Novedades sobre el estado de salud de la princesa Bajrakitiyabha de Tailandia tras más de dos años de silencio: sufre una grave infección
La primogénita del rey Vajiralongkorn, que era vista como posible heredera al trono tailandés, fue hospitalizada a finales de 2022 debido a una afección cardíaca que la dejó inconsciente
La princesa Bajrakitiyabha, la hija mayor del rey Maha Vajiralongkorn de Tailandia, sufre una severa infección que ha entrado a su torrente sanguíneo cuando se cumplen 32 meses desde su hospitalización debido a una afección cardíaca que la dejó inconsciente, según informó este viernes 15 de agosto la casa real tailandesa. Este es el primer informe oficial que se publica sobre el estado de la salud de la princesa, de 46 años, después de dos años y medio de silencio de la institución. En él se explica que Bajrakitiyabha ha sufrido infecciones ocasionales desde el pasado 9 de agosto, por lo que los médicos le han administrado antibióticos.
“La infección empeoró y entró en el torrente sanguíneo, lo que obligó al uso de múltiples antibióticos y medicamentos para estabilizar la presión arterial. El equipo médico continúa ofreciéndole tratamiento completo y monitoreando de cerca su estado”, afirma el comunicado. La casa real tailandesa también recuerda que la primogénita del monarca —la única hija del primer matrimonio del rey Vajiralongkorn con su prima hermana Soamsawali, de quien se divorció en 1991— sigue internada en el hospital Chulalongkorn de la Cruz Roja Tailandesa desde el 15 de diciembre de 2022.
Bajrakitiyabha, quien era vista como posible heredera al trono tailandés, fue hospitalizada tras perder el conocimiento mientras entrenaba a sus perros para una competición canina en la ciudad de Nakhon Ratchasima, a unos 250 kilómetros al noreste de Bangkok. Días después, la casa real explicó que la princesa se encontraba “estable hasta cierto punto” con varios órganos vitales, como su corazón, pulmones y riñones, dependiendo de máquinas para el funcionamiento. Según el anterior comunicado, publicado el 7 de enero de 2023, la princesa perdió súbitamente el conocimiento afectada por una bacteria microplasma que provocó la “inflamación del corazón” y una “alteración grave del ritmo cardíaco”.
Tras la ascensión al trono de su padre, coronado en una extravagante celebración en mayo de 2019 en una ceremonia en la que se convirtió en un semidiós para sus compatriotas, que han de postrarse ante él, Bajrakitiyabha tomó un papel más importante en las ceremonias y actos de la casa real. Esto se interpretó como un guiño ante la posibilidad de ser nombrada heredera de la corona tailandesa, que, según varias estimaciones, amasa la fortuna real más grande del mundo (estimada en más de 43.000 millones de euros).

Con un posgrado en Derecho por la Universidad estadounidense de Chicago (EEUU) y licenciada en Relaciones Internacionales, la princesa, amante de la hípica, también se formó en algunas de las escuelas más elitistas de su país y en Inglaterra. Además de la abogacía, ejerció como embajadora de Tailandia en Austria —entre 2012 y 2014— y ocupó varios cargos de representación del país en Naciones Unidas, por ejemplo, en el organismo de la ONU para la Mujer y en la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
El devenir doméstico de sus progenitores no resultó tan modélico. Vajiralongkorn pronto demostró que no era un hombre de familia ni de compromiso y abandonó a su mujer por la aspirante a actriz Yuvadhida Polpraserth. Esta le dio cinco descendientes, cuatro de ellos varones. La última fue una chica: la princesa Sirivannavari. Dos años después de su casamiento, Yuvadhida se fugó al Reino Unido con sus hijos, por lo que a todos ellos se les retiraron sus títulos reales y sus pasaportes. La princesa, a diferencia de sus hermanos, permaneció en Tailandia con su padre por motivos que nunca han trascendido. Después se casó con Srirasmi Suwadee, madre de su último hijo y de quien se divorció en 2014 despojándola de todos sus títulos reales. Días antes de su entronización, se casó por cuarta vez con quien era la jefa adjunta de su cuerpo de guardaespaldas y se convirtió en la reina Suthida en una ceremonia oficiada con gran secretismo. Apenas tres meses después, el polémico rey nombró consorte oficial a su concubina en una ceremonia retransmitida por televisión y el que era el primer nombramiento de este tipo en casi un siglo. Dos meses después, Vajiralongkorn repudiaba a Sineenat Wongvajirapakdi por “desagradecida” y “desleal”.
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