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Un tercio de los catalanes pone en duda que la democracia sea la mejor forma de gobierno

La mitad de la población se siente más insegura que hace un año y un 27 % de los jóvenes cree que la violencia machista es un invento del feminismo

Marc Rovira

La credibilidad de la democracia se desgasta en Cataluña. Una encuesta del Instituto Catalán Internacional por la Paz (ICIP) pone de relieve que un tercio de la ciudadanía catalana duda de que un sistema democrático sea preferible a cualquier otra forma de gobierno y de organización social. El depositar el “poder en el pueblo” no convence sobre todo a los menores de 35 años. En cambio, en los mayores de 65 años la defensa de la democracia como forma óptima de gobierno pone de acuerdo a un 79%.

Los resultados parten de un muestreo a 2.700 personas sobre “Convivencia y seguridad en Cataluña” y donde se han detectado otros indicadores “preocupantes” sobre el deterioro de la confianza social, así como signos crecientes de antifeminismo, especialmente entre el colectivo más joven. Uno de cada cuatro chicos menores de 25 años cree que la violencia machista es un invento del feminismo.

El muestreo también pregunta sobre la relación con la población migrante. Un 58% de catalanes defiende que los inmigrantes aportan beneficios para la economía, pero casi la mitad de los encuestados, un 46%, considera que las personas extranjeras cometen más delitos que los ciudadanos autóctonos. El 51% de catalanes avala endurecer penas y expulsar a delincuentes inmigrantes.

El director del ICIP, Kristian Herbolzheimer, subraya que la degradación de la imagen de las instituciones “es una desconfianza promovida por discursos políticos y mediáticos que insuflan el miedo, criminalizan la inmigración y cuestionan la democracia”, en declaraciones recogidas por Efe. El ICIP llama la atención sobre el hecho que sean las personas de mayor edad quienes defienden las instituciones democráticas. Por el contrario, los chicos jóvenes menosprecian más el sistema democrático que las chicas de la misma edad.

Con todo, la mayoría de la población catalana dice rechazar el autoritarismo de un dirigente fuerte que gobierne al margen de la ley (esta posibilidad se puntúa con un 1,4 de media sobre 10) pero justamente son los chicos jóvenes el colectivo que expresa un rechazo menor.

En el año 2007 el Parlament de Catalunya creó el ICIP con el mandato de “promover la cultura de la paz en la sociedad catalana y en el ámbito internacional, y hacer que Cataluña tenga un papel activo como agente de paz en el mundo”.

Otro gran bloque de conclusiones de la encuesta confirma que los chicos jóvenes expresan opiniones más conservadoras que las chicas con relación al feminismo. En ese sentido, seis de cada diez chicos creen que el feminismo perjudica a las relaciones entre hombres y mujeres, una mayoría cree que las mujeres presentan denuncias falsas en beneficio propio y, el más preocupante para los investigadores: un 27 % considera que la violencia machista es un invento del feminismo.

El 52 % de las personas encuestadas considera que las mujeres sufren desigualdad y un 22 % cree que los hombres están en desventaja. Los jóvenes son los que más consideran que hay desigualdad en perjuicio de los hombres.

Por otro lado, la mayoría de la ciudadanía (74 %) defiende la adopción por parte de parejas homosexuales, pero hay menos apoyo hacia las personas trans: sólo un tercio de la población defiende que puedan cambiar de sexo sin un informe psicológico favorable.

La encuesta también se fija en la problemática de la vivienda y subraya que ocho de cada diez catalanes están muy o bastante de acuerdo en que se expulse de una casa a alguien que la ha ocupado ilegalmente. En cambio, sólo un tercio está a favor de echar de casa a quien no puede pagar el alquiler.

En cuanto a la seguridad, durante los últimos meses habría crecido según el estudio la percepción de inseguridad, lo mismo en pueblos, ciudades como en barrios de Cataluña. La mitad de la ciudadanía respondió ser partidaria de endurecer las penas para los delitos comunes y expulsar a las personas migrantes que delinquen. La valoración de la inmigración está, según esta encuesta, relacionada con la percepción de seguridad y, así, las personas que afirmaban que la seguridad ha empeorado en el último año tenían una percepción más negativa de las personas que llegaron de fuera.

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Sobre la firma

Marc Rovira
Corresponsal económico de EL PAÍS en Cataluña, encargado de seguir la información relacionada con la actualidad empresarial y política. Licenciado en Derecho, durante una etapa en la prensa local trabajó en Girona y en Tarragona. Ya en EL PAÍS, tuvo un paso por la sección de Deportes, cubriendo el Mundial de MotoGP. Colaborador en la SER y en TV3.
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