Mohamed VI indulta a cerca de 20.000 condenados en su 26º aniversario en el trono
El rey llama a frenar el desarrollo de un Marruecos “a dos velocidades” frente a las crecientes desigualdades económicas territoriales


Mohamed VI ha ejercido a manos llenas desde Tetuán (donde pasa sus vacaciones en el norte del país) el privilegio del perdón real en la noche de este martes ante un mensaje a la nación en el que también ha alertado sobre la creciente desigualdad entre los territorios de la nación magrebí y la brecha económica entre las pujantes regiones costeras urbanas y el atrasado interior rural. En la víspera de Fiesta del Trono, que conmemora este miércoles el 26º aniversario de su llegada al poder, el rey Mohammed VI ha indultado a 19.673 condenados, una cifra con escasos precedentes dentro de las medidas de gracia real habitualmente dictadas para descongestionar las superpobladas cárceles marroquíes en las festividades oficiales y religiosas.
Además de una primera tanda ordinaria de 2.415 condenados, algunos presos y otros en libertad, el monarca también ha perdonado de forma excepcional a otros 17.258 reos “seleccionados según criterios específicos para convertir esta operación en una iniciativa humanitaria”, según un comunicado del Ministerio de Justicia. Entre los indultados figuran 115 condenados a cadena perpetua que han visto conmutada su pena por una reclusión temporal determinada y 23 condenados a muerte (aunque en Marruecos no se aplica de facto la pena capital desde hace más de tres décadas) que han visto conmutada su sentencia por la de prisión a perpetuidad.
El Centro Adalá para los Derechos Humanos, ONG árabe que defiende la aplicación de un proceso justo a los detenidos, ha solicitado un “indulto real general para todos los detenidos políticos” en Marruecos con motivo de la celebración de la Fiesta del Trono. En un memorando internacional dirigido al delegado ministerial para los Derechos Humanos en Rabat citado por el portal Bladi.net, el Centro Adalá considera que el aniversario de la llegada al trono del Mohamed VI constituye un momento importante para evaluar los avances logrados en materia de derechos y libertades, incluida la libertad de prensa y de expresión.
“Estos avances siguen siendo limitados, en un contexto donde persisten desafíos concretos que obstaculizan la libertad de prensa y de opinión, especialmente marcados por las continuas restricciones a los periodistas mediante procedimientos judiciales y presiones políticas y económicas”, puntualiza la ONG humanitaria panárabe.
En un gesto con el que se intentó reconciliar con el clima favorable a la libertad de expresión con el que inició su reinado, en 1999, Mohamed VI indultó el año pasado en Fiesta del Trono a los principales periodistas críticos encarcelados en Marruecos, en una “afirmación de la soberanía marroquí, y de un acto de clemencia que no obedecía a ninguna presión extranjera”, según precisó entonces un comunicado oficial. Las ONG internacionales de defensa de los derechos humanos incluyen entre los detenidos por delitos de opinión y acciones nacionalistas a activistas condenados por las protestas sociales del Rif en 2016 y 2017 y en el campamento saharaui de Agdaym Izik, en las proximidades de El Aaiún, en 2010.
Justicia social y desigualdad
Mohammed VI ha instado en su discurso a evitar una ruptura territorial económica y combatir las desigualdades. El rey afirmó que no hay cabida para un Marruecos “de dos velocidades”, y que las políticas públicas deben contribuir a mejorar la situación de los ciudadanos en todo el territorio. El soberano ha exhortado así al Gobierno a desarrollar “políticas públicas inclusivas”, en las que incluye el empleo y la mejora de los servicios sociales, la sanidad y la educación. Mohamed VI también ha apelado a mejorar la gestión de los recursos hídricos después de un largo periodo de sequía.
El soberano alauí ha destacado en su discurso que Marruecos ha superado ya el umbral del Índice de Desarrollo Humano de la ONU, pero admite que “lamentablemente, todavía hay determinadas zonas, especialmente del mundo rural, que acusan pobreza y precariedad por falta de infraestructuras y servicios básicos”.
Antes de la emisión del discurso, el rey Mohammed VI recibió en el palacio real de Tetuán el informe anual del gobernador del banco Al Magreb, Abdelatif Juahri. El responsable del banco central de Marruecos destacó que la economía nacional creció un 3,8% en 2024, año en el que se crearon apenas 82.000 empleos, con una tasa de paro anual al alza del 13,3%.
Con gesto serio ante la conmemoración de su llegada al poder en 1999, el monarca de la dinastía alauí ha reaparecido en público por primera vez tras haber presidido el pasado 7 de junio las ceremonias religiosas del Eid el Adha o Fiesta del Cordero, también en Tetuán la capital del antiguo Protectorado español en el norte de Marruecos. Se ha limitado a leer con detenimiento un discurso escrito.
Después de mostrar un cierto deterioro de su estado de salud en octubre pasado durante la visita a Rabat del presidente francés, Emmanuel Macron, a quien recibió apoyado en un bastón, el soberano marroquí, de 61 años, sufrió un accidente en diciembre que le ocasionó una fractura de húmero, con inmovilización del hombro y el brazo izquierdo durante cerca de dos meses, y le mantuvo apartado de los actos con presencia multitudinaria hasta que regresó a la escena pública en Rabat a finales de abril para lanzar las obras del nuevo tren de alta velocidad.
Un año más, el rey tendió la mano en su Discurso del Trono a Argelia, país que rompió relaciones con Marruecos en 2021, y se ufanó “del creciente apoyo internacional a la iniciativa de autonomía [de Rabat] para el Sáhara”. Mohamed VI agradeció en especial el reciente acercamiento de Reino Unido y Portugal a la tesis marroquí, frente a la propuesta de autodeterminación e independencia defendida por el Frente Polisario, respaldado por el Gobierno de Argel, para la antigua colonia española.
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