La trágica historia de un esgrimista y banquero que dio nombre a un cóctel mítico, el Lucien Gaudin
El francés fue una leyenda de la esgrima y gran amante de los bares. Un combinado que se puede tomar en diferentes lugares lleva su nombre

Decía Kinglsey Amis en uno de sus artículos recopilados en Everyday drinking (Bloomsbury, 2008) que a él le gustaba beber la ginebra con ginger beer o, solamente, con agua. Pero el destilado, inventado por los holandeses y hecho famoso por los británicos, es mucho más versátil. Lo supo bien Lucien Gaudin, el esgrimista que hizo historia y que tiene un cóctel a su nombre a base de ginebra.
Corría el mes de junio de 1905 cuando el joven de dieciocho años Lucien Alphone Paul Gaudin (1886 – 1934, París) se convirtió en campeón mundial de espada en el Palacio de las Tullerías de París. La leyenda se había forjado tan sólidamente como el acero de su arma, y Gaudin brillaría durante un cuarto de siglo en lo más alto de la disciplina.

Hijo de un militar de carrera, Gaudin descubrió la esgrima en Angers (Francia) a los 12 años, deporte que compaginó con el tenis y la equitación hasta que se concentró de pleno en el florín y la espada, con los que conquistó medallas como dos oros en el campeonato mundial, la victoria en la primera edición del campeonato europeo en 1921 y nueve títulos consecutivos para Francia en los Juegos Olímpicos de entre 1906 y 1914. Se retiró a sus 42 años tras ganar otros dos oros para dedicarse al periodismo y fundar Les Films Sportifs, una agencia que produjo la película de las Olimpiadas de 1924.

A Gaudin, que de oficio era banquero, le gustaba fumar, beber y comer, y frecuentaba fiestas, bares y restaurantes, tal y como cuenta Laurent Frédéric Bollée en Lucien Gaudin : le maître des armes (Cristel, 2001). Uno de ellos era el Cheval Pie, una rotisserie en la avenida Victor Emmanuel III, 8, en su París natal. Fue allí donde le dedicaron una creación en su honor, que bautizaron con su nombre: el cóctel Lucien Gaudin. ¿Casualidad? Tal y como dice el histórico bartender barcelonés Ginés Pérez en Impresiones de un barman (Ifeel, 2015), el nacimiento de un cóctel no es fruto de la casualidad: “El combinado nace inmerso en la creatividad y de la leyenda, amamantado en la clandestinidad y en la magia, con la colaboración de la noche amiga, consiguiendo un resultado final brillante”. Gaudin, con su afición por las barras, las copas y con su palmarés dorado, se ganó a pulso tener un cóctel a su nombre.
Vivió una época donde el cóctel conquistó París. En 1889 aparecieron los primeros bares angloamericanos gracias a la Exposición Universal, que siguieron creciendo hasta 1914: “Los frecuentaban únicamente jockeys, entrenadores y propietarios, y la mayor parte estaban prohibidos para las mujeres”, explica el dibujante, libretista y editor, Georges-Gabrien Thenon, alias Rip, en Cocktails de Paris (Demangel, 1929), un recetario de coctelería mítico. Durante la guerra, la demanda de ingleses y americanos en tierras francesas aumentó la oferta de sus bebidas favoritas y de los bares donde las preparaban “con grandes barras de caoba y altos taburetes”.
La receta que se describe en Cocktails de Paris y con la que Charlie, bartender de Cheval Pie, ganó la copa de honor en un concurso de barmans profesionales que tuvo lugar en París el 2 de febrero de 1929, lleva 1/2 de Gordons Dry Gin, 1/6 de Campari, 1/6 de Cointreau, 1/6 de vermouth francés.

David Pérez, bartender del bar Pictura, en el Hotel Mandarin Oriental Ritz de Madrid, donde el cóctel Lucien Gaudin está en la carta, explica que él también le añade un par de golpes de bitter de naranja y decora con un twist de la misma fruta. “Es un cóctel honesto. Promulga con su leyenda desde sus ingredientes: todos están en perfecta sintonía, haciendo de este combinado certero, un estoque directo al cerebro”, comenta Pérez. “Lo suelo recomendar a personas del sector, clientes italianos que entienden bien el concepto seco/amargo y a personas elegantes en general, es un cóctel muy refinado. Junto con el Singapur Sling, dentro de su contexto, es un cóctel que nunca me ha fallado”.
La receta del Lucien Gaudin de David Pérez que se sirve en Pictura lleva 1/2 oz (1 onza son 30 ml) de ginebra, 3/4 oz de vermú seco, 3/4 oz de Cointreau, 3/4 oz de Campari y 2 dash (golpes) de bitter de naranja.

Lamentablemente, Lucien Gaudin dejó de beber su propio cóctel muy temprano: en 1934, arruinado tras la bancarrota de su agencia y por la crisis de la década de los años 30, fue encontrado sin vida un 23 de septiembre de 1934, a pocos días de su 48 cumpleaños, en lo que oficialmente se dirimió como un infarto mientras dormía, pero que la cultura popular atribuyó a una sobredosis.
Para Dean Shury, propietario de la coctelería 14 de la Rosa (Barcelona), el trago Lucien Gaudin era un habitual de sus años como bartender en Londres. “Es una versión ligeramente más seca del Negroni, y menos amarga. Es una lástima que casi no se pida en España, ya que es un cóctel delicioso que suele gustar a la gente que prefiere la ginebra, los cócteles secos y, por supuesto, a los fans del Negroni”. Él lo sirve removido, directo en una coupette, con un poco de aceite de naranja y una moneda de piel de naranja. Su receta contiene 30 ml de una ginebra London Dry, 15 ml de bitter Martini, 15 ml de Cointreau triple seco y 15 ml de vermú Dolin Dry.
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