Vuelven las excavadoras a Montecarmelo y la lucha de los vecinos: “Contra el abuso, resistencia”
El Ayuntamiento aclara que son obras “de vallado de la parcela municipal”, pero no especifica para qué


Los vecinos de Montecarmelo apuraron su lucha contra el cantón que quiere levantar el Ayuntamiento de Madrid en ese barrio hasta el verano, después de que las motosierras y excavadoras arrasaran con una parcela llena de árboles que los residentes usaban como zona verde. Este lunes ha vuelto la maquinaria pesada al terreno, sin concretar mucho qué es lo que se está haciendo allí. “Son los trabajos de vallado de la parcela municipal”, se limita a responder el área de Urbanismo. Los vecinos se han echado a la calle para torpedear todo lo que puedan y un par de ellos se han sentado en el suelo para impedir el paso a una excavadora. “Contra el abuso, resistencia”, protesta un miembro de la Plataforma No al Cantón.
Los vecinos del barrio terminaron la temporada previa a las vacaciones marcando un tanto al Ayuntamiento, después de que un Contencioso-Administrativo dictara que el cantón no puede ir en esa parcela porque necesita un informe de impacto ambiental, una documentación de la que carece el proyecto. Fue la resolución a la demanda que interpuso el Colegio Alemán, uno de los tres centros educativos que van a quedar a pocos metros de la planta municipal una vez se haya terminado de construir.
Esa sentencia afecta al proyecto del cantón en sí, pero no a los trabajos de urbanización de la parcela. Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid no concreta si ese “vallado” que ahora se está haciendo es para urbanizar el terreno. Sin embargo, hay un cartel pegado a un contenedor azul que han instalado este lunes en el que pone “plan de seguridad y salud de la obra: Cantón de limpieza viaria”.
Las protestas de la mañana de este lunes han derivado en momentos tensos, como el enfrentamiento entre uno de los vecinos y un operario de construcción que, según el relato de la resistencia, ha amenazado al hombre mientras hacía fotografías de la escena con su teléfono móvil para subir a las redes sociales de la Plataforma No al Catón. “Les había preguntado que si por prevención de riesgos laborales no deberían llevar casco. Uno me ha dicho que me iba a dar una hostia”, protesta el vecino.
Los trabajos se están realizando en la parcela sobre la que el Ayuntamiento de Madrid va a construir un cantón de limpieza y una base del Servicio de Limpieza Urgente (Selur). Entre ambas instalaciones suman cerca de 10.000 cuadrados que los residentes que viven allí utilizaban como zona verde del barrio, para salir a correr, pasear con sus perros o llevar a sus hijos a jugar.
Ellos se han opuesto desde el principio al proyecto. Ya llevan casi dos años en lucha contra el Ayuntamiento de Madrid para que traslade el cantón a una parcela lejos de casas y colegios. De hecho, propusieron un emplazamiento alternativo en un terreno de Las Tablas, en una zona industrial, y tuvo el visto bueno tanto de la asociación vecinal de ese otro barrio como de todos los partidos de la oposición en bloque.
El problema llegó a su momento de máxima tensión en abril, coincidiendo con las vacaciones de Semana Santa, llegó sin previo aviso una cuadrilla de operarios con motosierras y empezaron a desbrozar el terreno sobre el que se proyecta la instalación. Los vecinos hicieron guardia constante, vigilando la zona desde las ventanas de sus casas y comunicándose por grupos de WhatsApp para estar coordinados. Sin embargo, no sirvió de mucho.
Cuando terminaron las talas y las podas llegaron las excavadoras. La intención era trasladar los ejemplares de mayor valor ambiental a una parcela aledaña, donde no molestase para hacer las obras. Algunos ecologistas señalaron que hacer trasplantes a finales de primavera era arriesgado, porque el calor y la falta de lluvia reduce significativamente las probabilidades de que los ejemplares sobrevivan. Los vecinos llamaron a esa operación “tala encubierta” y “lavado de cara”. Ahora, cuatro meses después de aquello, todos esos árboles están muertos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.