Una piscina escondida, sándwiches de pollo frito en Malasaña y mariscos mexicanos: planes de verano para alargar agosto en Madrid
CoolRooms Atocha, Yopo Club y Corvina MX: planes imprescindibles en Madrid


El verano empieza a retirarse de Madrid, pero aún quedan días largos, temperaturas suaves y cierta sensación de tregua. Pero para quienes se resisten a dejar del todo el ritmo veraniego, hay lugares que invitan a prolongarlo sin necesidad de salir de la capital.
La primera parada es un patio interior con vegetación y agua donde es posible almorzar o tomar un cóctel junto a la piscina. Después, en Malasaña el pollo frito desplaza a la hamburguesa como protagonista. Y para terminar, dos espacios donde la cocina mexicana se muestra en clave marina, sin tacos ni nachos, pero con platos habituales en las costas del Pacífico. Tres lugares en los que aún se percibe algo del ritmo pausado de agosto, aunque ya empiecen a hacer de las suyas las agendas llenas y los días más cortos.
Un jardín con piscina para desconectar en el centro de Madrid
En CoolRooms Palacio de Atocha (Calle de Atocha, 34), se encuentra uno de los rincones más tranquilos y discretos del centro de Madrid. Se trata del patio interior del hotel, un edificio del siglo XIX rehabilitado para la ocasión y que alberga un jardín con piscina abierto también al público general durante los meses de verano.
Este espacio, que funciona como terraza del restaurante El Patio de Atocha, permite el acceso a la piscina entre las 12.00 y las 19.00 con pases de día que incluyen brunch o comida, ambos con champán y cóctel. Los precios parten de los 150 euros por persona, y el servicio está disponible todos los días hasta el 15 de septiembre.
La propuesta gastronómica combina cocina tradicional madrileña con elaboraciones contemporáneas: ensaladilla rusa, torreznos, croquetas o arroz meloso de rabo de toro, junto a una carta de cócteles clásicos y de autor. También se ofrece desayuno a la carta entre semana y brunch los fines de semana y festivos.
El espacio, rodeado de vegetación y acondicionado con ventiladores y toldos, se transforma en invierno gracias a una estructura acristalada que permite mantener su actividad durante todo el año.
Sándwiches de pollo frito con alma de club
Yopo Club (Calle San Andrés, 38) es un pequeño local de sándwiches de pollo frito ubicado en el barrio madrileño de Malasaña. Fundado por tres amigos aficionados a la cocina rápida con un enfoque más cuidado, el establecimiento busca ofrecer una carta breve centrada en el pollo como protagonista.

La idea surgió tras varios viajes por Europa en los que sus creadores probaron locales especializados en este tipo de cocina de ciudades como Copenhague o Cracovia. El resultado es un espacio reducido, con barra y mesas altas, que se presenta como un club informal de bocadillos.
La propuesta gastronómica gira en torno al sándwich de pollo frito elaborado al momento, con muslo deshuesado en lugar de pechuga para aportar más jugosidad. No se emplean preelaborados ni precocciones. El pan, las salsas y los acompañamientos varían y se pueden combinar con vinos naturales y vermús.
Con un precio medio de entre 18 y 23 euros por persona, está abierto toda la semana, aunque los días más animados son los fines de semana.
Corvina Mx, mariscos mexicanos en formato informal
Corvina Mx es un pequeño establecimiento especializado en cocina mexicana de mar. Tienen dos locales en Madrid: uno en la calle del Olmo y otro en la calle Menorca. El proyecto está liderado por Tadeo Ruiz, quien decidió reproducir un modelo habitual en su ciudad de origen, Cancún, donde las marisquerías informales son comunes.

La carta, centrada en recetas como ceviches, aguachiles y tostadas de camarón, se aleja del repertorio más frecuente en la oferta mexicana de la capital. El aguachile —servido en plato o tostada— es una de las opciones principales, con camarones marinados en lima y una salsa verde de pepino, cilantro y chile.
La cocina se presenta sin elaboraciones complejas, en un formato sencillo y con un número reducido de platos. Casi todas las preparaciones están elaboradas con maíz, lo que permite adaptarlas para personas con intolerancia al gluten.
Además, cuentan con una buena selección de cervezas y bebidas mexicanas, y en ambos locales se ofrecen cócteles elaborados con mezcal, tequila u otros destilados. Los dos sitios aceptan también reservas por teléfono y están abiertos en turnos de comida y cena, con variaciones según el día. Su ticket medio ronda los 20 euros.
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