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El incendio de la Mezquita de Córdoba fuerza a la incorporación de las administraciones públicas en la toma de decisiones sobre el monumento

El Ayuntamiento incorporará al Plan de Gestión del Centro Histórico un organismo en el que estén presentes la Junta y el Ministerio de Cultura, el Gobierno municipal y el Cabildo

Trabajos de restauración en la Mezquita de Córdoba tras el incendio del 8 de agosto.
Eva Saiz

El incendio de la Mezquita de Córdoba, provocado por una barredora eléctrica que se encontraba en un almacén improvisado en uno de los vestíbulos del monumento, ha reavivado las críticas que ponían en duda que la gestión del enclave, declarado Patrimonio de la Humanidad, estuviera únicamente en manos del Cabildo por el mero hecho de haberse atribuido la titularidad sobre el templo, tras su inmatriculación en 2006. Ese cuestionamiento es el que subyace detrás de la decisión del Ayuntamiento cordobés de incluir en el Plan de Gestión del Centro Histórico una enmienda para incorporar la creación de un organismo en el que estén presentes todas las administraciones —municipal, autonómica y estatal— junto con el Obispado para coordinar las actuaciones sobre la mezquita.

La medida, de la que no ha trascendido nada más, ha sido anunciada por el portavoz del Gobierno local durante un pleno este jueves en el que se debatía la titularidad y la gestión compartida del monumento. Tanto PSOE como Hacemos Córdoba han sostenido que el incendio del pasado 8 de agosto, que puso en jaque la subsistencia de esta edificación, expresión máxima del arte árabe y andalusí, ha evidenciado que la mezquita “no está en las mejores manos” y que el Cabildo, “que tiene el monopolio de ese patrimonio, ha demostrado ser incapaz de conservar el inmueble”. Como respuesta, el PP, que gobierna con mayoría absoluta en el Consistorio, ha presentado la creación de ese organismo, que se incorporará en el Plan de Gestión del Centro Histórico que se pretende aprobar de manera definitiva antes de que finalice este mes. Fuentes municipales, sin embargo, insisten en que esta decisión estaba tomada desde antes de que se produjera el incendio.

La propuesta tiene gran trascendencia porque supone, por una parte, involucrar a todas administraciones en la coordinación de las actuaciones que se realicen en la mezquita como parte del Centro histórico, entre ellas la Junta de Andalucía, pero sobre todo el Ministerio de Cultura, interlocutor directo con la Unesco o el Icomos, que es ante quien el organismo de Naciones Unidas y su entidad asesora, respectivamente, pueden dirigirse para exigir responsabilidades por el estado de conservación de los bienes Patrimonio de la Humanidad. El hecho de que este organismo se incorpore en el Plan de Gestión también es relevante porque es el único documento sobre el que la Unesco puede informar, al tratarse del instrumento de planificación que la entidad supranacional considera obligatorio para los bienes inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial.

Obras de afianzamiento de la Mezquita de Córdoba tras el incendio del pasado 8 de agosto.

Desde el Cabildo, sin embargo, se precisa que este órgano en ningún caso tendía competencias para intervenir en la gestión de la Mezquita, que le corresponde en exclusiva a la Iglesia, y que, en todo caso, se circunscribe al Plan de Gestión del Centro Histórico. Fuentes de la entidad eclesiástica indican a este diario que, en realidad, lo que ha hecho el Ayuntamiento es incorporar al Plan de gestión una recomendación para que el Cabildo estuviera presente en el equipo de coordinación formado por las administraciones públicas. “Nos ponemos a disposición del Ayuntamiento para colaborar con nuestra participación, aportando la experiencia acrisolada a través de los siglos en la gestión de un bien milenario con lo mejor de nuestra experiencia”, ha dicho el Cabildo en un comunicado.

“Celebramos que por la primera vez haya un órgano plural y participado de la presencia de las administraciones públicas, tal como venimos reclamando desde hace 10 años. Es un avance importante”, ha destacado Miguel Santiago, portavoz de la Plataforma Mezquita-Catedral, una entidad ciudadana que ha hecho de la incorporación de las entidades públicas a la dirección del monumento uno de los ejes de sus reivindicaciones. Santiago echa en falta que en ese organismo no se incluya a las entidades de la sociedad civil, cuyo rol la propia Unesco defiende como “fundamental” para el desarrollo y control de las políticas y para garantizar que sus intereses quedan reflejados en la toma de decisiones.

La comunidad científica también considera una buena noticia el paso dado por el Ayuntamiento, aunque es escéptica en cuanto a la puesta en marcha de esta nueva entidad, en tanto en cuanto que no olvidan “el poder que tiene el Cabildo” en la toma de decisiones de la ciudad. “A la espera de ver cómo se concreta, lo veo algo positivo, favorable para ir hacia ese modelo de gestión patrimonial más homologada y menos confesional”, opina Alejandro García Sanjuán, profesor de Historia Medieval de la Universidad de Huelva. “Hay que empezar a poner los primeros cimientos para que la mezquita no se deje solo en manos de una entidad como es la Iglesia. La ciudadanía debe estar presente a través de los representantes legales en los proyectos, en las Diputaciones, los Parlamentos, el Gobierno de la nación, la Junta de Andalucía… más otro tipo de instancias sociales, que también algo tienen que decir”, señala Manuel García Parody, catedrático jubilado de Geografía e Historia y profesor del centro asociado de la UNED de Córdoba.

La plataforma reclama que esa misma presencia de las administraciones públicas en el Plan de Gestión que acaba de propugnar el Ayuntamiento de Córdoba se traslade al Plan Director de la Mezquita, que es el documento que establece las directrices para la gestión y conservación del monumento. Con ese control adicional se podría haber evitado que el Cabildo tuviera en el interior del recinto un almacén, de cuyo riesgo el propio Obispado alertó a Icomos durante una visita que la entidad asesora en materia de patrimonio de la Unesco realizó al templo la pasada primavera. También se hubiera coartado con esa supervisión, defiende Santiago, la proliferación de elementos católicos dentro del espacio, minimizando deliberadamente la preeminencia del legado andalusí. “El incendio afortunadamente se logró superar, pero lo que no se ha superado es la desnaturalización del edificio que ha ido creciendo en los últimos años”, dice sobre esa colonización de simbología cristiana García Parody,

El Plan de Gestión incluye como un todo indisoluble la mezquita y el casco histórico de Córdoba, declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 1994. En el borrador inicial, aprobado en noviembre del año pasado, se reconoce que es este monumento el que “sustenta mayoritariamente la declaración de valor excepcional universal, integridad y autenticidad” del patrimonio mundial que constituye el centro histórico de Córdoba, pero también subraya que es “propiedad de la Iglesia católica desde el siglo XIII”, algo que también se han encargado de resaltar los portavoces del Ayuntamiento y de Vox en el pleno de este jueves.

Más allá del anuncio por parte del consistorio de este organismo plural para acometer las actuaciones en la mezquita, no han trascendido ni sus funciones concretas ni su composición. Desde la plataforma esperan que “no sea un órgano decorativo, sino que realmente tenga una función clara con capacidad de gestión del monumento”.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.
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