Ivan Pera, comisionado: “Ciutat Vella debe dejar de ser el patio trasero de muchas cosas”

Ivan Pera (Mataró, 1970) es el comisionado del Pacto por Ciutat Vella del Ayuntamiento de Barcelona, algo así como un espacio de diálogo para crear una hoja de ruta y emprender un proceso de transformación social, económico, urbano y cultural en el centro de la capital catalana. Una promesa electoral del alcalde Jaume Collboni con la que se pretende recuperar el protagonismo del corazón de Barcelona.

Pregunta. ¿Qué es el Pacto por Ciutat Vella?

Respuesta. El gobierno quiere hacer un abordaje integral y estratégico del distrito. Ciutat Vella dejó de ser una prioridad y, entonces, comenzaron una serie de problemáticas. En el pasado mandato ya defendimos un abordaje integral y estratégico del distrito

P. ¿Solamente lo defendió el PSC?

R. También ERC y Junts, pero nosotros lo incorporamos en el programa electoral del PSC y Collboni tenía muy claro que era necesario dibujar una hoja de ruta a diez años vista.

P. ¿Cuáles son los principales problemas que el pacto intenta resolver?

R. Debemos recuperar el espacio público haciéndolo más seguro, más cívico, más limpio y con más convivencia. Ahora parece que el centro de la ciudad es paseo de Gràcia, así que la segunda prioridad es resituar el distrito como eje central de Barcelona. Ciutat Vella debe dejar de ser el patio trasero de muchas cosas. Hay que cuidar a la inmigración, tratar el sinhogarismo y las adicciones, pero también a la gente mayor, la soledad, las familias…. Queremos que haya vida. Hay que rehabilitar viviendas. También se debe trabajar en el orgullo de sentirse de Ciutat Vella.

P. No todo serán problemas.

R: Hay oportunidades económicas, de ocupación… Tenemos que reforzar el comercio para que la gente de Barcelona vuelva a Ciutat Vella. El distrito debe ser seguro, limpio, cívico y un lugar donde poder vivir y trabajar.

P. ¿Cómo debaten?

R. Pensamos en la Ciutat Vella que queremos en 2035. Analizamos la situación que tenemos, detectamos problemáticas y oportunidades y marcamos líneas estratégicas.

P. ¿Alguien que se ha negado a dialogar?

R. Hemos invitado a entidades, sociedad civil, asociaciones vecinales, culturales, deportivas… y hemos creado un consejo asesor con personas que hicieron la primera transformación de Ciutat Vella. En este consejo ha habido gente que no ha querido participar.

P. ¿Por qué?

R. Invitamos a todos los exregidores de Ciutat Vella. Los dos exregidores de los Comuns —Jordi Rabassa y Gala Pin— no han querido participar en el consejo. Siempre que quieran, aquí estamos. Tampoco quiso Itziar González, ni Mercè Homs, quienes se excusaron por temas personales.

P. ¿La seguridad es un problema enquistado en Ciutat Vella?

R. En Barcelona hay 1.650 turistas por kilómetro cuadrado. En Ciutat Vella hay 14.000. La sensación de inseguridad que se da aquí no puede ser la misma que en el resto de la ciudad. Además, hay un problema de multirreincidencia y de narcotráfico.

P. ¿Qué se puede hacer?

R. Crearemos un plan local de seguridad exclusivo para Ciutat Vella. Necesitamos un centro más seguro y necesitamos soluciones de ciudad y país.

P. Hubo polémica con el desalojo de la antigua Massana.

R. No tenemos nada en contra de las entidades que había allí. Si necesitan un lugar, lo buscaremos, pero como lo hacemos con el resto de entidades. Tirar una puerta al suelo no da más derechos.

P. También hay comercios Grow Shop promocionando el cultivo de marihuana en el centro de la ciudad.

R. Una de las prioridades es recuperar el comercio local. Trabajamos en el plan de usos para evitar lo que no queremos que pase. A la vez, debemos promocionar el comercio que queremos. En la calle Comtal había negocios de proximidad y ahora solo queda la papelería Raima. No queremos Grow Shop, ni clubs cannábicos en Ciutat Vella.

P. Es corregir con intervencionismo.

R. El mercado tiene sus normas, pero nosotros podemos promocionar un tipo de dinámicas de lo que queremos que pase. En la Rambla hay una oferta de restauración que no nos gusta, pero tenemos que concretar como cambiarla, con qué normativa…

P. Es un distrito donde convive la desigualdad de los vulnerables con los expats de alto nivel adquisitivo.

R. Queremos que los expats tengan más impacto. Deben ser unos vecinos que se involucren en el día a día. La visión del conflicto permanente hay que superarla.

P. Pero los expats provocan que suba el precio de los pisos.

R. No son el enemigo. Ya están aquí y están para quedarse mucho tiempo.

P. ¿Puede haber problemas de convivencia?

R. El 52% de los que viven en Ciutat Vella han nació fuera de España. Hay 154 nacionalidades y más de un centenar de lenguas y nunca se ha visto como un problema.

P. En Ciutat Vella se recogen más jeringuillas usadas que en otras partes de la ciudad.

R. Tenemos tres centros de atención y seguimiento de adicciones y hay espacios de venta de droga. Aquí se concentra todo y esto es lo que provoca tensión. Tenemos que recuperar el espacio público.

P. Recuperar significa que alguna vez se tuvo.

R. El primer proceso de transformación de Ciutat Vella se hizo sobre unas bases demográficas que cambiaron a partir de 2005 con la llegada de la inmigración. A la vez, Barcelona se convirtió en capital mundial y llegó la crisis de 2008. Ahí se empezó a perder Ciutat Vella.