El régimen de Bielorrusia libera a Serguéi Tijanovski, disidente y marido de la líder opositora Svetlana Tijanóvskaya
Otros 13 presos políticos salen de la cárcel gracias a la mediación de Estados Unidos. Más de un millar de disidentes siguen entre rejas en el país


El Gobierno bielorruso ha sacado de prisión a una de las principales figuras opositoras que encerró durante la campaña electoral de 2020, Serguéi Tijanovski, un conocido activista que fue detenido apenas dos días después de postularse como candidato presidencial. Su mujer, Svetlana Tijanóvskaya, tomó su testigo y encabezó la candidatura única en la que convergió toda la oposición unida contra el régimen de Alexandr Lukashenko. “¡Mi marido Serguéi está libre! ¡Es difícil describir la alegría que siento en mi corazón!“, ha manifestado su esposa desde el exilio. Lukashenko, que gobierna el país con puño de hierro, ha concedido su merced a 14 disidentes en total este sábado con motivo de la visita a Minsk de Keith Kellogg, enviado especial de la Casa Blanca.
“No hemos acabado aún. 1.150 presos políticos permanecen encerrados tras las rejas. Todos deben ser liberados”, ha remarcado Tijanóvskaya. En su publicación, la líder de la oposición y premio Sájarov en el año 2020 mostró un vídeo con el abrazo en el que se fundió con su pareja en su primer encuentro en cinco años.
Tijanovski fue encarcelado en mayo de 2020 y condenado a 18 años de prisión en una cárcel de máxima seguridad en 2021, ampliados posteriormente otro año y medio más, por los supuestos delitos de promover “desordenes públicos masivos”, incitar al odio e interferir en el trabajo del comité electoral central.
El canal de YouTube de Tijanovski, Un país para la vida, gozaba de bastante popularidad por sus críticas al régimen instalado en Bielorrusia desde 1994. Lukashenko reconoció a posteriori que ordenó la detención del activista en un piquete electoral porque temía que las protestas crecieran como en la plaza Maidán de Kiev en 2014.
Svetlana Tijanóvskaya se vio obligada a abandonar su país ante la ola represiva desatada por Lukashenko tras proclamarse vencedor de los comicios. El mandatario se atribuyó un supuesto apoyo del 80,1% de los votantes frente al 10,1% de su rival. Las protestas, masivas, contra el fraude electoral de Lukashenko llevaron al Kremlin a intervenir en apoyo de su socio con el envío de fuerzas de seguridad y periodistas que sustituyeron a los empleados de los medios estatales del régimen.
“Quien se sienta fuerte, que se una y siga trabajando porque todavía hay miles de personas [encerradas] allí”, ha declarado Tijanóvskaya posteriormente en otro vídeo junto con su marido y varios disidentes liberados más en la Embajada de Estados Unidos en Vilna, Lituania.
Todos los expresos reaparecieron rapados, algunos con claros indicios de una pérdida de peso severa en prisión. Minsk ha liberado, entre otros, al periodista de Svoboda Ígor Karnéi; Natalia Dulina, profesora asociada de la Universidad Estatal Lingüística de Moscú; Galina Krasniánskaya, organizadora de la diáspora bielorrusa en Suecia, y Kirilo Balajánov, activista.
Según la oposición bielorrusa, el Gobierno estadounidense ha mediado en la puesta en libertad de los presos políticos. Kellogg y Lukashenko se saludaron efusivamente al comenzar su encuentro en la capital bielorrusa.
“Su llegada ha causado mucho revuelo en el mundo, pero me pregunto por qué. ¿No podemos mantener un diálogo normal y hablar de las relaciones entre Bielorrusia y Estados Unidos?“, se preguntó Lukashenko. Su Gobierno, que ha detenido a miles de bielorrusos al protestar con el fraude electoral y que ha brindado su territorio al ejército ruso en la invasión de Ucrania, es uno de los más sancionados del planeta.
“Las crisis pueden agravarse drásticamente si no somos prudentes y justos”, ha declarado Kellogg ante el dictador, según las declaraciones recogidas por la agencia estatal bielorrusa Belta. Lukashenko le prometió a su vez que Minsk no desestabilizará el este de Europa. “No habrá escaladas, ni en Bielorrusia ni a nuestro alrededor”, ha asegurado el dirigente bielorruso, cuyo gobierno también ha provocado crisis migratorias en sus fronteras con la Unión Europea al abandonar en ellas a inmigrantes transportados en avión desde Oriente Próximo.
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