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Un ‘asesinato por honor’ en el suroeste de Pakistán provoca una ola de indignación en el país

Las autoridades han detenido a 16 sospechosos de participar en el crimen, grabado en un vídeo que se hizo viral

Mujeres policías escoltan a Gul Jan Bibi (c), madre de Bano Bibi, quien junto con un hombre fue asesinada tras ser acusada de tener una aventura, en un supuesto crimen de honor en Quetta (Pakistán), el pasado sábado.Foto: ABDUL WALI (REUTERS) | Vídeo: EPV

El asesinato por honor ―una forma de violencia machista que castiga a las mujeres que transgreden las normas del grupo― de un hombre y una mujer en Nasirabad, al suroeste de Pakistán, ha desatado una ola de indignación en el país. El homicidio, grabado en un vídeo sin fecha que ha acumulado al menos 240 millones de visualizaciones, muestra a la mujer, Bano Bibi, recibiendo un Corán de un hombre identificado como su hermano menor. “Ven a caminar siete pasos conmigo, después puedes dispararme”, dice ella, antes de avanzar unos metros. El hermano le dispara tres veces y ella se desploma. Segundos después, dispara y mata al hombre, Ehsan Ullah Samalani, con quien Bano fue acusada de tener una relación.

El vídeo ha generado la condena de políticos, grupos de derechos humanos y clérigos, que han cuestionado los códigos tribales en que se fundan este tipo de asesinatos. Decenas de miembros de la sociedad civil y activistas de derechos humanos se manifestaron el sábado en Quetta, la capital provincial, exigiendo justicia y el fin de los sistemas judiciales paralelos. Al tiempo, 16 personas sospechosas de participar del crimen han sido detenidas por las autoridades de la provincia de Baluchistán, la mayor y menos poblada del país; entre ellas, Sardar Satakzai, un jefe tribal. Jalal Satakzai, el hermano de la mujer, sigue prófugo.

Sarfraz Bugti, ministro principal de Baluchistán, ha asegurado que, “al darse cuenta de inmediato del vídeo viral del asesinato”, la Policía “recibió órdenes de actuar”. “Se ha arrestado a un presunto asesino. ¡La ley seguirá su curso en este atroz asunto!”, anunció en un mensaje publicado el 20 de julio en su cuenta de X. De acuerdo con Bugti, el asesinato ocurrió “unos días antes del Eid”, la fiesta que marca el final del Ramadán y que este año se celebró el 29 de marzo.

Sin embargo, el abogado de derechos civiles, Jibran Nasir, ha afirmado a Reuters que la acción del Gobierno se ha enfocado más en mostrar algún tipo de respuesta al crimen que en la búsqueda de justicia. “El crimen ocurrió hace meses, no en secreto, sino cerca de una capital provincial, pero nadie actuó hasta que 240 millones de personas presenciaron el asesinato en cámara”, ha declarado. Este tipo de hechos no son excepcionales en Pakistán, donde cada año se denuncian cientos de los llamados asesinatos por honor, a menudo con escasa respuesta pública o legal.

La madre de la mujer asesinada, Gul Jan Bibi, ha afirmado que los asesinatos fueron perpetrados por familiares y ancianos locales con fundamento en “tradiciones baluchis centenarias”, y no por orden del jefe tribal. “No cometimos ningún pecado”, ha declarado en un vídeo, en el que aseguró: “Bano y Ehsan fueron asesinados según nuestras costumbres”. Añadió que su hija, que tenía tres hijos y dos hijas, huyó con Ehsan y regresó 25 días después. Según ha informado el Gobierno de Baluchistán, las “dos familias afectadas no han denunciado el incidente”, por lo que el Estado se ha apersonado del caso.

El ministro principal de Baluchistán ha prometido desmantelar los tribunales tribales ilegales que operan al margen de la ley. La policía había concluido previamente que una jirga, un consejo tribal informal que emite fallos extrajudiciales, había ordenado los asesinatos de la pareja.

La condena en redes

El vídeo ha generado protestas en las redes sociales, con hashtags como #JusticiaParaLaPareja y #CrimenPorHonor. El Consejo de Ideología Islámica de Pakistán, un organismo constitucional de eruditos religiosos, ha calificado los asesinatos de “antiislámicos” y ha instado a presentar cargos de terrorismo contra los implicados.

Pakistán prohibió los asesinatos de honor en 2016, tras el asesinato de la estrella de las redes sociales Qandeel Baloch. Con esta decisión, cerró una laguna legal que permitía a los perpetradores quedar en libertad si eran indultados por sus familiares. Grupos de derechos humanos afirman que la aplicación de la ley sigue siendo deficiente, especialmente en las zonas rurales donde los consejos tribales aún tienen influencia.

La Comisión de Derechos Humanos de Pakistán informó de al menos 405 crímenes de honor en 2024. La mayoría de las víctimas son mujeres, a menudo asesinadas por familiares. Khan afirmó que, en lugar de aplicar la ley, el Gobierno ha dedicado el último año a debilitar el poder judicial e incluso a considerar la posibilidad de reactivar las jirgas en antiguas zonas tribales.

En mayo de 2022, el caso de Aneesa y Arooj Abbas, dos hermanas residentes en Terrassa (Barcelona) y asesinadas por honor en Pakistán, conmocionó a la sociedad española. Las víctimas “fueron estranguladas y recibieron un disparo mortal mientras dormían”, declaró en su momento la policía local. Dos de sus hermanos, Shehryar y Asfandyar, presuntamente implicados en el asesinato, fueron exculpados de responsabilidad porque recibieron el perdón de sus padres. Los dos hermanos se encuentran procesados en España por los delitos de matrimonio forzado, maltrato habitual y coacciones.

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