Albania decide en las urnas el rumbo de su acceso a la UE

Los albaneses acudieron este domingo a las urnas en unas elecciones legislativas determinantes para certificar las credenciales democráticas del país ante la Unión Europea (UE). Dos partidos, el Socialista (en el poder) y el opositor Partido Democrático (centroderecha), aspiran a lograr una mayoría suficiente para sacar adelante las reformas del sistema judicial que Bruselas pone como requisito para franquear al país balcánico la entrada al club. Ni el Partido Socialista, liderado por el primer ministro, Edi Rama, ni el Democrático, de Lulzim Basha, lograron en los comicios precedentes (2013 y 2009) los 70 escaños que dan la mayoría absoluta. 

En medio de una ola de calor, con temperaturas en torno a los 40º, y bajo la habitual sombra de la sospecha que ha acompañado anteriores convocatorias —el Ministerio del Interior confirmó centenares de intentos de compra de votos y actos de intimidación a electores—, los comicios fueron supervisados por 3.000 observadores, 300 de ellos extranjeros. Los resultados oficiales no se conocerán hasta este lunes.

Los dos partidos llegaron a las urnas prácticamente empatados en los sondeos, con una ligera ventaja socialista. Ambas formaciones aspiran a neutralizar la influencia del Movimiento Socialista para la Integración, del presidente electo Ilir Meta —tomará posesión el 24 de julio—, que en los últimos ocho años ha desempeñado el papel de árbitro en la formación de Gobiernos. Meta abandonó el Partido Socialista en 2004.

Corrupción

Hasta hace un mes el nuevo líder conservador, Lulzim Basha, admirador confeso de Donald Trump, amenazó con boicotear los comicios, provocando la inquietud de la comunidad internacional y especialmente de Bruselas.

Albania, uno de los países más pobres de Europa —el salario medio es de 340 euros mensuales—, es candidata a entrar en la UE desde 2014, pero el ingreso es una perspectiva todavía muy lejana. Según el último informe de la Comisión Europea, el sistema de administración de justicia albanés es “lento e ineficaz” y “continúa prevaleciendo la corrupción” en el país, la mayor tacha en el expediente de ingreso. También es un hándicap el evidente déficit democrático —con legislaturas plagadas de episodios de violencia verbal y física, fraudes de ley o insultos entre parlamentarios—, que las elecciones de ayer aspiran a dar por concluido.