El mítico Café Gijón pone fin a un siglo de vida y formará parte de la colección de restaurantes exclusivos del Grupo Capuccino
La operación pone fin a la etapa de la familia Escamilla como propietaria y al modelo de gestión tradicional que mantuvo la cafetería abierta más de un siglo
Es el fin de una era para la hostelería madrileña. La historia del Café Gijón de Madrid podría haber terminado en muchas ocasiones desde que se fundó en 1888, pero ha sido el Grupo Capuccino, famoso por sus restaurantes con cartas a precio de lujo, el que ha puesto punto final al modelo de gestión tradicional que había sido la principal enseña del establecimiento hasta ahora. Así, el Café Gijón ya no estará dirigido por la familia Escamilla ni por ninguna otra, sino que pasa a manos de una empresa que gestiona los espacios Capuccinos Grand Café en zonas exclusivas de Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga, Ibiza, Palma de Mallorca y Suiza, además de otros espacios como Tahini Sushi Bar o Lobster Club.
“El Café Gijón conservará la esencia que le ha acompañado a lo largo de su historia. Mostramos nuestra satisfacción por la operación llevada a cabo y la ilusión en el proyecto”, ha asegurado el grupo de restauración en un comunicado. De entrada, el local estará cerrado hasta enero por unas obras de reforma que afectarán, en principio, a la cocina y a los servicios, de acuerdo con su antiguo dueño, José Manuel Escamilla (50 años). El martes saltaron las alarmas de los clientes del local, que se sorprendieron al ver el establecimiento clausurado, sin ningún tipo de actividad. Una situación inusual que solo había ocurrido durante la pandemia del covid-19 y el temporal de Filomena.
Escamilla se puso al timón del Café Gijón en 2013, cuando se jubiló su padre, Gregorio, propietario de la cafetería desde 1997. Entonces delegó en él la responsabilidad de dirigir un espacio emblemático de la capital, por el que han pasado algunas de las figuras más brillantes de la literatura y el cine españoles, como Camilo José Cela, Fernando Fernán-Gómez, Pedro Beltrán, Eusebio García Luengo, Francisco Umbral, Antonio Buero Vallejo, Francisco García Pavón y Manuel Vicent, entre muchos otros. Ahora, el establecimiento en el que se reunieron todos aquellos intelectuales más de una vez puede estar a punto de desaparecer tal y como lo conocieron.
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