Alquilar un coche por trayectos, o ‘carsharing’, una cuestión de barrios adinerados

El servicio de carsharing en Madrid es una alternativa reservada para los barrios de renta alta y media, según un estudio del Observatorio Social de la Fundación la Caixa. En estas zonas los ingresos por habitante rondan los 20.000 euros anuales, cifra superior a la media del municipio de Madrid, estimada en 16.700 euros por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Mateus Souza, uno de los investigadores del informe, explica la correlación: “Este servicio es más económico que tener un automóvil en propiedad, pero sigue siendo más caro que el transporte público”, razón por la cual no es una opción atractiva para los residentes de barrios con rentas bajas.

La alternativa carsharing se trata de un servicio de uso compartido de automóviles, generalmente eléctricos, que permite a los usuarios alquilarlos por minutos, a través de una aplicación en el móvil, con la ventaja de poder recogerlos y dejarlos en cualquier estacionamiento dentro de la zona en la que opera la compañía, ya que las plazas de garaje de estos vehículos no están sujetas a una ubicación fija. El precio de alquiler oscila entre los 0,18 y 0,41 euros por minuto, dependiendo del modelo del coche y la duración del viaje.

El estudio detalla que esta opción para transportarse es más popular en los barrios periféricos de la capital, de renta media, donde los residentes concentran más coches privados por hogar. En cambio, solo el 7,4% del total de los desplazamientos empiezan o finalizan en el centro de Madrid. Catarina Pissantilgo, coautora del estudio, explica que “para los clientes que viven fuera del centro, el carsharing resulta particularmente atractivo como alternativa al vehículo privado para contrarrestar las insuficientes opciones de transporte público”.

El título del estudio –El ‘car-sharing’ en las ciudades: una estrategia de doble filo– hace alusión a los beneficios o perjuicios que ofrece esta alternativa de movilidad según el uso que le dé el usuario: si es en sustitución del vehículo privado o del transporte público. En el primer caso, se produce una reducción del número de vehículos particulares en circulación, lo que contribuye a aliviar la congestión urbana. En el segundo caso —no tan deseable— en que el carsharing sustituya al metro, el bus o los desplazamientos a pie o en bicicleta, existe el riesgo del efecto contrario al aumentar el índice de tráfico rodado.

Natalia Fabra, coautora del estudio y miembro del equipo de EnergyEcoLab de la Universidad Carlos III de Madrid, explica: “Resulta interesante comprobar que el uso del carsharing es relativamente mayor en momentos de menor tráfico, por ejemplo, durante los fines de semana o en el mes de julio, lo cual puede explicarse por el hecho de que el pago es función del tiempo de uso”. Algunas aplicaciones que operan en Madrid son Free2Move, WiBLE, Zity, ShareNow, GoTo.

Otras conclusiones plasmadas en el informe, realizado con datos de 2019, apuntan a que el día con mayor número de viajes es el viernes. El horario de mayor uso del servicio es a las 13.00 horas, seguido de las 17.00 y las 18.00 horas, las horas de mayor tráfico en la capital.

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