Manifestaciones en el segundo aniversario de la caída de Mubarak
La efeméride se convierte en un nuevo acto de protesta de la oposición contra el presidente Morsi Disturbios en la plaza de Tahrir y en las inmediaciones del palacio presidencial, en El Cairo

Coincidiendo con el segundo aniversario de la dimisión de Hosni Mubarak, la oposición egipcia organizó este lunes manifestaciones contra el presidente Mohamed Morsi en las principales ciudades del país. En El Cairo, los dos principales focos de atención fueron de nuevo la plaza de Tahrir y el palacio presidencial de Ittihadiya, donde al caer la noche se registraron disturbios de baja intensidad con las fuerzas de seguridad.
El sombrío ambiente en Tahrir poco tenía que ver con la euforia que se respiró tras hacerse pública la renuncia del dictador que gobernó el país con mano de hierro. “¡El pueblo quiere la caída del régimen!”, el ya mítico lema de la primavera árabe, resonó una vez más en el centro de El Cairo, donde se reunieron varios miles de personas.
Las marchas, convocadas por un frente de 13 partidos y movimientos sociales, se enmarcan en el pulso que mantienen el presidente islamista Morsi y la oposición, mayoritariamente laica, desde la aprobación de una controvertida nueva Constitución a finales del pasado mes de diciembre.
Hace un par de semanas, el conflicto empeoró y se desató una ola de fuertes enfrentamientos callejeros, con epicentro en las ciudades de Suez y Port Said, ambas en los márgenes del canal de Suez. Como resultado de los disturbios, fallecieron más de 60 personas y resultaron heridas más de 1.500. Ambas ciudades, así como también Ismailiya, se encuentran bajo el estado de emergencia y con el Ejército patrullando sus calles.
Las movilizaciones estuvieron apadrinadas tanto por partidos políticos con vocación institucional como por movimientos de jóvenes revolucionarios. Todos ellos consideran que los Hermanos Musulmanes, organización a la que pertenece el presidente Morsi, han secuestrado la revolución, pervirtiendo sus demandas originales. “Mubarak cayó, pero el régimen persiste. Sólo se ha dejado barba”, escribió en su cuenta de Twitter el activista The Big Pharaoh.
Ahora bien, no existe ni mucho menos un consenso en el seno de la oposición sobre cómo superar la crisis actual. Los grupos de jóvenes revolucionarios apuestan por escalar las protestas callejeras para forzar la caída de Morsi, una posición mantenida también por Hamdin Sabahi, el político nasserista que dio la sorpresa en las presidenciales. Sin embargo, las otras dos prima donna del Frente de Salvación Nacional, Mohamed al Baradei y Amro Musa, se inclinan forzar un cambio de política gubernamental, y dejar que el rais termine su mandato.
Por otra parte, dos años después de su renuncia, el futuro de Mubarak es incierto. El mes pasado un tribunal de apelación anuló su condena a cadena perpetua por la represión cometida durante la revolución, y ordenó repetir el juicio. Sin embargo, el expresidente, apodado “el último faraón”, se encuentra recluido aún en la prisión de Tora. Al igual que su hijo y fracasado heredero, Gamal, se enfrenta también a varios cargos por corrupción.
El estado de permanente inestabilidad en el que vive instalado el país ha hecho que muchos egipcios recuerden con nostalgia los tiempos de Mubarak. No obstante, no hay ningún partido o movimiento que represente en la escena política a estos sectores sociales. “No es posible una vuelta atrás, al antiguo régimen. La historia no retrocederá”, comentó a El PAIS Abdalá Kamal, un analista político y exasesor del rais depuesto. La nueva Constitución inhabilita a los exlíderes del PND, el partido de Mubarak, para ocupar cargos electos.
La efémeride llega dos días después de que un tribunal ordenara al Gobierno clausurar durante un mes el popular portal de vídeos en internet YouTube por haber colgado un vídeo ofensivo sobre el profeta Mahoma. Si bien el Gobierno ha declarado que respetará y acatará el veredicto, asegura que no será fácil aplicarlo, pues se trata de una página web radicada en el extranjero.
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