Los hoteles de Barcelona frenan su incremento de precios en verano: 191,6 euros por habitación, dos menos que el año pasado
El Gremio de Hoteles confirma el cambio de tendencia hacia un turismo de congresos pero alerta de que las subidas de la tasa turística puede revertirlo


El turismo en Barcelona está consolidando su cambio de tendencia. Al menos así lo asegura el Gremio de Hoteles de la ciudad, que considera que se está logrando captar cada vez más a turistas de mayor calidad, que gastan más y que están vinculados a los congresos y las ferias de negocios que llenan el calendario de la capital catalana. Esto ha tenido, en los últimos años, un efecto en el precio de las habitaciones, que se disparó de los 150,1 euros de media en 2019 a los 193,7 euros en el verano de 2024. Pero esta tendencia al alza se ha frenado este último verano: la media de los precios en julio y agosto es de 191,6 euros por habitación, dos euros menos que el verano pasado. Los responsables del Gremio de Hoteles no se muestran preocupados y no creen que se haya tocado techo en precios, porque estos dependerán de la demanda, y confían en que la ciudad afiance su apuesta por el turismo de calidad y de negocios. Pero el presidente del gremio, Jordi Clos, ha alertado de que el incremento de la presión fiscal y las subidas de las tasas turísticas pueden dar al traste con esta estrategia, ya que a los congresos les puede salir más a cuenta cambiar de ciudad que pagar estos impuestos.
El empuje de los precios ha tenido como consecuencia una caída de la ocupación en el último lustro. En el verano de 2019, justo antes de la pandemia, la ocupación hotelera fue del 90,4%, mientras que en el verano de 2024 fue del 85,5%, una caída que se explica simplemente porque los precios subieron. Este verano la ocupación ha incrementado un punto y medio, hasta el 86,5%. Pero este crecimiento va en consonancia con las alertas de diferentes voces del sector, que avisan de que aunque el turismo siga creciendo, lo hace con menos fuerza que en años anteriores. Clos ha explicado que en verano cada vez tiene más incidencia el factor de las reservas de último minuto, que obligan a rebajar precios, además de que Barcelona está sufriendo, como la mayoría de ciudades turísticas, los efectos de la inestabilidad global, los conflictos bélicos y las guerras comerciales y los problemas económicos por ejemplo de los alemanes, que han venido en menos cantidad que en años anteriores.
Desgranando esta pérdida de dos euros en el precio medio de las habitaciones este verano, Clos ha destacado que ha afectado especialmente a los hoteles de más categoría. En los de cinco estrellas la pérdida fue de 20 euros en julio, mientras que en los de cuatro estrellas ha sido de siete. En agosto los precios en los hoteles más lujosos se recuperaron un poco.
Más allá del verano, el acumulado del año confirma que para Barcelona los meses de estío ya no son su temporada alta, sino que el mayor dinamismo está en los meses en los que hay congresos. Entre enero y agosto la ocupación fue del 80,8%, un punto por debajo del año pasado, y el precio medio fue de 194 euros por habitación, cuatro euros más que el mismo periodo de 2024. Las variaciones de cada mes depende totalmente del calendario ferial. Por ejemplo en enero el precio medio incrementó en 5,5 euros, porque se celebró el ISE, con 55.000 participantes. En febrero el precio medio cayó en 20 euros, porque el MWC se celebró este año en marzo en lugar de febrero, con lo que en el tercer mes de este año el precio subió 40 euros. En abril el precio medio bajó 20 euros porque en el mismo mes de 2024 vinieron los asistentes del congreso de McDonald’s, que este año no han venido.
Tasa turística
Clos ha afirmado que Barcelona está dando “el paso de la cantidad a la calidad, con resultados muy buenos”. “El cliente que tenemos es diferente, menos conflictivo y de más calidad, pero alerta, porque hay que cuidar el turismo, que el discurso sea positivo, la ciudad tiene que ordenarse, con limpieza de grafitis y colas organizadas en los monumentos”, ha expresado, para pasar a la gran preocupación del sector: la presión fiscal. “No se puede asfixiar fiscalmente al turismo, porque subir los impuestos a todos los asistentes a un congreso, puede llevar a este congreso a reflexionar si se quedan o no”, ha dicho.
El director general del gremio, Manel Casals, ha explicado que justo ahora empiezan a hablar con las administraciones para discutir sobre las modificaciones legales en las que trabajan los grupos parlamentarios para incrementar la tasa turística en Cataluña y para habilitar al Ayuntamiento de Barcelona a aumentar el recargo de cuatro a ocho euros. Aunque el gremio está abierto a una subida racional, rechaza que se duplique. “Seguro que otras ciudades, entre ellas un vecino próximo, usa este incremento como herramienta comercial” para atraer congresos, ha advertido Casals.
Negociación del convenio
El director general de la entidad también se ha referido a la negociación del convenio de hostelería de Cataluña, que lleva nueve meses caducado y cuya renovación, según reclaman los sindicatos, debería traspasar la subida de precios y facturación a un incremento salarial. En las Islas Baleares esta negociación terminó con una subida de sueldos pactada en el 13,5%, pero Casals no ha querido entrar en detalles, aunque sí ha resaltado que al sector lo que le preocupa es “el absentismo laboral que hay, que va en aumento multiplicándose por dos o por tres”. “El convenio se está negociando, nos extraña que hubiese una manifestación porque no hay ningún conflicto”, ha dicho en referencia a una concentración de UGT en pleno verano.
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