Los dos acusados de la muerte de Liam Payne por suministro de estupefacientes irán a juicio

A punto de cumplirse ocho meses de la muerte de Liam Payne, a los 31 años, tras precipitarse desde el balcón de su habitación del hotel CasaSur, en Buenos Aires, lo ocurrido aquel 16 de octubre —y los días previos— sigue siendo investigado por las autoridades argentinas. Con el proceso judicial todavía por comenzar —no hay fecha fijada aún para el inicio del juicio—, recientemente se ha conocido que Braian Nahuel Paiz, de 25 años, y Ezequiel David Pereyra, de 24, irán a juicio oral acusados de suministrarle al cantante británico los estupefacientes que consumió antes de fallecer.

Payne tomó drogas “desde por lo menos 72 horas previas a la muerte y hasta pocos minutos antes de su fallecimiento”, tal y como reveló el informe toxicológico que se le realizó tras su muerte. Paiz conoció al excantante de One Direction mientras trabajaba como camarero en un restaurante; mientras que Pereyra era empleado del hotel donde se hospedaba el británico. Ambos permanecen en prisión preventiva desde principios de enero y están procesados por haber suministrado drogas al artista, lo que puede acarrear penas que oscilan entre los 4 y los 15 años de cárcel.

Andrés Esteban Madre, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional, ha solicitado recientemente que ambos sean juzgados por “suministro de estupefacientes a título oneroso”. El fiscal le atribuye a Paiz la entrega de cocaína a Payne mediante un pago, el 14 de octubre, y señala que le acompañó en su habitación durante horas. “Lo expuesto demuestra entonces que el imputado Paiz, a requerimiento de Payne, se apersonó en el hotel en cuestión, permaneció en su habitación, ocasión en la que le entregó cocaína al nombrado, hasta que se retiró alrededor de las 8.15″, señala su informe. Se le imputa una segunda entrega ese mismo día, cuando el cantante se desplazó a la vivienda del acusado para obtener más drogas. Y llegó incluso a producirse un nuevo intercambio de mensajes, en relación con una tercera entrega, en el que Payne le avisaba de que contaba con 100 dólares para el pago.

Por su parte, Pereyra ha sido acusado de haberle suministrado las drogas un día antes de su muerte y el mismo día por la tarde. “Se ha podido reconstruir fehacientemente que Ezequiel David Pereyra en dos ocasiones, durante su estadía, le entregó estupefacientes”, señala el informe. Tanto las grabaciones de las cámaras del hotel como el testimonio de cinco empleados de CasaSur confirman estas entregas.

Simultáneamente, la jueza ha dictaminado una medida urgente para prohibir la exhibición y difusión de imágenes o vídeos sensibles relacionados con el fallecimiento del artista. Todo ello después de que su familia denunciase la cobertura mediática: “Han causado un daño indescriptible y duradero”, denunciaron el pasado mes de marzo. “La reiterada difusión de la prueba de este expediente no solo mancilla gratuitamente la memoria del Sr. Payne, sino que también tiene un impacto severo y directo en la salud psíquica de su hijo menor de edad”, recoge Infobae sobre la querella. A partir de ahora, según lo dictado por la jueza, no se permite tampoco la publicación de cualquier tipo de material que exponga las circunstancias o su estado físico en momentos previos a su fallecimiento.

La autopsia demostró que su muerte fue causada por un politraumatismo y hemorragia interna y externa, y también se determinó que tenía alcohol etílico, así como cocaína, metilecgonina, benzoilecgonina, cocaetileno y sertralina en el cuerpo. Además, los forenses determinaron que había consumido la cocaína por vía nasal.

El pasado mes de febrero la Justicia argentina exculpó a tres de los cinco acusados de su fallecimiento. Los jueces de la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional resolvieron sobreseer el procedimiento contra Rogelio Nores, empresario amigo del músico, y Esteban Grossi y Gilda Martín, encargado y gerente del hotel, respectivamente. Los trabajadores de CasaSur estuvieron implicados en una escena que no tardó en viralizarse en redes sociales y donde aparecen hasta tres empleados (entre ellos Grossi) cargando con el cuerpo aparentemente inconsciente de Payne del vestíbulo del hotel a su habitación. El cantante cayó por el balcón del tercer piso y murió diez minutos después. En aquel momento, se señaló a los tres empleados por no haber llamado a las asistencias sanitarias, pero la gerente defendió que no tenía ninguna responsabilidad por el bienestar del británico porque “el hotel no era una institución médica”.