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Ensalada de pasta con queso feta, calabacín y hierbabuena

Existen dos métodos para enfriar la pasta para una ensalada. En esta fresca y ligera, con toques ácidos y salados, utilizamos el más rápido

Ensalada de pasta

Cuando empieza a apretar el calor no queremos renunciar a nuestro hidrato favorito –la pasta, por si hay alguna duda–, pero sí podemos bajarle la temperatura. ¡Adiós lasañas y pastas al horno, hola ensaladas frías! La ensalada de pasta no es un crimen salvo que le pongas mayonesa; y aun así, eso es discutible (aunque no delante de un italiano, claro).

Para preparar una pasta fredda –que así la llaman en Italia– hay dos formas de enfriar la pasta. La directa: pasándola rápidamente por el grifo de agua fría. En ese caso, sacúdela bien en el colador y sécala un poco más con un trapo limpio. Y la indirecta: escurrirla muy al dente y mezclarla con el aliño frío, dejando que se enfríe por sí sola. En ambos casos, usar una pasta decente ayuda: mejor textura, mejor resultado.

La receta de hoy viene fresca, con toques salados y ácidos que la aligeran. Los calabacines se cocinan en sartén hasta que se ablanden y se doren: no queremos rodajitas secas, sino una especie de “salsa vegetal”. El queso feta le da el contraste potente, aunque también puedes usar un queso fresco gallego tipo Cebreiro, o un buen chèvre francés. La idea es que sea fresco, ligeramente ácido y algo salado. Para rematar: hierbabuena y vinagre, que te van a tener salivando desde el primero hasta el último bocado.

Dificultad: Tienes que encender el fuego, poco más

Ingredientes

Para 4 personas

  • 500 g de pasta corta
  • 600 g de calabacines (o más)
  • 150-200 g de queso feta
  • 4 dientes de ajo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Unas hojas de hierbabuena
  • Vinagre de manzana o de Jerez

Instrucciones

1.

Preparar los calabacines: lavarlos, cortar los extremos y cortarlos en rodajas de unos tres o cuatro milímetros. Si son más gruesas tardarán demasiado en cocinarse, si son más finas quedarán secas. 

2.

Pelar dos dientes de ajo y cortarlos por la mitad a lo largo.

3.

En una sartén, calentar unas cucharadas de aceite de oliva y dorar esos ajos.

4.

Añadir los calabacines, mezclarlos bien con el aceite y los ajos, tapar y cocinar durante 15-20 minutos, removiendo de vez en cuando. Deben dorarse y deshacerse un poco.

5.

En una fuente grande mezcla el queso feta en daditos, las hojas de hierbabuena en trozos, los otros dos dientes de ajo en láminas y un chorrito de aceite de oliva.

6.

Cuando los calabacines estén templados, añadirlos a la fuente con su aceite. Mezclar suavemente, añadir dos o tres cucharadas de vinagre, y dejar reposar.

7.

Cocer la pasta al dente, enfriar rápidamente debajo del grifo, secar un poco con un paño y mezclarla con el aliño de calabacines. 

8.

Cubrir con un paño y guardar en la nevera unas horas. Antes de servir, ajustar la cantidad de aceite de oliva y sal (y si te animas, de vinagre).

Si tienes dudas o quejas sobre nuestras recetas, escríbenos a elcomidista@gmail.com. También puedes seguir a El Comidista en Youtube.

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