Jonathan Bailey, el actor de moda que representa a una nueva generación y desmonta el estereotipo de estrella de Hollywood
El intérprete, que saltó a la fama como Anthony en ‘Los Bridgerton’ y que ahora protagoniza ‘Jurassic World: El renacer’ junto a Scarlett Johansson, ha conseguido romper barreras en la industria cinematográfica


La vida profesional de Jonathan Bailey (Wallingford, Reino Unido, 37 años) podría perfectamente estar dividida en dos actos. Por un lado, todos aquellos papeles que aceptó después de su debut como actor, a los siete años, en la obra de teatro Cuento de Navidad; por otro, los que llegaron después de interpretar a Anthony Bridgerton en Los Bridgerton, proyecto que le aupó al estrellato. “Es difícil expresar lo sorprendido que estoy en cada paso del camino”, explicaba en una entrevista reciente en The Hollywood Reporter sobre el dulce momento que está viviendo en los últimos años gracias, entre otras cosas, a la exitosa serie de Netflix.
Criado en una familia numerosa, Bailey es el pequeño y el único varón de cuatro hermanos. Desde niño supo qué camino quería seguir: “Veía las clases de ballet de mi hermana a través de mi ventana. Quería estar allí con ella. Iba a esperarlas al fondo de su clase. Estaba obsesionado y me encantaba. Sentía bailar y cantar como una vocación”, recordó en otra entrevista con The Guardian publicada en febrero. Precisamente, fue en esa misma época cuando tuvo su primera toma de contacto con el cine y con el proyecto que le está llevando a copar los titulares de los medios especializados en Hollywood como uno de los protagonistas de Jurassic World: El renacer, película que se estrena el próximo 2 de julio y en la que comparte cartel —y besos en alfombras rojas— con Scarlett Johansson. “Vi Jurassic Park con mi familia, a los seis años, en el cine. Fue la primera vez que íbamos todos juntos a algo así“, afirmó en el medio británico.
Sus padres no pusieron ningún impedimento para que comenzase su andadura como pequeño actor. “Estaba muy protegido por ellos, pero me dieron esta oportunidad. No falté a ninguna clase. A los 13 años, ya había hecho tres producciones para la Royal Shakespeare Company”, explicó a The Guardian. Bailey sabía que quería dedicarse a la actuación, pero no se formó para ello: “Había una creencia común de que si no lo hacías, no serías capaz de recitar textos clásicos o de actuar en grandes teatros. Me sentí limitado”.
En la adolescencia, dejó el mundo del espectáculo por un tiempo: “Me daba vergüenza pensar que [bailar] significaba algo más. Sabía que era mejor jugar al rugby que bailar. No había otros chicos bailando”, recuerda. Tal y como explicó al diario británico, uno de sus profesores le llamó “maricón” delante del resto de la clase: “Es duro. Hay ciertas cosas en la vida que hacen que la gente crea saber algo de ti, y esas suposiciones te hacen dejar de hacer algo que te apasiona. Te limitas o te controlas”.

Recuperado y de vuelta a la actuación, durante la década de sus 20 años recibió rechazo tras rechazo: “Mi recuerdo y mi experiencia es que no hubo ni un momento en el que pensara que llegaría a interpretar un papel protagonista masculino”, confesó en una entrevista publicada en GQ. Pero estaba equivocado y pronto llegaría la propuesta más importante de su carrera y la que marcaría un antes y un después para siempre.
En 2018, mientras estaba inmerso en el musical Company, recibió el guion de una serie de época que estaba preparando Netflix. A punto estuvo de no acudir a la audición —“Estaba completamente agotado. Solo necesitaba salir y experimentar el mundo”, explica en The Hollywood Reporter—, pero lo hizo e hipotecó los siguientes años de su vida a la producción de Los Bridgerton. Actores como Regé-Jean Page y Phoebe Dynevor decidieron abandonar la producción después del bum que les aupó al estrellato. Él no lo hizo, a pesar de que no cesaron las propuestas. “Nunca he sido de los que dicen: ‘Gracias, adiós’. No es mi naturaleza”, explicó también al medio especializado. Y todo ello a pesar de que con el paso de las temporadas —cada una de ellas centrada en uno de los hermanos Bridgerton—, ha ido perdiendo el protagonismo y ha pasado a ser un personaje secundario de la trama.
Bailey es, desde hace años, uno de los referentes del colectivo LGTBIQ+, pero al comienzo de su carrera le hicieron creer que era mejor ocultar su orientación sexual al público para favorecer su ascenso. Fue durante uno de sus primeros proyectos cinematográficos cuando un compañero de rodaje le hizo una recomendación que quedaría grabada para siempre en su mente: “Hay dos cosas que no queremos saber: si eres alcohólico o si eres gay”. “Claro que pensé que para ser feliz necesitaba ser heterosexual. Llegué a un punto en el que pensé: ‘A la mierda’. Prefería coger la mano de mi novio en público o poder poner mi propia foto en Tinder y no estar tan preocupado por eso que conseguir un papel”, reveló en una entrevista con GQ en 2022. Y añadió en otra más reciente con la misma revista: “Recuerdo tenerlo todo muy claro a una edad temprana. En la escuela todo es fácil y luego se va enturbiando según creces. Es una pena, sobre todo cuando hablamos de sexualidad”.
Aquellos miedos iniciales de hablar sobre su orientación sexual pronto se disiparon. “Soy quien soy y siempre lo seré. Es algo extraordinario ver y escuchar la palabra gay junto a mi nombre todo el tiempo. Es algo de lo que estoy increíblemente orgulloso, pero tampoco es algo por lo que nadie más se definiría”, afirma en GQ. Él es el claro ejemplo de que hablar abiertamente de tu sexualidad no tiene por qué cerrar puertas. “Ser un actor gay, históricamente, significaba que no podías interpretar a un heterosexual y que, de todos modos, no había papeles gay que interpretar. Eso ha cambiado. Cualquier prejuicio contra la sexualidad es algo contra lo que hay que luchar, y qué mejor manera de hacerlo que interpretando cualquier personaje”, añadió en The Hollywood Reporter.

Pero en este tiempo ha preferido mantener en privado los detalles de su vida sentimental. En 2023 confirmó que estaba saliendo con un “hombre encantador”: “No es un secreto, pero es privado. Tener una vida privada para mí es fundamental. No sé si podría tener la misma confianza para hablar de otros temas si sintiera que mi vida entera está en juego”, apuntó en una entrevista con Evening Standard. No ha vuelto a hablar de ello, pero sí sobre su deseo de ser padre: “Es un privilegio, pero ahora no puedo incorporarlos [a los hijos] a mi vida. Quiero asegurarme de estar presente. Estoy leyendo libros sobre adopción. Quizás comparta la crianza con una mujer, pero creo que será con un hombre”, explicó en Vogue en diciembre de 2024.
Su nombre está por todas partes. Sobre todo después de interpretar el papel de Fiyero en la aclamada Wicked, que además estrenará su segunda parte en noviembre. “Llegaba del set, dormía en un vuelo, iba directo a un baile de Los Bridgerton y al día siguiente bailaba con Ari [Ariana Grande] y Cynthia [Erivo]. Todos los demás tuvieron tres meses de ensayo. Yo solo tuve tres días”, afirmó en The Guardian sobre lo duro que fueron los meses de grabación, en los que compaginó la película con la serie de Netflix y con el teatro.
Gracias a su participación en Jurassic World: El renacer, su cara y su nombre vuelven a copar las portadas de las revistas de medios en todo el mundo. Es uno de los actores del momento y sus compañeros de rodaje se rinden en halagos hacia él: “Es tan alegre. Siempre está animado. A veces, cuando dices que alguien tiene una actitud positiva, puede parecer que le quitas importancia a que también sea alguien profundo, porque puede resultar artificial. Pero él es un pensador profundo y también increíblemente empático”, dice Scarlett Johansson en GQ, con quien ha forjado una estrecha amistad que ahora se pasea por las alfombras rojas como parte de la promoción de la película. ”La vida es demasiado corta como para no poder besar a una amiga”, dice sobre los besos que han protagonizado en público.

El intérprete sabe que tiene ahora el altavoz para poder hablar de diversos temas con los que ayudar a la concienciación. En 2024, Bailey creó una fundación benéfica: The Shameless Fund, que colabora con artistas y marcas para financiar organizaciones LGTBIQ+ sin ánimo de lucro.
Representa una nueva generación de actores que desafían las creencias de lo que es ser una estrella de Hollywood y que, además, consiguen conectar con el público de una manera diferente. Asegura que este es su mejor momento profesional, pero que “no durará mucho”. Aun así, ya ha planeado descansar unos meses después del estreno de esta próxima película y antes de la promoción prevista para la segunda parte de Wicked. Sigue en la ola, pero priorizándose y eligiendo los tiempos de lo que quiere hacer con una carrera que promete dar de qué hablar y que ha alcanzado en silencio. Bailey ha aprovechado el tirón de la fama, pero siendo fiel a aquello que le catapultó a ella, como ha demostrado quedándose en Los Bridgerton hasta ahora.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
