Dibujado el primer mapa del hasta ahora desconocido fondo marino del litoral catalán

Puede que en la costa catalana no se esconda la Atlántida, pero sí muchos otros tesoros naturales hasta ahora desconocidos. La Generalitat, junto al Instituto Geológico y Cartográfico de Catalunya, ha dibujado por primera vez un mapa del fondo marino del litoral catalán que arroja luz sobre el vacío histórico en esta materia. El proyecto ha catalogado hasta 26 hábitats marinos, cuatro de los cuales son de interés comunitario como los campos de posidonia oceánica, los corales, túneles y cuevas submarinas. Desde Portbou, en la Costa Brava, hasta las Cases d’Alcanar, en el Delta del Ebro, el mapa ha prospectado un total de 190.000 hectáreas hasta los 50 metros de profundidad como primera fase para garantizar su conservación.

“Teníamos información fragmentada de interés, pero ahora disponemos de una imagen completa e integrada. El conocimiento del fondo marino nos aportará una poderosa herramienta para la gestión ambiental, la preservación de los hábitats y su conservación”; ha celebrado la consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Sílvia Paneque. “Conocemos bien los sistemas agrarios, forestales, urbanos y fluviales, pero no los marinos, históricamente tan poco conocidos, pero a su vez, esenciales”, ha añadido. Así, el mapa se integrará en el Plan Cartográfico de Cataluña como parte de una base de datos pública y estará a disposición de todas las administraciones.

La aplicación de esta herramienta es también con fines económicos, pues dará apoyo a las actividades de pesca profesional y recreativa, orientará las medidas de adaptación al cambio climático y contribuirá a las políticas urbanísticas. El programa científico se inició hace cuatro años y su coste ha sido de cuatro millones de euros, de los cuales un 75% por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMPA), cuya prioridad es fomentar la pesca sostenible y la recuperación y conservación de los recursos biológicos acuáticos.

No es ningún secreto que el litoral catalán suele recibir visitas de tintoreras o que sus aguas albergan extensos campos de posidonia, una alga marina con una elevada capacidad de absorber dióxido de carbono, pero hasta ahora se desconocía la distribución del suelo marino y su relieve. Para ello se han combinado varias tecnologías. Algunas embarcadas en un avión como el LiDAR batimétrico para las zonas más costeras, y otras en embarcaciones como la ecosonda, el sonar de barrido lateral o vehículos submarinos operados de forma remota.

El estudio ha constatado que, en extensión, predominan los fondos detríticos y su distribución es diferente según el tramo de costa. Mientras en la Costa Brava norte y el Maresme predominan las arenas, en el sur, entre Barcelona y el Delta del Ebro, abundan los suelos marinos fangosos. Estos hábitats se localizan sobre sustratos como rocas, arenas o fangos, y se han identificado hasta 12 tipos.

Estas avanzadas técnicas no solo han permitido detallar el fondo marino, sino que también ha recogido muestras de dragas de arena y se han practicado inmersiones para obtener datos más precisos, especialmente en zonas críticas. “Se trata de una parte importante del proyecto. Nos hemos centrado mucho en la zona costera del Delta del Ebro para evaluar el estado de las playas y planificar futuras actuaciones”, ha detallado la responsable técnica del proyecto.

Por lo que respecta al estado del fondo marino, formará parte de la segunda fase del proyecto. Por el momento solo hay proyectos a pequeña escala que abarcan aquellos hábitats protegidos e integrados en la red Natura 2000 y, por tanto, según los investigadores, se trabajará sobre las futuras directrices europeas para identificar el estado de conservación.