Salvador Illa celebra el décimo aniversario de Glovo sin que la empresa haya cerrado sus frentes judiciales y laborales

La empresa de reparto a domicilio Glovo ha celebrado este lunes su décimo aniversario. Y, pese a estar inmersa todavía en varios procesos judiciales, tener multas millonarias por pagar y pese a no haber completado la contratación de todos sus repartidores seis meses después de haberlo prometido, la compañía ha logrado un importante espaldarazo institucional. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha acudido a la celebración y en su discurso ha apoyado a la compañía en su “nueva etapa”: “Queremos empresas como Glovo en Barcelona”, ha dicho, matizando que estas tienen que adaptar su “esquema de negocio a las regulaciones”. Al acto de celebración también han acudido Josep Sánchez Llibre, presidente de la patronal Foment del Treball (de la que forma parte Glovo) pero también representantes de los sindicatos que se han enfrentado con Glovo en múltiples ocasiones: el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, y el exsecretario general de CC OO en Cataluña, Javier Pacheco, han salido en la foto.

La nueva etapa de Glovo, sin embargo, no termina de arrancar y todavía arrastra varios capítulos de la anterior. El pasado mes de diciembre, el consejero delegado y cofundador de Glovo, Oscar Pierre, declaró en una investigación penal por un presunto delito contra los derechos de sus trabajadores. Esta causa todavía no ha concluido.

Un día antes de declarar, la compañía mandó un comunicado en el que explicaba que dejaba atrás el modelo laboral de los falsos autónomos que ha caracterizado a su actividad durante su década de vida. Seis meses después, la empresa todavía opera con repartidores autónomos a la espera de concretar su nuevo modelo, para el que ya ha mandado 4.000 ofertas de contratos a sus trabajadores autónomos y llegará a 20.000 este mes. La promesa de Glovo es completar la regularización completa el 1 de julio. Además, este mismo martes empieza el juicio de Just Eat contra Glovo en el que la primera acusa a la segunda de competencia desleal y le reclama 295 millones de euros. Por último están las multas y pagos millonarios pendientes por sanciones de la Inspección de Trabajo y requerimientos de la Seguridad Social.

El aniversario de Glovo ha llegado así en plena transformación de la compañía y con varios frentes judiciales y laborales abiertos. Todo ello no ha sido impedimento para que la empresa haya celebrado su décimo cumpleaños con la presencia del presidente de la Generalitat. Pierre, acompañado del otro fundador de Glovo, Sacha Michaud, ha expresado que han sido 10 años de “supervivencia” y que, 1.000 millones de pedidos acumulados después, todavía cree que la empresa está “muy al inicio” de su recorrido. Un ejemplo de ello es que solo el 2,5% de la facturación a través de Glovo son en supermercados, con lo que todavía hay mucho camino en este segmento, que según Pierre puede llegar a representar entre un 10% y un 20% de las ventas.

De la nueva etapa de Glovo, Pierre destaca que no habrá conflicto. La empresa ha acumulado litigios y sanciones, y ha estado en el foco de la regulación por parte del Gobierno, que sacó precisamente la Ley Rider para luchar contra el uso de los falsos autónomos en empresas de reparto a domicilio. Si Glovo cumple y regulariza todos sus repartidores, solo Uber Eats continuará resistiendo con un modelo similar. Illa ha defendido que los proyectos empresariales como Glovo, cuya innovación es una aplicación tecnológica para realizar pedidos, “son positivos para seguir avanzando como país”. Sánchez Llibre también ha afirmado que Glovo representa “un nuevo modelo de éxito empresarial catalán”. Cataluña, ha dicho, “es capaz de competir en este modelo de negocio con Sillicon Valley, París, Berlín y Ámsterdam”.

Con 3.000 empleados de oficina (la mitad de ellos en Barcelona) y unos 15.000 repartidores en España (la cifra que la empresa daba en diciembre), 250.000 en todo el mundo, Glovo opera en 1.800 ciudades de 23 países.