Irán pide ayuda a Putin tras el ataque de Estados Unidos
Moscú elude responder si enviará armas a Teherán después de que el ministro iraní de Exteriores entregara al líder ruso una carta de Jameneí

El ministro de Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, ha entregado este lunes al presidente ruso, Vladímir Putin, una carta firmada personalmente por el ayatolá Alí Jameneí, en la que el líder supremo iraní ruega ayuda al Kremlin frente a las fuerzas de Estados Unidos e Israel, según afirma la agencia Reuters de fuentes en Teherán. Moscú, sin embargo, solo ha expresado en público palabras de apoyo y ha dado una respuesta tibia. “Todo depende de lo que discutamos con nuestros amigos iraníes. En los contactos de hoy, la parte iraní puede informarnos sobre su perspectiva de la situación”, ha declarado el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, a la conclusión del encuentro. Moscú rechazó responder si proporcionará sistemas de defensa antiaérea S-300 y S-400 a un aliado que ya ha perdido la superioridad aérea.
“La agresión perpetrada contra Irán, sin ninguna provocación en absoluto, carece de fundamento y justificación”, ha denunciado el líder ruso al inicio del encuentro. “Mantenemos relaciones sólidas y fiables con Irán desde hace mucho tiempo. Nos estamos esforzando en ayudar al pueblo iraní”, ha agregado Putin.
El presidente ruso detalló a continuación que sus esfuerzos han consistido en “unas conversaciones telefónicas con el presidente de Estados Unidos [Donald Trump], el primer ministro de Israel [Benjamín Netanyahu], y los presidentes de Emiratos Árabes Unidos [Mohamed bin Zayed Al Nahayan] y su país [Irán, Masud Pezeshkian]”, dijo en dirección a Araghchi.
Se desconoce qué tipo de ayuda pide Teherán al Kremlin, aunque Reuters asegura que las autoridades iraníes “no están impresionadas” por el papel ejercido por Rusia en este conflicto hasta ahora y esperan más.
El viceministro de Exteriores ruso Serguéi Riabkov ha eludido comentar los detalles de la reunión. Según el alto cargo, Teherán “actúa en el marco de su legítima defensa” y su amistad con Moscú “es inquebrantable”. El veterano diplomático ha calificado el ataque estadounidense como “una demostración preocupante e inaceptable de los intentos de implementar métodos hegemónicos contra un Estado soberano”.
Irán y Rusia firmaron en enero de este año un acuerdo de colaboración bajo el pomposo nombre de Tratado de asociación estratégica integral. Sin embargo, el documento no formaliza ninguna alianza. Su capítulo tres recoge que en caso de agresión militar contra una de las partes, “la otra parte no proporcionará asistencia militar ni de otro tipo al agresor y promoverá la solución de cualquier diferencia a través de la Carta de las Naciones Unidas y otras normas del derecho internacional”.
Es decir, en este caso concreto el compromiso se limitaría a que Moscú no suministrara ni munición ni armas a Estados Unidos.
Putin ha mantenido una conversación telefónica con el primer ministro de Irak, Mohamed Shia al Sudani, antes de su encuentro con la delegación iraní. Según el Kremlin, los dos dirigentes estuvieron de acuerdo en que los ataques estadounidenses e israelíes “conllevan consecuencias extremadamente peligrosas e impredecibles para la estabilidad de la región y todo el sistema de seguridad mundial”, y abogaron por “el retorno a la vía política y diplomática”.
El Kremlin trata de buscar una salida negociada a un conflicto en el que no quiere verse involucrado. Putin declaró el pasado viernes en el Foro Económico de San Petersburgo que no tiene intención de intervenir militarmente en defensa de Teherán. “Ya estamos llevando a cabo operaciones militares contra quienes consideramos opositores a las ideas que defendemos y representan una amenaza para Rusia”, zanjó el líder ruso.
La crisis iraní también ha puesto a prueba el sistema de alianzas que ha forjado Moscú desde que emprendió la invasión de Ucrania en 2022. El Kremlin ha firmado acuerdos de asociación estratégica similares con China y Corea del Norte, también proveedores de armas y munición en la ofensiva rusa desatada contra Ucrania.
Tras la caída del dictador sirio Bachar el Asad, Irán es el principal puente de Rusia para su proyección en Oriente Próximo. A este debilitamiento de la relación entre Moscú y uno de sus aliados se ha sumado este lunes un cruce de acusaciones contra otro socio, en esta ocasión en el corazón de Europa. El Servicio de Inteligencia Exterior ruso ha revelado que la industria bélica serbia vende armas a Ucrania a sabiendas. Según el espionaje ruso, Serbia suministra todas las piezas a países de la OTAN, donde son ensambladas para camuflar su origen.
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