Punch ofrece fabricar más de 75.600 vehículos para 2030 en los terrenos de Nissan

El grupo belga Punch presentó este martes en Barcelona su propuesta para las plantas que la multinacional Nissan dejará el proximo diciembre: prometen fabricar más de 75.600 vehículos para 2030, y algo más de 46.000 para 2025. Punch prevé invertir 650 millones de euros hasta 2027, sumando fondos públicos y privados. El Gobierno, la Generalitat, los sindicatos y Nissan tomarán una decisión a finales de septiembre sobre los cuatro proyectos que han presentado una propuesta, de los cuales tres están ligados a la producción de vehículos eléctricos y de hidrógeno, además de otro orientado a la creación de un hub de micromovilidad. Todos compiten por ocupar las plantas ubicadas en la Zona Franca de Barcelona, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca.

La propuesta de Punch pasa por producir, para 2030, unos 36.000 pick up diésel, además de aproximadamente 31.200 pick up de hidrógeno y 8.500 furgonetas eléctricas. Preguntado por las características de los coches, Andy Palmer, exdirectivo de Nissan y ahora líder de la propuesta barcelonesa del grupo belga, defendió durante la presentación que “los vehículos que se fabrican hoy en Nissan son muy similares a los que produciría Punch”.

“La tecnología del motor es la misma: se trataría de utilizar la misma plantilla”, agregó Palmer, que también se comprometió a mantener la base de proveedores. Uno de los criterios de la comisión de trabajo que ha seguido la evaluación de las cuatro propuestas consiste en analizar cómo se asegurará el trabajo de los 2.500 empleados de Nissan que, junto con miles de trabajadores indirectos, han padecido las consecuencias del cierre del gigante japonés. La empresa belga, que factura unos 500 millones de euros y cuenta con 1.750 empleados en plantilla, aseguró también que es capaz de generar unos 2.000 puestos de trabajo en la fábrica para 2025.

La plana mayor de Punch, que previamente había descrito las características de sus plantas en Francia, Reino Unido, Italia y Eslovaquia, defendió que su proyecto es el más adecuado para Barcelona, porque “es la única propuesta que aprovecha tanto las tres plantas, las tecnologías y los empleados actuales”.