Ideas para convivir en la futura ciudad con uno de cada tres vecinos mayor de 65 años

En 2050, España será uno de los países más envejecidos del mundo. Se estima que una de cada tres personas será mayor de 65 años, según el Índice Global de Envejecimiento de HelpAge, fundación formada por 158 organizaciones de 86 países. Con esta premisa, Next Gen: Séniors ha desarrollado un proyecto colaborativo entre Ikea, Madrid Design Festival, Barcelona Design Week y València Capital Mundial del Diseño con el fin de lanzar propuestas entre estudiantes y profesionales para reformular la ciudad del futuro.

Finalmente, han sido elegidas dos ganadoras que se han dado a conocer este miércoles en el Colegio de Arquitectos de Valencia, en el marco de la capitalidad valenciana del diseño: el prototipo Frëska, consistente en un servicio para compartir sillas e interactuar en la ciudad a modo de las estaciones de bicicletas municipales, y el proyecto de covivienda vertical Arcadia para aprovechar inmuebles vacíos o de propiedad pública.

Ampos proyectos han surgido a partir de un trabajo de campo previo, una recogida de datos entre casi dos millares de ciudadanos durante los encuentros del diseño celebrados en Madrid y Barcelona en febrero y junio. El 60% de los encuestados manifestaba su temor a la soledad no elegida durante su vejez; el 60% prefería seguir viviendo en su casa y en su ciudad, y si no podía, un 47% optaba por un entorno compartido, mientras que un 1% se inclinaba por las residencias, según la información proporcionada por Laura Durán, responsable de Desarrollo de Negocio y Transformación de IKEA en España. También se ha tenido en cuenta la tendencia más o menos generalizada de la paulatina peatonalización de las ciudades y el exilio de los coches de los centros urbanos.

En el caso de Frëska, Irene Badía, estudiante de Ingeniería y Diseño Industrial de la Universidad Politécnica de Valencia, ha explicado que la idea surgió tras una charla con su abuela y sus amigas y de la necesidad “de contar con asientos dignos en las calles, que son escasos y anclados en el suelo” y de hacer vida en la calle con los vecinos. La propuesta ofrece un servicio de sillas que se puedan situar a la sombra o al sol, en función de la estación, en las confluencias de dos calles, en las replacetas, y en los chaflanes con el fin de interactuar con la gente del barrio. Sería una actualización de la tradición de salir a la fresca a charlar con las sillas de casa. Se ha realizado un prototipo que se exhibirá hasta el 6 de noviembre en la calle Cirilo Amorós esquina con la calle Hernán Cortés de Valencia. Ya se podría implementar.

Inma Bermúdez, Premio Nacional de Diseño 2022, ha participado en el proceso de elección y elaboración del proyecto y ha destacado que se trata de “un concepto interesante porque trata de importar a las ciudades una tradición muy de pueblo, de verano”, que en Valencia pervive especialmente en barrios como el del Cabanyal. Permite a los mayores juntarse y relacionarse y transmitir una energía muy positiva, ha añadido.

Sobre Arcadia, la diseñadora catalana Paula Casanovas ha explicado que se trata de dar solución a la problemática de que las ciudades han sido diseñadas por hombres jóvenes y no para gente mayor, que antes era minoría. Se trata de emplear edificios en desuso de unas cuatro plantas, si bien es adaptable al continente. La planta baja sería abierta al barrio, con servicios comunes, como una cafetería o una biblioteca; la segunda planta albergaría espacios como un gimnasio o una sala polivalente para actividades diversas; la tercera acogería mini viviendas privadas para los residentes y la cuarta, una azotea con placas solares, un pequeño huerto... En este sentido, Casanovas y su grupo pensaron en “algo más que un cohousing”, integrando a la vida de los mayores en la ciudad.

Xavi Calvo, director de València Capital Mundial del Diseño, ha valorado la presentación de este proyecto como “la culminación de una colaboración entre los tres mayores eventos de diseño en España en 2022 para abordar desde el diseño un tema de carga social, lo que supone un éxito además de un gran hito para visibilizar la finalidad del diseño entendido como bienestar para todas las personas”.