La Consejería de Sanidad madrileña busca una empresa privada que se haga cargo de la Unidad del Dolor del Hospital Infanta Leonor
Estos tratamientos han estado paralizados durante dos años en este centro asistencial vallecano y no volverán a hacerse porque la Administración regional no tiene “recursos materiales ni humanos” necesarios


Hasta el verano de 2023, el hospital público Infanta Leonor, en Vallecas, tenía una Unidad del Dolor. Al “quirofanito” ―una pequeña sala donde se realizaban cirugías ambulatorias― llegaba una anestesista, un reumatólogo o un traumatólogo, una enfermera y un técnico auxiliar para darle atención a un puñado de pacientes que necesitaba tratamiento para un dolor crónico. Muchos eran personas en posoperatorio que necesitaban infiltraciones o bloqueos nerviosos para aliviar la dolencia que otros métodos no le quitaban. Hasta que un día en la agenda no se programaron más citas, el anestesista no vino y la salita se dedicó exclusivamente a las pequeñas intervenciones quirúrgicas de siempre. Durante dos años, de la Unidad del Dolor del Infanta Leonor no se habló más, pero hace unos días se conoció la noticia de que la Comunidad de Madrid está buscando una empresa privada que se encargue de realizar estos procedimientos.
La Consejería de Sanidad ha sacado a licitación el expediente de contratación del “servicio de asistencia sanitaria en tratamiento del dolor crónico de pacientes del Hospital Universitario Infanta Leonor”. “Debido a la carencia, tanto medios materiales, como de personal especializado para llevar a cabo las actividades que integran el servicio objeto del contrato, se hace necesario recurrir a su contratación externa”, señala Sanidad en uno de los documentos de la licitación, firmado por la gerente del hospital, María del Carmen Pantoja.
“Esta estrategia es un claro ejemplo de deterioro que el Gobierno regional del PP está infligiendo a la sanidad pública para justificar su progresiva privatización”, ha denunciado CC OO en un comunicado este miércoles. “Con ello adelgazan, aún más, las plantillas de empleados públicos en el sector y engordan las cuentas de resultados de algunos grupos sanitarios privados con inyecciones millonarias de dinero de todos los madrileños y madrileñas”.
La Unidad del Dolor del Infanta Leonor no era un servicio que demandara grandes recursos, ni materiales ni humanos. De hecho, tan solo eran necesarios entre tres y cuatro profesionales y las citas, mientras funcionaba, se abrían tan solo para un día a la semana, por lo que tampoco tenían un flujo de pacientes desbordante. “No teníamos grandes listas de espera. El paciente se atendía con el especialista que lo derivaba a la Unidad del Dolor y recibía el tratamiento en el mismo lugar. No entiendo a qué recursos se refiere la Consejería de Sanidad”, dice Maina Núñez, delegada en el Infanta Leonor de CC OO, sindicato que ha denunciado esta nueva operación de “privatización” de la sanidad pública madrileña.
Tanto a los trabajadores del Infanta Leonor como a los partidos de la oposición en la Asamblea de Madrid les llama la atención que Sanidad se escude en que no tiene recursos humanos y materiales para restablecer una Unidad del Dolor tan pequeña como la de este hospital. El contrato en licitación se ofrece por un importe relativamente bajo, de 87.757,31 euros para su ejecución en 12 meses, aunque se reconoce que esta cantidad puede llegar a más de 450.000 euros en caso de modificaciones y prórrogas (de hasta 60 meses).
Carlos Moreno, diputado del PSOE en la Asamblea de Madrid, dice que es un “escándalo” que la Consejería de Sanidad no tenga recursos para una Unidad del Dolor que requiere a unos cinco profesionales. “Es muy preocupante que un hospital público no sea capaz de mantener un mínimo de personal”, asegura Moreno. “A 30 de septiembre, la Consejería tiene un saldo de 14 millones de euros libres de carga que se podrían utilizar en la Unidad del Dolor del hospital Infanta Leonor”, agrega.
Un portavoz de la Consejería de Sanidad regional responde que “para garantizar la asistencia sanitaria a sus usuarios en este ámbito, con una calidad óptima, se ha procedido a licitar la externalización del servicio”. Señala que es una medida que está dentro “de la más estricta legalidad” y que “no es un caso único ni en este hospital ni en ningún otro complejo de la Sanidad pública madrileña, ni en relación a otros servicios que no entran dentro de las carteras de servicios de determinados hospitales”.
El hospital Infanta Leonor es un hospital público que funciona bajo un modelo mixto, en el que los servicios clínicos los presta personal contratado por la Administración regional, mientras que otros servicios como la cafetería, la seguridad o la lavandería van a cargo de una empresa privada. La externalización de la Unidad del Dolor no significa que la empresa privada que lleva todos esos servicios vaya a asumirlos, sino que la Consejería busca quien pueda suplir esas necesidades fuera del centro.
Marta Carmona, diputada de Más Madrid, no duda de que sea el Grupo Quirón el beneficiario de esta nueva licitación. “Quirón puede presentarse a todos los contratos porque va dopado con dinero público de la Comunidad de Madrid y por eso puede presentar propuestas muy jugosas en comparación con otras empresas”, apunta.
La diputada relaciona el modelo de estas privatizaciones con el del hospital de Torrejón, cuyo gestor, según reveló EL PAÍS, pidió a los jefes del centro que dejen de atender a los pacientes que menos dinero reportan. “Hay que tener en cuenta que los pacientes que se atienden en una Unidad del Dolor son pacientes costosos, porque hay que probar muchas cosas antes de que encuentren una mejoría”, explica. “Si se van a la privada, no les va a preocupar encontrar el mejor tratamiento, sino el que salga más abarato”.
Según CC OO, parte de los pacientes del Infanta Leonor que necesitaban estos tratamientos eran atendidos por un traumatólogo y dos enfermeras en el centro de salud Vicente Soldevilla, en Puente de Vallecas. Sin embargo, como allí no cuentan con una zona de cirugía ambulatoria en la que se pudieran llevar a cabo los procedimientos, muchos eran enviados a la Unidad del Dolor del hospital Gregorio Marañón. “El problema es que el Marañón nos deniega pacientes en muchas ocasiones porque están saturados”, asegura Maina Núñez, delegada de CC OO en el Infanta Leonor.
Ahora, la Comunidad de Madrid busca externalizar este servicio, o lo que es igual, privatizarlo. “No es factible que el Hospital pueda desarrollar un servicio adecuado, debido a la limitación de los recursos propios, la complejidad y especificidad de los tratamientos ya que carece de los recursos para ello, tanto humanos materiales, por el nivel de complejidad y especialización necesaria para poder llevar a cabo estos tratamientos en los términos requeridos y ayudar a la recuperación de los pacientes que lo necesitan”, reafirman en uno de los informes de la licitación.
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