Francia investiga por primera vez como terrorismo un asesinato racista vinculado a la extrema derecha

La Fiscalía Nacional Antiterrorista de Francia ha asumido este lunes por primera vez la investigación de un asesinato de carácter racista vinculado a la extrema derecha, el de un ciudadano tunecino que fue presuntamente tiroteado por su vecino el pasado sábado en el municipio de Puget-sur-Argens, en el sureste de Francia. El supuesto autor había colgado en sus redes sociales algunos vídeos con mensajes de odio hacia los musulmanes.

Esta institución, creada en 2019, suele ocuparse de investigar atentados terroristas —como el de la sala Bataclán de París en 2015— y asesinatos de corte islamista. Pero es la primera vez que asume un delito de este tipo en el que la motivación tiene que ver con ideologías de ultraderecha

La Fiscalía anunció la apertura de la investigación “por asesinato e intento de asesinato, en relación con una empresa terrorista, cometido por motivos de raza, etnia, nación o religión”. El fallecido es Hichem Miraoui, un tunecino de 46 años que trabajaba como peluquero.

Los hechos se produjeron el sábado por la noche. La pareja del sospechoso, vecino de la víctima, fue quien alertó a las fuerzas de seguridad, que detuvieron al hombre después de que este se diera a la fuga. En el mismo incidente, el sospechoso también disparó a otro hombre, de origen turco, que resultó herido en una mano.

Nacido en 1971 y aficionado al tiro deportivo, el presunto autor difundió antes y después del ataque varios vídeos con contenido racista y de odio en su cuenta de una red social. Incitaba, entre otras cosas, a “decir basta a los musulmanes”. La policía encontró varias armas cuando registró su coche. “Dan ganas de sacar las armas y disparar”, decía en uno de estos mensajes, antes de referirse irónicamente a la “bella cultura musulmana”.

El asesinato de Miraoui ha tenido lugar un mes después del apuñalamiento mortal de un hombre de origen maliense en una mezquita en el sur de Francia. En ese caso, la Fiscalía no asumió la investigación, a pesar de que su familia lo pidió. Justificó que el presunto autor actuó “en un contexto aislado, sin una reivindicación ideológica”. Ahora ha considerado que el sentido que el acusado dio a su acción, con la difusión de esos vídeos, permite pensar que “existía una voluntad de perturbar el orden público, mediante el terror”.

El ministro del Interior, Bruno Retailleau, ha admitido este martes en la Asamblea que la muerte de Miraoui “es sin duda un acto anti musulmán” y “probablemente también un crimen terrorista”. “Cada acto racista es un acto antifrancés”, ha denunciado Retailleau, que suele tener un discurso duro contra la inmigración.

El abogado de la familia de la víctima, Mourad Battikh, así como asociaciones como SOS Racismo han denunciado “la atmósfera de racismo” que se vive en Francia.

La oposición de izquierda ha criticado que la tardía reacción de Retailleau, al que acusan de “crear un clima de sospecha hacia los extranjeros o los franceses considerados como extranjeros”, ha denunciado el secretario general del Partido Socialista, Olivier Faure. Este reprocha al ministro que con su discurso antiinmigración aliente en el debate público a “aquellos de la extrema derecha que intentan banalizar el racismo”.