El juez ordena 24 años después del asesinato de Helena Jubany el ingreso en prisión del principal sospechoso
El acusado, Santi Laiglesia, ha sido citado después de que se hallasen muestras de ADN en la ropa de la víctima


Los avances científicos en los análisis genéticos han permitido, 24 años después, que un investigado ingrese en prisión por el asesinato de Helena Jubany. Se trata de Santi Laiglesia, un antiguo compañero del grupo excursionista de Sabadell que frecuentaba la víctima, y principal sospechoso del crimen. Hace tres meses, la policía científica determinó que había restos de ADN de Laiglesia en la ropa que llevaba puesta Helena Jubany el día que murió. El 2 de diciembre se cumple 24 años del asesinato de la mujer, de 27 años, que fue encontrada en un patio interior de un edificio de Sabadell.
La medida ha sido adoptada por el juzgado de primera instancia número 2 de Sabadell, donde estaba citado Laiglesia este viernes a las nueve y media. El hombre se ha negado a declarar ante el juez, y tanto la Fiscalía como la acusación particular, que ejerce la familia de la víctima, ha solicitado su ingreso en prisión preventiva por el riesgo de fuga. El juzgado ha ordenado que su encarcelamiento, comunicado y sin fianza, por el delito de homicidio consumado por el que se le investiga.
El juzgado incide en que el hallazgo de ADN es un nuevo indicio, que sumado al resto, “incriminan de forma tangible al investigado” con el crimen. Por ello, considera que existe un riesgo de fuga: “A mayor gravedad de los hechos y de la pena, más intensa cabe presumir la tentación de huida”. Y aunque admite que Laiglesia ha estado siempre a disposición del juzgado desde que se reabrió la causa, considera que “esa pauta de conducta puede cambiar próximamente con el salto cualitativo que ha supuesto disponer de nuevos indicios, sólidos y objetivos, acerca de su participación en la muerte violenta de Helena Jubany”.
En cuanto al arraigo de Laiglesia, la magistrada asegura que “se desconoce”. “En el día de hoy, no solo no se han aportado documentos acreditativos de su situación familiar o laboral, sino que tampoco se han efectuado alegaciones al respecto”. Únicamente se ha señalado “que es funcionario de la Generalitat de Cataluña”, algo que la juez considera que presupone unas “posibilidades económicas” que pueden suponer “un elemento que juega a su favor y le puede facilitar la huida y asentamiento en otro país, incluso fuera de la Unión Europea”.
Jubany era una joven periodista que ejercía de bibliotecaria en Sentmenat cuando fue hallada muerta, en el patio interior de un edificio de Sabadell en 2001. Su cuerpo se encontró desnudo, y su ropa estaba en la azotea del edificio desde el que cayó. La autopsia determinó que no podía tratarse de un suicidio por la manera en que estaba el cuerpo, y porque la víctima tenía en sangre 35 veces la dosis normal de un somnífero, benzodiacepina, por lo que se concluyó que estaba inconsciente antes de caer.
La investigación inicial apuntó a la Unión Excursionista de Sabadell a la que había pertenecido Jubany. Primero, porque en el edificio en el que la tiraron vivía Montserrat Careta, una de las personas que también formaba parte del grupo. Y los agentes enseguida lo relacionaron con unos mensajes anónimos amenazantes que había recibido la joven unas semanas antes. En el análisis de estos, la policía concluyó que podían haber sido escritos por Careta, que fue encarcelada preventivamente, y en ese periodo se suicidó en prisión. La mujer dejó escrito en una carta que era inocente del crimen. El caso siguió vivo unos años más y en 2005 finalmente se archivó provisionalmente por falta de pruebas sólidas.
La pareja de Careta en aquel momento era precisamente el ahora investigado Santi Laiglesia. Un episodio del programa Crims, emitido en 2020, centró de nuevo todas las miradas en Laiglesia cuando uno de los investigadores de la Policía Nacional acusó directamente a Laiglesia de estar detrás del crimen. Desde entonces, la causa recibió un nuevo empuje, con más testigos, y se abrieron de nuevo diligencias. En el auto la magistrada repasa los distintos indicios, más allá del ADN, que apuntan al hombre ahora encarcelado: que pernoctase noches en casa de su pareja, que pudiese haberla ayudado a subir el cuerpo a la azotea de Jubany, ya que ella sola no podría haberlo cargado, que podría haber participado en la redacción de los mensajes anónimos y que dio explicaciones contradictorias sobre dónde estaban cuando murió Jubany.
En ese proceso, también se encuentra investigado Xavier Jiménez, como una de las personas que podría estar detrás del envío de los mensajes anónimos a Jubany. Jiménez también formaba parte de la Unión de Excursionistas de Sabadell.
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