mayo de 2024, cuando Madrid dio el paso de reconocer el Estado de Palestina. Ese anunció convirtió España en el 141º país del mundo en hacerlo, e impulsó un nuevo grupo de Ejecutivos que adoptaron esa medida tras el inicio de la ofensiva israelí en Gaza. Aunque expertos alegan que la decisión no tiene ningún impacto sobre el curso de la invasión, sí el peso simbólico del reconocimiento. Desde entonces, y para expresar su disconformidad, Israel no tiene embajador en España.
Saar, el ministro de Exteriores israelí, escribió el lunes una de las críticas más feroces que Sánchez haya recibido recientemente desde allí. Horas después de que el presidente español anunciara las sanciones contra Israel, dos hombres palestinos y armados —el día siguiente, se sabría que de Hamás— se subieron a un autobús público en Jerusalén y abrieron fuego. El incidente se convirtió en el peor atentado en esa ciudad desde finales de 2023, con seis víctimas mortales. Una de ellas, Yaakov Pinto, español originario de Melilla.
“Al mismo tiempo que el presidente del Gobierno de España, Sánchez, atacaba a Israel, terroristas palestinos atacaban y asesinaban a seis israelíes, entre ellos Yaakov Pinto”, dijo Saar en un comunicado el lunes en sus redes sociales. “Sánchez y sus ministros retorcidos justificaron la masacre del 7 de octubre”, agregó el ministro de Exteriores sin concretar a qué se refería o en base a qué sostenía sus afirmaciones. “Han optado desde hace tiempo por alinearse con Hamás y contra Israel”. Entre las publicaciones que el ministro de Exteriores compartió ese día, también había una de Alberto Núñez Feijoo: “Los terroristas de Hamás han aplaudido hoy un atentado y a Sánchez”, ha escrito el líder del PP.
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