Junts y ERC, de problema a flotador para Sánchez
Los socios independentistas, los que más presionaban sin ahogar, necesitan un presidente limpio que sepa resistir en aguas revueltas

En política, como en la vida, pesan tanto las relaciones humanas que, con el informe de la UCO a punto de circular de móvil en móvil, la primera valoración de Jordi Turull fue la de apelar a la presunción de inocencia de un Santos Cerdán embarrado hasta las cejas. Turull, preso de la perplejidad por las insinuaciones que se propagaban, actuó con el mismo patrón que Pedro Sánchez: le costaba creer que el hombre con el que había tejido una relación de confianza en decenas de reuniones ásperas fuera el protagonista de un nuevo caso de corrupción por amaños de contratos a cambio de comisiones. En la cúpula de Junts no reaccionaron del todo hasta que el presidente del Gobierno, con gesto afectado, forzó la dimisión de su mano derecha en Ferraz. La actualización del partido de Carles Puigdemont llegó en forma de comunicado, al igual que ERC. Las palabras justas, y a pensar.
El revolcón que ha supuesto para la Moncloa y el PSOE la desfiguración pública de Cerdán, una tortura en forma de audios, amenaza la supervivencia política de Sánchez y también los intereses de los socios independentistas, obligados a recalcular posiciones cuando queda por cobrar el paquete entero de contrapartidas por las dos investiduras socialistas, la de 2023 en el Congreso y la de Salvador Illa el verano pasado. Demasiado déficit como para no balancear las incomodidades por la corrupción. La amnistía no llegará antes de finales de año —es el calendario con el que trabaja el Tribunal Constitucional—; la oficialidad del catalán en Europa, objetivo prioritario para Puigdemont, se volvió a postergar este mayo; el traspaso de Rodalies no ha pasado de la primera estación; y el nuevo modelo de financiación se cuece tan a fuego lento que los de Oriol Junqueras ya formulan advertencias en público.
Los socios, otrora el principal problema para Sánchez -dificultoso como ha sido para la Moncloa atender los celos de protagonismo entre independentistas-, pueden ejercer de flotador en plena tormenta. Sánchez dispone de una boya momentánea donde agarrarse para tomar aliento, siempre que no aparezca más documentación que dinamite la legislatura. Lo ha entendido Alberto Núñez Feijóo, que sabe que no cuenta con el favor de Junts ni del PNV -molestos por los desaires al catalán y el euskera-, distancia que le obliga a exigir elecciones sin pasar por una moción de censura al esprint.
La reacción corresponde a Sánchez, el único responsable de encumbrar a Cerdán. Los partidos independentistas aguardan movimientos con los canales de comunicación abiertos. Los herederos del gen convergente y los republicanos sólo se han permitido mensajes a las respectivas parroquias. Los de Puigdemont se han conjurado para aprovechar la “debilidad” del Estado en “beneficio” soberanista. Y ERC, sin prisa por propiciar el avance de las derechas, exige escudriñar la actuación del Ministerio de Transportes. Los partidos independentistas, los que más presionaban sin ahogar, necesitan un Sánchez limpio que sepa resistir en aguas revueltas. Justo cuando en el PSOE ya no hay unanimidad sobre la conveniencia de seguir nadando hasta 2027.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Más información
