Israel anuncia 22 nuevos asentamientos en Cisjordania para “impedir el establecimiento de un Estado palestino”

El Gobierno de Israel ha anunciado este jueves la creación de 22 nuevos asentamientos en Cisjordania. En un comunicado conjunto, los ministerios de Defensa y de Finanzas han presentado la expansión de las colonias israelíes en este territorio ocupado como un paso clave para “impedir el establecimiento de un Estado palestino”. El movimiento tiene lugar en un momento en el que varios países barajan la posibilidad de reconocer el Estado palestino —como ya hicieron el año pasado España, Noruega, Irlanda y Eslovenia, entre otros— y supone un desafío a los gobiernos occidentales que han alertado a Israel de que responderían con sanciones. La ONG israelí Peace Now asegura que la decisión “no tiene precedentes” y es la medida más amplia de este tipo, al menos desde los Acuerdos de Oslo de 1993, cuando Israel se comprometió a no establecer nuevos asentamientos ilegales según el derecho internacional.

El ministro de Defensa, Israel Katz, ha celebrado la expansión de las colonias israelíes sobre Cisjordania como una gesto que permite “afianzar nuestro derecho histórico sobre la Tierra de Israel” y “constituir un muro protector esencial para la seguridad de grandes centros de población israelí”. Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas a quien muchos ven como uno de los mayores impulsores de la anunciada expansión, ha declarado en redes sociales que se trata de una decisión “histórica” que verá florecer asentamientos “en el norte” de Cisjordania, sin especificar dónde. “No tomamos tierra extranjera, sino la herencia de nuestros antepasados”, ha reivindicado Smotrich.

Israel conquistó Cisjordania en 1967. Desde entonces, sucesivos gobiernos israelíes de distinto signo político han ampliado la presencia de colonias sobre este territorio ocupado. A día de hoy, se calcula que más de medio millón de colonos residen en la zona, privilegiados por un régimen de apartheid —según consideran grupos locales e internacionales— que oprime a tres millones de palestinos. El grueso de la comunidad internacional considera ilegal la presencia israelí. Cisjordania, Jerusalén Oriental y la franja de Gaza son los tres territorios que el derecho internacional contempla como partes de un futuro Estado palestino.

El anuncio israelí contraviene presiones globales recientes. Hace unos días, el Reino Unido, Francia y Canadá emitieron un comunicado conjunto en el que advertían al Ejecutivo de Benjamín Netanyahu de que se oponían “a cualquier intento de expandir los asentamientos en Cisjordania”, añadiendo que no dudarían “en tomar nuevas medidas, incluyendo la aprobación de sanciones”. La Autoridad Nacional Palestina, con un poder limitado en Cisjordania, y Hamás, que gobierna la Franja, han condenado la decisión.

Defensores de los derechos humanos denuncian que la profundización de las colonias israelíes en Cisjordania dificulta la realización del proyecto nacional palestino. Los ministros israelíes que este jueves han anunciado los nuevos asentamientos —que se aprobaron la semana pasada en una reunión secreta del gabinete de seguridad— comparten ese mismo diagnóstico. A principios de este mes, Smotrich declaró que la construcción de asentamientos permite “matar” al Estado palestino “de facto”. El dirigente añadió que, “si Dios quiere”, Israel se anexionará Cisjordania “durante esta misma legislatura”, y que miles de viviendas habían sido aprobadas desde inicios de 2025 “de manera silenciosa y sin espectáculos”.

Peace Now, una organización que monitorea la expansión colonial sobre Cisjordania, cuenta más de 140 asentamientos israelíes en ese territorio. También existen más de 200 puestos de avanzada, que son asentamientos construidos sin la aprobación del Ejecutivo de Israel. A pesar de ello, las autoridades los suelen conectar con las redes de agua y de electricidad, mientras las niegan a múltiples comunidades palestinas. De vez en cuando, gobiernos israelíes legalizan puestos de avanzada construidos en años anteriores. Es el caso de la decisión anunciada este jueves, que incluye la regularización de varios de estos puestos. Algunos de ellos están establecidos sobre antiguos asentamientos israelíes que se desmantelaron en 2005.

Intimidar a la población palestina

“No recuerdo una decisión así en la historia del Estado de Israel”, sostiene en una videollamada Lior Amihai, director ejecutivo de Peace Now. La aprobación simultánea de 22 asentamientos, explica, es inédita. “Esto es parte de un proyecto mayor que pretende anexionarse los territorios [palestinos]”. Según Amihai, el impulso de asentamientos israelíes tiene tres objetivos: “impedir la construcción de un Estado palestino, ya que no existirá continuidad territorial palestina; construir asentamientos alrededor de municipios palestinos, impidiendo su desarrollo; y por último, y no hay otra manera de decirlo, perpetrar una limpieza étnica”. Los nuevos asentamientos y puestos de avanzada, indica el activista, se construyen en zonas estratégicas para “intimidar” a las comunidades palestinas, lo que fuerza su exilio.

La ideología de los grupos de colonos más radicales alcanzó el poder en Israel en 2022. Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir —ambos colonos que residen en Cisjordania— se convirtieron en ministros de la mano de Netanyahu, que necesitaba alianzas para mantener la silla de primer ministro.

Desde entonces, las maniobras israelíes para afianzar el control judío sobre Cisjordania se han disparado. En ese territorio se registra un incremento en la planificación de construcciones israelíes y una escalada en la apropiación de tierras palestinas por parte de Israel. Según Peace Now, las autoridades israelíes se hicieron con el control solo en 2024 de más tierra palestina en Cisjordania que durante los 20 años anteriores conjuntamente. El reforzado estatus de los colonos israelíes en el Gobierno y en el territorio se ha traducido en un aumento del número de agresiones diarias contra civiles palestinos. Muchos de los agresores son colonos que se sienten representados por Smotrich y Ben Gvir, y que se ven a sí mismos como responsables de la misión mesiánica de entregar Cisjordania —Judea y Samaria, según escrituras bíblicas— a los judíos.

Las facilidades que Israel contempla para la propagación de colonos contrasta con el trato hacia los hogares palestinos. Según la ONU, Israel demolió más de 1.700 casas el año pasado. Todo, en un contexto en el que los palestinos deben obtener el permiso de las autoridades ocupantes para poder construir en Cisjordania, algo que rara vez se les concede.

Los registros de Peace Now demuestran que los planes israelíes en Cisjordania baten récords a una velocidad nunca vista. Esta organización denunció a primeros de mayo que las autoridades israelíes habían aprobado la construcción de 17.000 viviendas para colonos en este territorio en menos de cinco meses, “un récord histórico”. La anterior cifra más alta era de 2023, cuando el Gobierno de Netanyahu aprobó la construcción de 12.000 viviendas durante todo el año. Los 22 asentamientos anunciados el jueves, que requerirán nuevos planes para la construcción de viviendas y de carreteras, “eclipsan” cualquier marca anterior. “Este Gobierno toma este tipo de decisiones sin despeinarse”, lamenta Amihai.