
Del éxodo al encierro: cómo Bangladés se convirtió en una prisión sin muros para los rohinyás
Este 25 de agosto se cumplen ocho años del inicio de la ofensiva del ejército birmano contra la minoría musulmana rohinyá. Fue una operación de limpieza étnica que arrasó aldeas enteras y forzó la huida de 750.000 personas a Bangladés. Hoy, cerca de 1,2 millones malviven en campos saturados, sin derechos ni perspectivas de futuro.
¿Quiénes son los rohinyás y por qué huyeron? La etnia rohinyá, de mayoría musulmana, es originaria del estado de Rakáin, en el oeste de Myanmar.
- Durante décadas, el Gobierno birmano les negó la ciudadanía y les impuso restricciones de movimiento, matrimonio, educación o descendencia.
- En 2017, tras el asesinato de 12 policías por parte de un grupo insurgente rohinyá, el ejército lanzó una campaña represiva masiva.
- Aldeas fueron arrasadas y miles de personas asesinadas. “Los militares nos torturaban y maltrataban”, resume Rofia, que huyó con sus hijos.
Bangladés, un país de acogida sin soluciones: aunque permitió la entrada de los rohinyás, Bangladés nunca les reconoció como ciudadanos ni les otorgó derecho a trabajar.
La ayuda internacional, en caída libre. EE UU, que en 2023 aportó 300 millones de dólares, ha reducido su contribución a 85 millones este año. La ayuda por persona no supera los 12 dólares mensuales.
Una frase: “La creación de los campamentos fue un éxito humanitario”, reconocía Alexander Matheou (Cruz Roja), “pero ya era insostenible antes de los recortes”.
©Foto: Samuel Sánchez