El príncipe Enrique sigue de nuevo los pasos de Diana de Gales y recorre un campo de minas en Angola
El hijo pequeño del rey Carlos III ha vuelto a viajar hasta el país centroafricano para firmar un nuevo acuerdo de cooperación con la organización The Halo Trust, con la que se alió su madre meses antes de su fallecimiento en 1997


El príncipe Enrique continúa con su deseo de mantener vivo el legado de su madre, Diana de Gales. A pesar de que este 31 de agosto se cumplen 28 años de su fallecimiento, su recuerdo y su historia siguen muy presentes. En un momento en el que parece que la relación con su padre, el rey Carlos III, está por llegar a un punto de entendimiento tras años de tensión, el duque de Sussex ha iniciado un viaje solidario a Angola con el que busca seguir de nuevo los pasos de su progenitora. Este martes 15 de julio, se ha trasladado, en solitario, al país centroafricano junto a The Halo Trust, una organización humanitaria no gubernamental que trabaja principalmente para eliminar minas terrestres y otros artefactos explosivos dejados por los conflictos en 28 países.
Es la tercera vez que Enrique de Inglaterra viaja a Angola con el objetivo de repetir aquel famoso recorrido por un campo de minas que realizó su madre en 1997, unos meses antes de su muerte en un accidente de coche en París. El 15 de enero de ese año, Lady Di se colocó un chaleco militar encima de su camisa de Armani y se dio un paseo por un campo de minas plagado de señales en color rojo que advertían de ello junto a una imagen de una calavera: “Peligro, minas”. Este corto trayecto haría historia y sensibilizaría a miles de personas en todo el mundo. Tanto que la campaña que protagonizó recibiría el Nobel de la Paz, pero ella no estaría allí para verlo, puesto que murió un mes antes.
Con esta nueva visita, el príncipe Enrique repite por segunda vez aquella icónica imagen. A su llegada, se reunió con el presidente angoleño, Joao Lourenco. “Le agradecemos su extraordinaria dedicación e inversión en la visión de un país libre de minas. Él expresó su intención de seguir apoyando nuestra labor con otro contrato importante durante los próximos tres años. Nuestra colaboración se fortalece y se renueva”, explica la nota de prensa difundida por The Halo Trust, en la que no se dan más detalles sobre dicho acuerdo.

Antes de su llegada al país africano, medios británicos ya aseguraban que este viaje se iba a producir en solitario y que Meghan Markle permanecería en Montecito (California) junto a los dos hijos del matrimonio, Archie y Lilibet Diana. “El duque no deja que su esposa vaya al Reino Unido por cuestiones de seguridad, por lo que no había ninguna posibilidad de que le permitiera ir a Angola a caminar sobre minas terrestres”, señaló una fuente al Daily Mail.
A última hora de este miércoles 16 de julio, el príncipe Enrique volvió a protagonizar la caminata entre campos de minas ataviado con un chaleco antibalas y una gorra. “Los niños nunca deberían tener que vivir con miedo de jugar al aire libre o caminar a la escuela”, afirmó el duque de Sussex durante la visita. También recorrió un pueblo cerca de un campo minado, donde conoció a niños a quienes se les dan clases sobre cómo evitar detonar los explosivos. La BBC estima que, desde 2008, unas 60.000 personas han muerto o han resultado heridas en Angola por este motivo. “Los restos de la guerra todavía amenazan vidas todos los días”, añadió el príncipe.

En Cuito Cuanavale, que fue el mayor campo de batalla de la guerra civil del país, el hijo pequeño del monarca británico se reunió con familias que todavía sufren los efectos secundarios de aquel conflicto. Se atrevió incluso con el portugués, idioma oficial del país, aunque repitiendo frases sencillas como “para”, “regresa” y “cuéntale a tus mayores”.
La primera vez que visitó Angola fue en agosto de 2013, y también de la mano de The Halo Trust, para ver de cerca los trabajos de búsqueda y desactivación de minas antipersona. El director ejecutivo de la ONG en aquella época, Guy Willoughby, habló del príncipe Enrique: “Está irritado porque los países que suministraron estas minas terrestres en realidad no están aportando fondos para limpiarlas 25 años después. Está muy interesado en ello, y eso es bueno. El compromiso demostrado juega un papel invaluable al ayudarnos a generar conciencia”. En un comunicado emitido entonces por el palacio de Kensington, el príncipe Enrique aseguró que estaba dispuesto a apoyarles de “cualquier manera” que pudiera. Esta no era la primera vez que viajaba con la organización, ya que en 2010 se desplazó con ellos a Mozambique.

El siguiente viaje se produciría seis años después, en 2019, cuando estaba a punto de dejar de ser un miembro en activo de la familia real británica. El anuncio de su salida se produciría tan solo cuatro meses después, en enero de 2020. Aquella gira, en la que viajó a otros países africanos, duró 10 días. La caminata por el campo de minas se produjo cerca de la ciudad de Dirico, en el sudeste del país. “Quiero aprovechar la oportunidad para destacar y agradecer al obierno angoleño, cuya visión y liderazgo han dado como resultado el compromiso de 60 millones de dólares para este esfuerzo. Las minas terrestres son una cicatriz de guerra sin curar. Al limpiar las minas, podemos a ayudar a esta comunidad a encontrar la paz”, pronunció en un discurso durante el viaje.
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