El PP de Almeida aprueba una propuesta de Vox que obliga a informar a las mujeres sobre el supuesto síndrome post aborto
Los trabajadores municipales del Ayuntamiento de Madrid trasladarán a las embarazadas que el procedimiento provoca “depresión y alcoholismo”


El pleno del Ayuntamiento de Madrid, en el que el PP tiene mayoría absoluta, ha aprobado este martes una propuesta de Vox para que sea obligatorio informar a las mujeres que quieren abortar de las supuestas consecuencias del síndrome post aborto. Así, los trabajadores de los espacios de Igualdad, los de los centros de Madrid Salud y los de Samur Social, tal y como han acordado PP y Vox, deberán transmitir esta información de manera obligatoria, verbal y escrita, permanente y visible en sus instalaciones. Esa es la propuesta que ha llevado al pleno la concejala del partido de extrema derecha Carla Toscano, y que los populares han apoyado. “Somos el partido de la vida”, ha justificado el concejal del partido de José Luis Martínez-Almeida, José Fernández.
“Son medidas ideológicas”, dice al respecto José Cruz, portavoz de la sociedad española de contracepción. “Si tu decisión es firme, no vas a tener ninguna sintomatología de este tipo. Evidentemente interrumpir un embarazo no es algo agradable”, reconoce. Y se pregunta: “¿Crees que es necesario hablar del síndrome postaborto a una persona que ya está pasando por todo el drama que supone este proceso?“.
La mayoría de derechas de Madrid capital cree que sí. Por eso, a partir de ahora, el Ayuntamiento de Madrid hablará sobre el supuesto síndrome postaborto en los centros de atención al público de Madrid Salud, en los espacios de Igualdad ―conocidos como CIAM―, y a través de Samur Social. Además, la información tendrá que estar incluida en las webs oficiales de todos estos organismos.
“Los riesgos de salud mental están más relacionados con embarazos no deseados que con el aborto en sí”, ha argumentado Ana Carolina Elías, concejala de Más Madrid. Al tiempo, la edil ha criticado que, a su juicio, no sea la primera vez que el PP madrileño “obstaculiza” el derecho de las mujeres a abortar, y ha sostenido que es algo que se da “sistemáticamente” en la región gobernada por Isabel Díaz Ayuso. “Apenas el 0,31% [de los abortos en Madrid] se realizan a través de la Sanidad Pública obligando a las mujeres a pagar de su bolsillo entre 300 y 500 euros de su bolsillo”, ha recordado.
En contraposición, el PP de Madrid ha admitido ante Vox que “deben ponerse en marcha medidas que favorezcan la natalidad”, según ha defendido José Fernández, delegado del área de Gobierno de Políticas Sociales, Familia e Igualdad. “El Partido Popular es el partido que piensa que el aborto siempre es un fracaso y hay que buscar alternativas”, ha añadido.
Para llegar a ese punto ha sido necesario que Toscano (Vox), defienda, sin aportar prueba alguna, que el aborto genera en las mujeres “depresión, un profundo sentimiento de culpa, aislamiento, imágenes recurrentes, pesadillas, insomnio, alcoholismo, anorexia y bulimia, disfunciones sexuales, autolesiones, agresividad y una tasa de hospitalización por problemas psiquiátricos que duplica al de las mujeres que no han abortado“.
Esa es la información que los trabajadores de los distintos recursos sociales que presta el Ayuntamiento estarán obligados a dar desde ahora a las mujeres que acudan a ellos, pese a que el supuesto síndrome post aborto no está avalado por la ciencia.
Desde la izquierda recuerdan que la legislación actual contempla el aborto como un derecho y que es una decisión “compleja y muy personal” de cada mujer. La concejala socialista, Meritxell Tizón, ha defendido que las mujeres que tomen esa decisión deben recibir “información precisa” sobre el proceso, pero “sin ningún tipo de juicio de valor”.
“¿Sabes qué provoca estrés, ansiedad y no poder dormir por la noche? Los escraches que las asociaciones proveída que ustedes promocionan llevar a cabo todos los días en las puertas de las clínicas”, le ha reprochado a Toscano.
Fernando Chacón, vocal del Consejo General de Psicología, señala que es problemático hablar de síndrome para referirse a las consecuencias que sufren algunas mujeres después de interrumpir su embarazo porque no está avalado por la comunidad científica. No lo recoge como tal ninguno de los dos catálogos de clasificación de trastornos mentales de referencia: el DSM-5, más usado en Estados Unidos, o el CIE-11, en Europa.
“No hay suficiente sustento científico como para que esto sea algo generalizado y se tenga que hablar de ello a todo el mundo”, comenta Chacón. “A mí me parece más interesante informar mejor de todos los recursos que tiene [una mujer para abortar] y las ayudas de las que dispone si decide no hacerlo”, añade.
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