Ciencia en favor de la sostenibilidad

No ha sido 2025 un año cualquiera para quienes promueven la innovación. Este año el Premio Nobel de Economía ha reconocido los trabajos de Joel Mokyr, Philip A. Young y Peter Howitt en la relevancia de la innovación para un desarrollo económico sostenible. Por eso, las primeras palabras del presidente de la Agencia Vasca de la Innovación, Innobasque, Imanol Rego, durante la celebración del Global Innovation Day en San Sebastián —la gran cita anual de la innovación en Euskadi— estuvieron dirigidas a los “tres sabios” que defienden que “la innovación tecnológica es necesaria para la sostenibilidad del crecimiento económico”. Como en citas anteriores, Innobasque eligió ejemplos de experiencias innovadoras que tienen impacto en la economía y en el bienestar de la sociedad. En esta ocasión, bajo el título De la ciencia a la innovación, se abordaron iniciativas relacionadas con la salud, el medio ambiente y la fabricación avanzada. Además del programa Bizi, promovido por el Servicio Vasco de Salud, Osakidetza, que ha creado un curso online para formar en la detección del riesgo de suicidio, la jornada presentó cuatro proyectos empresariales de éxito.

Nanotecnología en potabilizadoras

El estrés hídrico avanza en Europa y el acceso al agua es una de las grandes preocupaciones de los próximos años. De esa inquietud surgió la investigación científica que Iliane Rafaniello comenzó en la Universidad del País Vasco y que ha culminado en la creación de la empresa Surphase, dedicada a mejorar la eficiencia de las plantas desalinizadoras que producen agua potable a partir de la marina. “Es fundamental que los procesos de tratamiento de agua funcionen de forma eficiente para garantizar a la sociedad el acceso a este recurso de vital importancia”, defiende Rafaniello. El principal problema de estas plantas potabilizadoras es que “no hay ninguna tecnología que permita una detección suficientemente anticipada” del ensuciamiento de los filtros. Y esa es la solución que ofrece Surphase. Un dispositivo de sensorización avanzada que mejora la monitorización de los filtros y prolonga su vida útil en uno o dos años, reduciendo en hasta un 25% los costes en limpieza.

Hacia la fábrica del futuro

El paisaje habitual de una fábrica de componentes de automoción es la de una línea de montaje para cada producto. Lo que busca Factory 21, la iniciativa de Gestamp, una de las principales empresas del sector en Euskadi, es algo mucho más flexible que permita “fabricar diferentes productos de diferentes modelos de coches haciendo uso de los mismos medios”, explica Aloña Auzmendi, directora de fabricación avanzada. Se trata de un nuevo concepto de producción que permite “estar fabricando una puerta y dentro de dos horas o a la tarde cambiar los medios de forma automática y producir un capó, por ejemplo”. Para ello, Gestamp ha recurrido a vehículos autónomos y ha desarrollado un software que “ordena a las instalaciones y a los vehículos, recibe feedback en tiempo real y de esa manera somos capaces de desplazar elementos y de continuar con la producción utilizando distintas piezas”. El proyecto ha saltado a una planta piloto para probarlo en condiciones reales de producción.

Fármacos contra la metástasis

El primero de los cánceres que empezaron a investigar en Oncomatrix, una empresa especializada en el desarrollo de fármacos biológicos, fue el de páncreas, de mortalidad altísima. Y descubrieron que se generaba un entorno alrededor de las células cancerígenas que las protegía de la quimioterapia tradicional o la inmunoterapia y que, después, ayudaba a extender la metástasis.

“Nuestra primera innovación fue que atacamos al entorno y no al tumor”, explica el consejero Pedro Esnaola. Su investigación se centró en diseñar fármacos que abrieran huecos en esa defensa, a través de los llamados anticuerpos conjugados a fármacos. “Llevamos más de 100 pacientes tratados, tanto en España como en Estados Unidos, con resultados francamente interesantes, que nos han permitido dar el salto a una segunda fase en la que vamos a tratar a 250 pacientes en colón, páncreas, pulmón y sarcomas”, desgrana.

Transporte de hidrógeno renovable

La empresa H2SITE es el fruto de más de una década de investigaciones del Centro de Investigación Tecnalia y la Universidad Tecnológica de Eindhoven (Países Bajos) para buscar una solución al transporte del hidrógeno renovable, que encarece entre un 80% y un 300% el precio final que paga el consumidor. Lo que ofrece esta empresa son unas membranas en las que se introducen diferentes gases para solo dejar pasar el hidrógeno en un grado de máxima pureza. Estos filtros, elaborados con una aleación metálica de paladio, son una solución eficiente para el transporte del hidrógeno y permiten producirlo en los lugares en los que se va a utilizar, como industrias, barcos o estaciones de repostaje. “Hemos industrializado la tecnología que se desarrolló en el laboratorio y hemos construido una planta de fabricación única en el mundo”, explica Gorka Hermoso, director financiero de H2SITE. La planta opera desde hace tres años.