El alcalde de Bucarest, Nicusor Dan, se impone al ultra George Simion en las presidenciales de Rumania
La participación supera a la de la primera vuelta gracias a la diáspora. El Gobierno rumano denuncia de nuevo interferencia rusa en el proceso electoral

El actual alcalde de Bucarest y candidato independiente y europeísta, Nicusor Dan, de 55 años, se ha impuesto este domingo al ultranacionalista George Simion, de 38 años, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas de Rumania, con el 95% del voto escrutado. Con el conteo de las papeletas prácticamente resuelto, el regidor de la capital rumana obtiene el 54,22% de los apoyos, por un 45,75% su rival. La victoria de Dan confirma el apego del país a la senda emprendida en el seno de la Unión Europea.
Con mucha emoción y preocupación, los rumanos se volcaron desde primera hora de este domingo para votar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que en primera instancia ganó, hace dos semanas, el ultraderechista George Simion, con el 41% de los votos.
Los comicios, considerados los más importantes de la era democrática, ya que dirimían el devenir geopolítico del país, son la repetición de los celebrados en noviembre. Entonces, el candidato prorruso y extremista, Calin Georgescu —que ha apadrinado a Simion—, se impuso en el primer envite en noviembre y el Tribunal Constitucional anuló el proceso por supuesta injerencia rusa. Esto desencadenó una implosión política en este país de la Europa del Este que ha puesto en guardia también a la Unión Europea.
En la tarde de este domingo, mientras los rumanos elegían a su futuro presidente, los usuarios de Telegram en Rumania recibieron un mensaje enviado por una cuenta asignada al fundador Pavel Durov. Poco después, el Ministerio de Exteriores rumano denunció injerencia de Rusia. “Durante las actuales elecciones presidenciales de Rumania, una vez más vemos las marcas de la interferencia rusa. Una campaña viral de noticias falsas en Telegram y otras plataformas de medios sociales tiene como objetivo influir en el proceso electoral”, señaló Andrei Tarnea, portavoz de la cancillería.

“En las elecciones de hoy ha ganado una comunidad rumana que quiere cambiar profundamente Rumania, que funcionen las instituciones estatales, se reduzca la corrupción, un entorno económico próspero; una comunidad que quiere una sociedad del diálogo y no del odio”, afirmó Dan tras conocer los primeros sondeos a pie de urna.
Por su parte, Simion, líder de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), que rechazó los datos difundidos por las encuestadoras, reivindicó una “victoria clara”. “No vamos a vengarnos de nadie; a partir de mañana empezamos la reconstrucción de Rumania”, declaró el ultra en las escaleras del Senado, ubicado en la Casa del Pueblo, el segundo edificio público más grande del mundo. “Soy el nuevo presidente de Rumania con una gran diferencia, contad correctamente cada voto”, manifestó posteriormente en sus redes sociales. El escrutinio le quitó la razón.
La jornada electoral
La afluencia a las urnas rozó el 65%, 12 puntos más que en la primera vuelta celebrada el 4 de mayo. A este crecimiento contribuyó el fuerte tirón de la diáspora. Con los datos aún provisionales, 1.533.668 personas ejercieron su derecho al voto desde el extranjero, muy por encima de los registrados hace dos semanas. El número más alto de votos es el de Italia, seguido de Alemania, el Reino Unido y España.
“Espero que la lucha contra el odio y la manipulación gane; quiero una Rumania libre, democrática, donde nos podamos contradecir de un modo civilizado”, remarcó durante la jornada electoral Cristina, estudiante de la Facultad de Ingeniería Aeroespacial de Bucarest. Llevaba esperando más de media hora para votar en el colegio electoral situado en el Complejo Regie, el campus universitario.
“Voto por los valores con los que he crecido, el respeto y el rumbo europeo”, continuó esta joven, que miraba orgullosa a su alrededor por la movilización que está encabezando su generación. “Es un momento crucial para nosotros, no podemos apartarnos de Europa”, recalcó María, estudiante de Ingeniería Química, al mismo tiempo que se muestra esperanzada mientras señala la larga cola de personas que desean votar.
“Nos interesa el futuro de Rumania, no perdemos la esperanza de que el país debe seguir avanzando”, explicó Alex, profesor de Historia, a su salida del Instituto Spiru Haret, en el centro de Bucarest, donde muchos ciudadanos también esperaban pacientemente. “Indiferentemente de quien salga presidente, debemos estar contentos porque hemos expresado nuestra voluntad”, agregó. A su lado, Raluca se mostró más escéptica con los votantes de Simion.
Interferencia de Moscú
Para Cristian Preda, profesor de Ciencias Políticas, Rumania no había vivido antes una interferencia del Kremlin como la sufrida ahora. “El apoyo expreso de altos cargos rusos y de Alexander Dugin [el ideólogo del presidente Vladímir Putin] a Georgescu ha cambiado el objetivo de los comicios, ya que Rusia nunca se había implicado en los procesos electorales de Rumania hasta este momento, jamás había apoyado a un candidato a la Jefatura de Estado”, señala.
El politólogo, que fue secretario de Estado en el Ministerio de Exterior, destaca que Rumania había gozado de una saludable alternancia democrática hasta 2012, con un partido en el poder y su contrincante en la oposición. Pero, desde entonces, las dos principales formaciones —el Partido Social Demócrata (PSD) y el Partido Nacional (PNL)— sellaron una alianza que ha monopolizado los gobiernos y frenado el nacimiento de otras formaciones.
“Nicusor creó la Unión Salvar Rumania (USR) en 2016 con ideas europeístas, mientras que George Simion cofundó en 2019 la formación de extrema derecha AUR, que ha aunado a los nostálgicos tanto del comunismo como del fascismo rumano del periodo de entreguerras”, relata Preda.
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