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Barcelona crea un escudo de sombras colocando toldos en sus calles

La arquitecta jefa del Consistorio estudia las estructuras que se instalan en municipios andaluces y adapta un diseño exclusivo para la capital catalana

Toldos en la Plaza del Mar de la Barceloneta.
Alfonso L. Congostrina

El Observatorio Fabra de Barcelona registró el pasado 30 de junio 37,6ºC, una temperatura récord en ese mes. El cambio climático ha obligado al Consistorio de la capital catalana a instalar toldos en plazas, parques y patios escolares de la ciudad. Un proyecto inédito en Barcelona basado en la experiencia de municipios como Sevilla, Málaga o Jerez de la Frontera. El cambio climático ha obligado al Consistorio a cambiar la fisonomía de la capital catalana y a rediseñarse para combatir el calor.

“Parece que no, pero aquí debajo de esta lona se está un poco mejor”, asegura Pascual bajo un toldo instalado en un parque infantil de Antoni Santiburcio del barrio de Sant Andreu. Pascual no deja de mirar a su nieto mientras el niño juega bajo la sombra artificial.

La sombra instalada en el parque Antoni Santiburcio forma parte del bautizado como: Programa Sombras. Una iniciativa del Consistorio para habilitar 194 nuevas zonas de sombra desde este año y hasta 2027, cuando finaliza el mandato municipal. El alcalde Jaume Collboni presentó el programa de sombras a principios de mayo, como parte del Plan Clima de la ciudad, y aseguró que era uno de los “escudos” contra el cambio climático. La primera teniente de alcalde, Laia Bonet, en declaraciones a EL PAÍS da un paso más: “Los episodios de calor extrema son cada vez más frecuentes e intensos y nuestra obligación es adaptarnos, anticiparnos y prepararnos como ciudad”.

Toldos en el parque del acueducto

La arquitecta jefa del Ayuntamiento, Maria Buhigas, es una de las impulsoras del plan. Reconoce que colocar toldos “ya hace mucho que está inventado” pero argumenta que es necesario: “En los años 80 los Ayuntamientos tomaron la decisión de intervenir en el espacio público. En todos los cruces se hicieron vados y se colocó una papelera a un lado y un semáforo al otro. Esa era la necesidad de entonces. Ahora tenemos que adaptar la ciudad al cambio climático sin renunciar a la accesibilidad ni a la limpieza”.

Buhigas asegura que su prioridad para generar sombras es plantar árboles. “Hay lugares donde no podemos plantar. En otros, como en la plaza de las Glòries, hemos colocado pérgolas que en algunos casos tienen placas solares. Para donde no llegamos de ninguna manera, tenemos toldos que son más ligeros y podemos ponerlos y sacarlos”, detalla la arquitecta. La diagnosis efectuada por el Consistorio marca que actualmente el 62% des espacio público cuenta con algún tipo de sombra mientras que un 19% del mismo necesita actuaciones ya sea mediante plantación de árboles o instalando estructuras fijas o móviles.

La ciudad está incorporando, este año, 70 nuevas estructuras de sombra y progresivamente se irán añadiendo más hasta llegar a 194 antes del final del mandato. El programa cuenta con una inversión de 13 millones de euros y contempla la creación de más de 50.000 metros cuadrados de sombra. “Son casi diez campos de fútbol de sombras que estamos repartiendo entre plazas, parques, patios escolares, áreas de juegos infantiles”, asegura Buhigas.

La prioridad es colocar sombras en zonas infantiles. En toda la ciudad hay 900 parques y zonas de juegos infantil y solo 183 tienen sombras (diez de ellas gracias a toldos). Con el Plan de Sombras se han priorizado 120 zonas para sombrear de ahora al verano de 2027. Eso sí, este 2025 solo se podrá sombrear 66 zonas infantiles -repartidas en todos los distritos- llegando a cubrir 15.000 metros cuadrados. Para esta fase, el Ayuntamiento ha destinado 3,7 millones de euros.

La red de escuelas públicas también se beneficiará del programa. El Ayuntamiento está instalando toldos, este verano, en 15 patios escolares con una inversión de 300.000 euros. Estos toldos generan 1.956 m² de sombra. No es una novedad ya que el año pasado se colocaron toldos en 21 centros educativos. “Nuestra prioridad son las personas vulnerables y los menores están dentro de este colectivo. Estamos colocando toldos troquelados con aberturas para que no se genere un efecto invernadero”, añade la arquitecta.

Pero no solo los niños pertenecen al colectivo vulnerable. La cuarta parte de los barceloneses tiene más de 65 años y sufre más el calor. Para estos colectivos, y otros, el Consistorio actuará en 29 plazas o espacios públicos entre los que destaca la colocación de toldos en la plaza del Mar, la rambla del Carmel o la losa de la estación de Sant Andreu Comtal. Son unos toldos que son fáciles de montar y desmontar y que dan una respuesta rápida a las zonas de alta exposición solar y elevada afluencia de ciudadanos.

“Admito que hemos estudiado y preguntado como instalaban toldos en ciudades como Sevilla. En Barcelona no copiamos. Estudiamos, analizamos, nos adaptamos y ajustamos con soluciones a la altura del diseño de la capital de Cataluña”, destaca la arquitecto jefe.

El diseño de estos toldos ha llegado para quedarse y en verano de 2026 se instalarán 13 nuevas estructuras en otros emplazamientos. Bonet defiende que el plan de sombras “coloca a las personas en el centro”. El pasado 29 de junio, tras tres años de obras, se inauguró la reforma de Via Laietana. Una reforma criticada por los pocos árboles que se han plantado. El Ayuntamiento explica que la presencia del túnel del metro de la Línea 4 dificulta la plantación de árboles. ERC ha solicitado al equipo de gobierno que si no se puede instalar vegetación, al menos, se coloquen toldos también en esta arteria del centro de la ciudad.

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