La guerra deja sin agua al Donetsk ocupado por Rusia
Los habitantes de esta provincia anexionada por el Kremlin sobreviven con pocas horas de suministro a la semana tras el cierre del mayor canal hidráulico de la región oriental de Donbás


En Sloviansk empezó la guerra de Donbás, el preámbulo de la catástrofe que azota hoy a Ucrania, y en Sloviansk nace la más importante fuente de vida de la región. En esta ciudad de la provincia ucrania de Donetsk se produjo en abril de 2014 el primer levantamiento armado de los separatistas prorrusos contra Kiev. El ejército ucranio recuperó el mando de la localidad dos meses después y, con ello, el control del canal de agua Siverski-Donets, la mayor infraestructura hidráulica de Donbás, que desde 1958 ha suministrado agua a millones de personas, a la industria y a la agricultura.
El canal nace en un embalse en el río Siverski-Donets, al norte de Sloviansk. El embalse está lleno y el río fluye caudaloso, lo contrario que en su destino más importante, 90 kilómetros al sur, la ciudad de Donetsk. La capital de provincia y su región, anexionada ilegalmente por Rusia en 2022, sufren un déficit de abastecimiento de agua permanente, pero este verano la crisis se ha disparado y sus ciudadanos solo reciben unas pocas horas de suministro cada tres días. Una de las razones es que el canal Siverski-Donets dejó de funcionar en 2022, en los primeros compases de la guerra.
Las autoridades del Donetsk ocupado acusan a Ucrania de haber saboteado al inicio de la invasión la principal estación de bombeo en su fase final, en la aldea de Mayorsk, por entonces todavía en manos ucranias. Además, según la administración ocupante, el sistema de bombeo solo puede reactivarse desde el puesto de control inicial, al norte de Sloviansk. Medios rusos en el exilio como The Moscow Times también aseguran que la parte ucrania cerró el suministro de agua.
Acusaciones cruzadas
Moscú acusa a Kiev de interrumpir deliberadamente el suministro de agua al Donetsk ocupado, causando una crisis humanitaria. El Gobierno ucranio de la región de Donetsk no ha respondido a la petición de entrevista de EL PAÍS. Larisa Guseva, jefa regional de servicios comunitarios, aseguró el 6 de agosto a la televisión estatal Suspilne que el canal era inoperativo porque los combates y los bombardeos rusos lo habían dañado severamente. La situación, indicó Guseva, también afecta al territorio de la Ucrania libre.
La primera estación de bombeo, en el pueblo de Mikolaivka, muestra evidentes señales de haber sido atacada por fuego ruso. En concreto, la subestación eléctrica que alimenta el sistema está parcialmente destruida. Mikolaivka se encuentra a 20 kilómetros de las posiciones invasoras y el 7 de agosto, día en el que este diario visitó el lugar, un misil ruso impactó en la localidad destruyendo varias casas.

Desde Mikolaivka no solo se observan las huellas del actual conflicto, también continúa presente la destrucción que dejó el levantamiento armado prorruso de 2014. Durante la guerra de Donbás (2014-2022), el canal continuó operando, suministrando agua a las regiones controladas por los prorrusos, porque también servía a zonas industriales de Donetsk de la Ucrania libre, como Avdiivka o Mariupol. Ambas ciudades están ahora bajo dominio ruso.
Pese a los daños en la estación principal de bombeo de Mikolaivka, el agua continúa fluyendo desde allí, a través del canal y de sus acueductos, por lo menos 13 kilómetros hacia el sureste, hacia la línea cero de guerra en la localidad de Chasiv Yar. El equipo de EL PAÍS siguió la carretera auxiliar del canal hasta llegar a ocho kilómetros del frente, esquivando múltiples socavones provocados por fuego de artillería y drones. La infraestructura cruza la carretera que lleva de Sloviansk a Bajmut, una ruta desolada por la destrucción y vacía de tropas ucranias, por el riesgo de ataque de los drones rusos.
La última vez que los periodistas de este diario estuvieron en el centro de Chasiv Yar fue en febrero de 2024, cuando ya había empezado el asedio ruso a este municipio clave para el control de Donetsk. EL PAÍS pudo visitar las líneas de defensa ucranias frente al canal, que servía de foso difícil de superar en los asaltos de infantería del enemigo.

Para llegar al canal había que recorrer un sendero delimitado por los soldados ucranios: todo el perímetro estaba minado, y también podían observarse cadáveres de combatientes rusos caídos en intentos de cruzarlo. En aquellos primeros meses de 2024, la presencia de drones de observación y de ataque ya era habitual, aunque no con la misma densidad actual.
El ruido de sus motores era constante y solo se podía llegar a aquella primera línea del frente mediante vehículos blindados y con alertas de vuelo de drones. Hoy este desplazamiento es imposible porque los blindados evitan los últimos cinco kilómetros antes de la línea cero, por el más que probable ataque fatal de los drones enemigos.
Chasiv Yar es ahora un municipio arrasado, controlado por los rusos. Si en febrero de 2024 el canal podía mantenerse intacto, es posible, como aseguraba Guseva, que tras un año y medio de combates, ahora sí sufra graves desperfectos.
Malestar de la población
Pero el cierre del canal Siverski-Donets no es la única razón de la crisis del agua en el Donetsk ocupado. La situación es tan grave, por el malestar que provoca entre la población anexionada por Rusia, que el Kremlin difundió el 4 de agosto una reunión del presidente, Vladímir Putin, con Denis Pushilin, su gobernador en el Donetsk ocupado, para tratar la situación. Pushilin acusó al “bloqueo ucranio” de la falta de agua, además de a una sequía que ha dejado a los embalses de su región al mínimo. También admitió que los sistemas de canalización en su territorio están en un pésimo estado, sin modernizarse desde los años noventa, con pérdidas en el suministro del 60%.
Putin interpeló a Pushilin sobre los elevados precios de venta del agua que transportada desde otras regiones en camiones cisterna, y que los medios locales aseguran que es inasumible para la población local. Moscú está construyendo un nuevo canal de agua para paliar el problema. Medios propagandistas rusos insisten en las últimas semanas en que solo la conquista de Sloviansk pondrá fin a la crisis: es decir, la total ocupación de Donetsk.
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