Qué es el Ascensor de la Gloria, el funicular que ha descarrilado en Lisboa
Tiene capacidad para 22 personas sentadas y 20 de pie en cada una de las dos cabinas
Inaugurado en 1885, el Ascensor de la Gloria (Elevador da Glória), es una de las atracciones turísticas del centro de Lisboa. Este miércoles, el funicular descarriló y causó 16 muertos y una veintena de heridos, entre ellos dos personas de nacionalidad española, que ya han recibido el alta hospitalaria. El suceso ha llevado al Ayuntamiento de Lisboa a decretar este jueves un día de luto nacional y a suspender el servicio de funiculares históricos, que es una de las grandes atracciones turísticas de la ciudad.
Este vehículo conecta la plaza de Restauradores con el Barrio Alto y traslada a sus pasajeros a uno de los miradores más famosos de la capital, el de San Pedro de Alcántara. Se trata de uno de los funiculares del casco histórico de la ciudad, como el de Bica o el de Lavra, y ayuda a sus ocupantes a subir las empinadas cuestas de la capital portuguesa.
Este medio de transporte fue concebido por el ingeniero portugués Raoul Mesnier du Ponsard y originalmente funcionaba por contrapeso de agua. Más tarde pasó a tener un sistema de locomoción a vapor y en 1914 fue pionero en moverse por tracción eléctrica. Transporta al año a cerca de tres millones de viajeros, en su mayoría turistas, que quieren conocer uno de los medios de transporte históricos de la ciudad.
Tiene capacidad para 22 personas sentadas y 20 de pie, tal y como han recordado los medios portugueses, en cada una de las dos cabinas con las que cuenta. Además, el pintoresco funicular, de color blanco y amarillo, hace un recorrido de 275 metros en dos minutos, a lo largo de la empinada Calzada de Gloria, que tiene una inclinación del 18%. Fue declarado monumento nacional en 2002.
El accidente se suma a una larga lista de sucesos en este tipo de transporte, la mayoría de las veces de carácter turístico y en destinos de alta montaña. El más grave de ellos se produjo el 11 de noviembre del año 2000 cuando un ventilador de aire caliente defectuoso provocó el incendio del funicular que ascendía al glaciar austriaco de Kitzsteinhorn, en Kaprun, y causó 155 muertos. Solo ocho personas sobrevivieron.
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