Un tiroteo en Jerusalén provoca seis muertos, entre ellos un joven español, y varios heridos graves
Las autoridades creen que los dos asaltantes, que fueron abatidos, procedían de la Cisjordania ocupada. La víctima española ha sido identificada como Yaakov Pinto, de 25 años y natural de Melilla
Un ataque con armas de fuego en un autobús en Jerusalén ha provocado seis muertos en la mañana de este lunes, entre ellos un joven español, y varios heridos en estado grave, según la Estrella de David Roja de Israel, el servicio nacional de emergencias y asistencia médica. Los dos atacantes han sido abatidos en el lugar de los hechos, de acuerdo con un comunicado de los cuerpos policiales, que apuntan a un atentado terrorista.
El español fallecido ha sido identificado como Yaakov Pinto, de 25 años, natural de Melilla y residente en Israel. Un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores español ha confirmado su muerte y condenado “tajantemente el atentado terrorista en Jerusalén Este”, informa Miguel González.
El joven melillense, que acababa de contraer matrimonio, ha fallecido en el mismo lugar del ataque junto con otros dos hombres treintañeros y un varón en la cincuentena. Las otras dos víctimas han muerto más tarde en hospitales de la ciudad.
El atentado se produjo en el interior de un autobús público, en el que los dos hombres subieron en una parada en las inmediaciones de Ramot, un asentamiento ilegal israelí en Jerusalén Este. Las autoridades de seguridad de Israel han indicado que los atacantes eran ciudadanos palestinos de Cisjordania. En concreto, se cree que eran originarios de municipios cercanos a Ramala, donde ya hay informaciones sobre el comienzo de redadas en busca de información o de cómplices que hayan podido posibilitar el ataque.
Es el mayor atentado de estas características en Jerusalén desde noviembre de 2023, cuando solo habían transcurrido dos meses desde el inicio de la guerra de Gaza. A partir de ese momento, las autoridades israelíes restringieron aún más los cruces entre el territorio israelí y la Cisjordania ocupada, permitiendo el tránsito únicamente a los palestinos que cuentan con autorización del ejército de Israel. Que los atacantes hayan logrado superar esas barreras militarizadas es ahora una de las mayores preocupaciones de las autoridades.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se ha reunido de inmediato con las autoridades de seguridad del país para “evaluar la situación”, según ha informado en un comunicado. Poco después, el jefe del Ejecutivo e Itamar Ben Gvir, el ultraderechista ministro de Seguridad Nacional israelí, se han dirigido al lugar del tiroteo. Netanyahu estaba convocado este lunes por la mañana al juicio que se sigue contra él por varios cargos de corrupción.
“Una poderosa guerra contra el terrorismo se está librando en todos los frentes”, ha declarado el primer ministro israelí desde el lugar del atentado. Aseguraba, además, que tanto el ejército como las agencias de inteligencia del país habían logrado frustrar recientemente “centenares de ataques” como este. “Pero, lamentablemente, no [han sido capaces de ello] esta mañana”.
Algunos integrantes del Gobierno israelí han exigido este lunes la deportación de las familias de los atacantes, aunque estas residan en territorio ocupado. “Tenemos que actuar con mano de hierro”, ha escrito en redes sociales Eli Cohen, ministro de Energía, compañero de Netanyahu en el partido Likud y miembro del gabinete de seguridad que toma las decisiones de guerra. “Hay que implementar rápidamente la ley de deportación de familias terroristas [aprobada en Israel el año pasado], que disuadirá a los futuros asesinos y erradicará los caldos de cultivo de los que emergen”.
El atentado se produce en medio del recrudecimiento de la ofensiva israelí en la Franja, donde Israel está derribando en los últimos días edificios residenciales, en lo que supone una nueva táctica de presión para expulsar al millón de gazatíes que se concentran en Ciudad de Gaza. Aunque Estados Unidos intenta ahora dar un nuevo impulso a las negociaciones para alcanzar un alto el fuego que termine con la ofensiva en el enclave, la sensación imperante en las últimas semanas ha sido de estancamiento e inactividad diplomática.
Israel prosiguió esa táctica el lunes, con el derribo con previo aviso de la torre al-Roya, de 12 pisos. El Centro Palestino de Derechos Humanos (PHRC, por sus siglas en inglés), un destacado grupo que promueve la rendición de cuentas por los crímenes que Israel comete sobre la población palestina, ha advertido en un comunicado que esa torre acogía clínicas médicas, instalaciones deportivas o oficinas empresariales, además de hospedar su sede principal.
El grupo, al que EE UU castigó días atrás con sanciones por su colaboración con la Corte Penal Internacional en casos que investigan supuestas acciones ilegales de Israel en la Franja, ha lamentado que las tropas israelíes también han destruido durante la presente ofensiva sus oficinas en Jabalia (norte) y Khan Younis (sur).
La relatora de las Naciones Unidas para los derechos humanos en los Territorios Palestinos, Francesca Albanese, ha denunciado el derribo en un comunicado y ha advertido: “destruir todo lo que está por encima de la superficie no es una guerra, sino la creación deliberada de las condiciones para destruir un grupo. Es decir, un genocidio”.
Según ha informado el ministerio de Sanidad de Gaza, solo este lunes las acciones israelíes en la Franja han provocado 67 víctimas mortales mediante acciones armadas y otras seis con el hambre causada por el bloqueo israelí, que se mantiene de manera casi total.
El mayor ataque contra población civil en Jerusalén desde 2023 también coincide en el tiempo con la mayor oleada de desplazamientos forzosos en mucho tiempo en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967. En lo que el ejército israelí presenta como una operación contra grupos armados, las tropas han expulsado de sus casas a 40.000 residentes de los campos de refugiados en Yenín y en Tulkarem, empleando tácticas de destrucción masiva similares a las que usa en Gaza.
Las acciones del ejército y de los colonos israelíes también han provocado la muerte de más de mil palestinos en Cisjordania, incluyendo más de 200 niños, desde los ataques del 7 de octubre de 2023, según datos de la ONU.
Se desconoce si los autores del tiroteo contra el autobús estaban afiliados a algún grupo armado palestino. Hamás ha emitido un comunicado inmediatamente después del ataque en el que ha calificado el atentado como “una operación heroica”. “Afirmamos que esta operación es una respuesta natural a los crímenes de la ocupación [en referencia a Israel] y a la guerra de exterminio que está llevando a cabo contra nuestro pueblo”, ha dicho la milicia en un comunicado, en el que llama los palestinos de Cisjordania a “escalar la confrontación” contra los soldados y contra los colonos israelíes. La Yihad Islámica, otra milicia armada con presencia en la Franja, ha publicado otro comunicado en los mismos términos.

Civiles armados
Distintos medios de comunicación israelíes recogen que un soldado israelí que se encontraba en el lugar de los hechos y un civil israelí que iba armado son quienes han abatido los atacantes. En Israel, una parte importante de ciudadanos lleva a cabo sus actividades cotidianas mientras van armados. Esa circunstancia se normalizó aún más tras los ataques que Hamás lanzó contra Israel el 7 de octubre de 2023. En Israel, es frecuente ver a civiles que se sientan en una terraza o acuden a la biblioteca con un fusil de asalto colgado del hombro.
A menudo, cuando identifica el origen de los atacantes palestinos que lanzan o planifican ataques contra Israel, el ejército israelí suele aislar sus municipios de origen, aplicando lo que las organizaciones de derechos humanos denuncian como un castigo colectivo. Esas operaciones suelen incluir detenciones, en ocasiones violentas, contra familiares y vecinos, además del derribo de la residencia familiar, aunque el sospechoso esté en la cárcel o haya sido abatido.
Netanyahu ha aclarado que las fuerzas de seguridad ya se encuentran “persiguiendo y rodeando las aldeas de donde provenían los terroristas”. Poco después, el jefe del ejército, Eyal Zamir, ha declarado en un comunicado que el ejército ha “encerrado” el área de donde vienen los “terroristas”, donde las tropas también habrían practicado algunas detenciones. La agencia de inteligencia de Israel también ha comunicado la detención de un hombre en Jerusalén sospechoso de haber trasladado los atacantes hasta el lugar de los hechos.
“El autobús estaba lleno”, ha indicado una superviviente en declaraciones al canal de televisión israelí Canal 12: “La puerta se ha abierto y los terroristas han subido. Ha sido terrible”. La mujer, que se encontraba cerca de la puerta trasera en el momento del suceso, ha logrado escapar y esconderse debajo de un vehículo cercano hasta que los atacantes han sido abatidos. “Ha habido disparos más allá de lo imaginable. No puedo creer que esté aquí”.
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