Ir al contenido
_
_
_
_

Tres décadas vendiendo cómics en Alcalá de Henares, desde ‘Mortadelo y Filemón’ hasta ‘Naruto’

Alcalá Cómics, una tienda especializada en historietas, mangas, literatura de fantasía y juegos de mesa, es una de las más antiguas y amplias de Madrid

Alcala Comics
Daniela Gutiérrez

Por la mañana, a la tienda Alcalá Cómics casi todos los que entran son alcalaínos mayores para comprar la prensa. Llegan con las monedas en la mano, las dejan que suenen sobre el mostrador de cristal y Lidia les pasa uno de los periódicos del día o la revista de famosos de la semana. Esos clientes apenas entran al pasillo lleno de cómics y figuras de personajes de plástico, que se mantienen casi vacíos hasta la tarde, cuando todo es diferente: el local se llena de personas que rebuscan entre los estantes del fondo de la tienda un juego de mesa estratégico y de las que quieren un número de Hirayasumi, de One Piece o de Superman. Porque sí, en el mundo del cómic todavía los clásicos se mantienen tan vivos como hace décadas atrás, cuando no existían las redes sociales y las historietas se compraban por unos pocos céntimos en cualquier papelería de barrio.

Alcalá Cómics es una de las tiendas especializadas en cómics, mangas, literatura de fantasía y juegos de mesa más antiguas y con uno de los catálogos más amplios de todo Madrid. El pasado 19 de septiembre celebraron 30 años desde que a Fernando Garrido se le metió en la cabeza la idea de que ya no quería ser vendedor de periódicos en el quiosco de otro dueño, sino que ahora tendría él su propia tienda en la que los niños y jóvenes de Alcalá de Henares pudieran comprar tebeos de Mortadelo y Filemón, los números más recientes de Dragon Ball y los cómics de superhéroes estadounidenses que hoy son clásicos.

Lidia Márquez, su esposa, se llevó las manos a la cabeza, pero gracias a su apoyo, sigue viva la tienda tres décadas después. El público ha cambiado un poco desde entonces, porque ya no son tan pequeños los que llegan buscando novedades o un título que los inicie en el mundo de las historias que se leen y se ven cuadro a cuadro. “Si no es todos los días, casi todos entra alguien nuevo que quiere empezar a leer cómic. Y cuando más ilusión tienes es cuando vienen chicos jóvenes”, asegura Fernando.

Hoy, los clientes de la tienda son adultos en su mayoría, y todavía unos pocos son aquellos mismos niños de los inicios, que ahora tienen algo más que los céntimos que sobraron de la compra familiar para pagarse un cómic, un gusto que poco a poco se ha ido haciendo más caro. En tres décadas, cuenta Fernando, en la tienda han visto de todo. Cómo las revistas y la prensa fueron pasando de ocupar la mayoría de estantes a solo un rincón del mostrador. Cómo la saga Juego de Tronos comenzó siendo un libro desconocido y se convirtió de pronto en un fenómeno que obligaba a crear listas de preventa para que ningún fan se quedara sin el último lanzamiento.

También cómo los juegos de cartas y los de mesa ―no el Solitario, ni el Monopoly, aclara Fernando entre risas, sino otros mucho más elaborados― fueron ganando popularidad y son hoy todo un nicho del mercado en el que los fabricantes se esfuerzan por crear el producto más imaginativo.

Fernando cuenta que en este mundo, lo que se pone a la venta en grandes superficies, o lo que se hace famoso en internet, suele hacerse popular primero en pequeñas tiendas especializadas como la suya. “Ahora Funko [esos muñecos de plástico cabezones que imitan a otros personajes] lo tienes en muchos sitios, solo falta que lo veas en una zapatería o en una carnicería”, dice. “Nosotros empezamos a traerlos en el 2012 y era como un muñequillo cualquiera. Tú haces la apuesta, claro, porque también hay detrás un distribuidor con luces que sabe lo que puede triunfar”.

Actualmente, el precio de un Funko ronda los 15 euros, aunque hay algunos que multiplican su valor varias veces hasta llegar a los miles, gracias al furor desatado por los coleccionistas. Durante los picos de popularidad de estos juguetes, a la tienda llegaban los llamados “cazafunkos”, que se embarcaban en la misión de barrer las tiendas más especializadas en búsqueda de auténticas joyas. A diferencia de hace una década, ahora Alcalá Cómics tiene una estantería llena de cajas con figuras de Miércoles Adams, Mickey Mouse o Michael Jordan.

El martes es el día de la reposición. Llegan las novedades y hace falta hacer hueco. “No te creas que todas las tiendas abarcan ese tipo de stock que tenemos nosotros”, aclara Fernando. Los siete trabajadores de Alcalá Cómics van de un lado a otro con cajas que huelen a imprenta, colocando en los estantes lo que esta misma tarde vendrán buscando los clientes. Uno de los trabajadores es Javier Garrido, el hijo de Fernando y Lidia, que a sus 32 años, como no podía ser de otra manera al haber crecido entre esos mismos estantes, se declara “un fricazo espectacular”.

Aún recuerda cuando su padre plantó una mesa en medio del primer local que tuvo la tienda y la gente comenzó a reunirse allí para hacer partidas de juegos de mesa. Por esa razón, precisamente, hace 11 años se mudaron a su actual ubicación, en el local nueve de la plaza de España alcalaína: la gente quería venir a competir con Yu-Gi-Oh! o Pokemon y no alcanzaba el espacio. Ahora, al fondo de la tienda, hay unas ocho mesas en las que se juegan partidas casi todos los días porque Alcalá Cómics ya no solo es un sitio para comprar, sino también para encontrarse con otros amantes de sus productos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_