Ayuso defiende su plantón por los pinganillos de la conferencia de presidentes y la oposición dice que enfrenta a Madrid con el resto de España
La presidenta regional da cuenta en la Asamblea de la cita de Barcelona entre las críticas de Más Madrid y PSOE


La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha defendido este jueves su plantón por el uso de las lenguas cooficiales en la última conferencia de presidentes, que no secundó ningún otro barón del PP. “Reducen las lenguas cooficiales a instrumentos separatistas”, ha dicho la líder conservadora durante una comparecencia en la Asamblea a petición del PSOE para informar sobre la cita celebrada en Barcelona. Durante su intervención, Ayuso ha acusado al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, de “instrumentalizar la riqueza lingüística de España para hacernos sentir extranjeros en nuestra casa”, y ha calificado de “esperpento” y “disparate” tener que usar pinganillos con traducción simultánea para entender a los presidentes de Cataluña y el País Vasco. “Lo cateto es no defender el español”, ha dicho. Así le ha contestado Manuela Bergerot, de Más Madrid: “Utiliza la baza de confrontar a Madrid con el resto de España para tapar su corrupción. Usted no quiere al país que somos hoy”.
“O se habla español o me saldré. No me pondré pinganillo”. Corría el 6 de junio, y Díaz Ayuso ya avisaba de su estrategia de cara al cónclave de presidentes regionales. Una vez llegada a Barcelona, la presidenta de Madrid protagonizó las dos polémicas de la jornada. Primero, se negó a saludar con dos besos a la ministra de Sanidad, Mónica García, antigua portavoz de la oposición en la Asamblea regional (“¿Vas a saludar a una asesina?”, le preguntó, en referencia a las críticas de Más Madrid por las 7.291 muertes en las residencias madrileñas durante la pandemia). Y luego dejó la reunión cuando el lehendakari del País Vasco, Imanol Pradales, se dirigió al resto de autoridades presentes en este foro multilateral en euskera; manteniéndose fuera mientras hablaba en catalán Salvador Illa, el presidente de Cataluña.
“[Sánchez] Quiere que muchos presidentes autonómicos se sientan extranjeros en su propio país”, ha defendido su posición este jueves el portavoz parlamentario del PP, Carlos Díaz-Pache. Frente a esas palabras, las críticas de sus homólogos de Más Madrid y el PSOE.
“Espero que la señora Ayuso lleve el pinganillo para escucharme allá donde esté”, ha arrancado el debate la portavoz socialista, Mar Espinar, ante la ausencia momentánea de la presidenta. “Fomenta el desprecio y el insulto como estrategia política”, ha seguido. “Su penúltimo numerito, levantarse de la mesa cuando se interviene en lenguas cooficiales del Estado”, ha añadido, acusando a la baronesa del PP de “fomentar un nacionalismo madrileño”. Y ha sentenciado: “Está empeñada en convertirse en el problema para España, y no en la solución para los españoles (...) Prefiere ser la kriptonita de cada evento en vez de arrimar el hombro. Actúa en contra de todo”.
En la misma línea crítica se ha expresado Manuela Bergerot, de Más Madrid. “Utiliza la baza de enfrentar a Madrid con el resto de España para tapar su corrupción. Eso demuestra que usted no quiere al país que somos hoy”, ha dicho. “Mientras usted le armaba una rabieta a Mónica García, la juez que investiga los sobornos de su novio [el empresario Alberto González Amador] imputaba a una nueva persona en la causa”, ha continuado. “Usted salió de la reunión para llamar a su abogado”, ha ironizado. “No hay rabieta que tape los problemas judiciales de su novio, y no hay escándalo de corrupción del PSOE que tape el avance de la investigación sobre los protocolos de la vergüenza”.
Finalmente, Isabel Pérez Moñino, de Vox, ha provocado las protestas del PSOE por tildar a este partido de “organización criminal”. Como la portavoz de la extrema derecha también ha dejado duras críticas para Ayuso, el debate ha dibujado la soledad triunfal de la mayoría absoluta de la líder: sola contra todos, y con todos contra ella, salvo el PP. También, por su actuación en la conferencia de presidentes.
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