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Barreras de hormigón y terrazas en el paseo marítimo de Roses para luchar contra el ‘top manta’

El Ayuntamiento endurece la persecución a los vendedores ambulantes

La venta ambulante se extiende por varios municipios de la costa.
Marta Rodríguez

Barreras de hormigón, -los bloques conocidos como New Jersey- y terrazas de tiendas, bares y restaurantes ocuparán este verano el espacio del paseo marítimo de Santa Margarida, en Roses, donde acostumbran a ponerse los centenares de vendedores ambulantes que acuden cada verano a esta localidad del norte de la Costa Brava. Esta medida, una prueba piloto en la lucha contra el top manta (venta ambulante ilegal de productos falsificados), elimina el carril bici que se instaló en 2017, pero que no estaba señalizado en el suelo, y vincula la prohibición de patinetes y bicicletas en el paseo durante todo el día con la lucha contra el top manta. La oposición califica esta prueba de “cúmulo de despropósitos” y denuncia “una actuación improvisada y jurídicamente dudosa” del gobierno local (PSC, Junts y Gent del Poble) en el paseo marítimo.

El top manta, extendido en mayor o menor medida por toda la costa, ha tomado paseos o ramblas de localidades como Barcelona, Cambrils, el Vendrell, Vilanova i la Geltrú, Sitges y Roses. Todos coinciden en que este fenómeno, que existe hace décadas, sobrepasa las competencias municipales, tiene muy difícil erradicación y como se ha visto recientemente en Cambrils, pueda derivar en altercados. En Salou, los manteros se rebelaron ante una actuación policial y se amotinaron en la calle para protestar y arrojaron piedras contra la policía y dañaron el mobiliario urbano.

Roses, localidad de 20.000 habitantes que llega a los 120.000 en verano, es la población más afectada. Tanto, que este mercadillo se ha convertido en un reclamo para visitantes franceses de localidades cercanas. El alcalde, Josep Maria Martínez, está decidido a “mover cielo y tierra para, con medidas diferentes, conseguir resultados diferentes y ponerle freno”. “Hace tiempo que como ayuntamiento perdimos el espacio del paseo, y lucharemos para recuperarlo”, asegura. Por ello de finales de junio a principios de septiembre se irá contra esta práctica con la ayuda de todos los cuerpos policiales y desde todos los ámbitos.

Se hacen campañas de concienciación, se harán dispositivos para confiscar productos que se ponen a la venta, se llevarán a cabo actuaciones en los almacenes donde se guarda el material y se insta a las inmobiliarias a que no faciliten locales. Se sancionará a los compradores con 300 euros, algo en lo que Cambrils fue pionero en 2010.

En 2023 se contabilizaron 400 mantas en Roses. Con fecha de 30 de julio de 2024 se contabilizaron 287 mantas y unos 600 manteros, sin tener en cuenta los responsables de la logística, con los que se ascendería a entre 700 y 800 personas implicadas. La voluntad es reducir todavía más este negocio con todas las armas posibles. “Este tema está enquistado, ahora ven a la Policía Local y no se inmutan, no recogen el material y se van como antes, ahora se rebelan, porque saben que son más”, indica el alcalde, que recuerda que el año pasado algunos agentes resultaron con heridas y contusiones por enfrentamientos.

Martínez asegura que dispone de las autorizaciones de la Generalitat y de Costas del Estado para ubicar en este espacio de dominio marítimo-terrestre tanto barreras de hormigón como terrazas. Necesitará de la connivencia del tejido comercial porque cada comercio, bar o restaurante –se les ha ofrecido a una treintena- tendrá que pagar un canon si solicita la reserva de metros lineales de fachada. Según él, hace tiempo que los manteros dejaron de ser ciudadanos senegaleses en situación irregular que vendían por supervivencia. Ahora hay marroquíes, paquistaníes, suramericanos, españoles del resto del Estado y hay vendedores que incluso llegan de Italia y Alemania. Además, el alcalde asegura que, “hay quienes tienen otros trabajos y aprovechan los fines de semana para sacarse un sobresueldo”.

El paseo marítimo tiene una extensión de 2,5 kilómetros desde la urbanización de Santa Margarida al casco urbano, los manteros se sitúan en un kilómetro y medio, con una elevada concentración en medio kilómetro, que es la parte que ya está ocupada por barreras de hormigón. Martínez se muestra “esperanzado”. “Como les estamos alterando su comodidad, la permisividad e impunidad que tenían, esperamos que haya resultados”. Sin embargo, los manteros han empezado a colocarse tras las barreras.

El año pasado se cerró con récord de incautaciones, 10.522 artículos, siguiendo la tendencia ascendente de 2023 (9.884 artículos confiscados) y 2022 (8.932) y hubo 24 actuaciones con otros cuerpos policiales.

Por su parte, los grupos municipales SOM Roses y Lliures Roses, en la oposición, han presentado una instancia formal al consistorio para solicitar la elaboración de un informe jurídico sobre la legalidad de colocación de las barreras de hormigón New Jersey. También sostienen que no tiene base legal prohibir la circulación de bicicletas y patinetes por el paseo entre mediodía y medianoche, con amenaza de sanciones de hasta 80 euros.

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Sobre la firma

Marta Rodríguez
Corresponsal en Girona especializada en sucesos, judicial y medio ambiente. Es colaboradora de la Agencia EFE y GironaFM y lo ha sido de RNE y Catalunya Ràdio. Fue premiada como corresponsal de Catalunya Ràdio por Radio Associació y recibió el premio Carles Rahola de prensa local por un dosier coral sobre la situación de la justicia en Girona.
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