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Los barones del PP temen a Vox tras su auge en Extremadura: “Los hemos subestimado”

Los populares asumen que fue un error la campaña “plana y de perfil bajo” de Guardiola mientras Génova espera que la extrema derecha no pida entrar en el Gobierno

“Si hubiera sabido que este sería el resultado, María Guardiola no habría adelantado las elecciones”. La reflexión, de un barón del PP, resume el sentir en sectores del partido de que para este viaje no hacían falta alforjas. La presidenta extremeña y candidata del PP pulsó el botón electoral con el objetivo de soltar amarras con Vox, que le había impedido aprobar los Presupuestos, pero sale de las urnas prácticamente con la misma dependencia de una extrema derecha engordada por las urnas y que cuenta con cuatro votos imprescindibles para que ella pueda gobernar. El resultado de Vox en Extremadura, que no se esperaba tan alto, ha encendido las alarmas entre los barones del PP que se examinan en este ciclo electoral. “Se subestimó a Vox”, admite un presidente popular, que cree que, además, tienen que tomar nota de que Guardiola “se equivocó con una campaña plana y de perfil bajo”.

El problema del resultado de Guardiola, que logró un meritorio 43% de los votos en un feudo histórico de la izquierda, es la “mala gestión de las expectativas”, entienden algunos dirigentes del PP. Guardiola ganó las elecciones, pero creció solo un escaño (29), a cuatro de la mayoría absoluta y se quedó en manos de un Vox muy crecido, que duplicó sus escaños (11). No era lo esperado. Mientras el PP se ha quedado en la horquilla baja del resultado que le auguraban las encuestas, con Vox ha sucedido al revés, y los de Abascal han superado la horquilla más alta de los sondeos. “El PP extremeño decía que iba a por la mayoría absoluta, ¿pero habían perdido el juicio? ¡Y encima hacen una campaña dormida en unas elecciones que se celebran en plena Navidad, un 21 de diciembre!”, se enciende un líder territorial.

La campaña de Guardiola, de perfil bajo salvo por la polémica del supuesto pucherazo por el robo de un centenar de votos en una oficina de Correos, recibe muchas críticas en el PP. La candidata del PP concedió escasísimas entrevistas, no acudió al debate electoral de TVE y tuvo jornadas completas sin agenda en la recta final, con el objetivo de no cometer errores. “Cuando vas con el freno de mano echado, se gripa el motor”, cuestiona otro dirigente territorial. “Todavía más”, añade un asesor popular, “cuando tienes un competidor por la derecha tan fuerte”.

En el PP también se critica el choque personal de Guardiola con el líder de Vox, al que llamó “machista” en campaña y con quien ahora tendrá que pactar. “A Vox no podemos ganarlo por cuestiones ideológicas, sino por la gestión”, reflexiona un barón en referencia a esa apuesta feminista de Guardiola, poco seguida en el PP. “A los votantes de Vox tampoco puedes echarles órdagos, porque te responden que te vas a enterar”.

La pregunta que recorre ahora al resto de territorios que van a las urnas ―Aragón, el 8 de febrero; Castilla y León, en marzo; y Andalucía, en junio― es cómo afrontar el fuerte crecimiento de Vox que ha retratado Extremadura. Los barones ya han aprendido que tienen que salir a darlo todo. Más difícil es dar con la tecla para acabar con Vox. El presidente de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, admitió ayer que le “preocupa” el auge de Vox y reconoció que “así es muy difícil tener una mayoría absoluta en cualquier territorio”. “Vox solo empezará a bajar cuando entren en los gobiernos y asuman responsabilidades”, reflexionó Moreno Bonilla, que cree que entonces se “desmontarán sus políticas, que no son viables en muchas ocasiones”.

La reflexión del presidente andaluz es una paradoja que se escucha ahora en el PP. Tras la etapa en la que los populares sufrieron para tratar de impedir que Vox entrara en sus Gobiernos autonómicos ―aunque no lo consiguieron y formaron cinco ejecutivos de coalición, que terminó rompiendo unilateralmente Abascal―, algunos dirigentes creen que ahora al PP le interesaría lo contrario. Esto es, que Vox entrara de nuevo en sus Gobiernos autonómicos y se desgastara con el poder, como le termina ocurriendo a todos los partidos populistas.

“El problema es que quien tendría que hacer esta estrategia es a quien menos le apetece”, afirma un dirigente de la cúpula en relación a Guardiola, la presidenta autonómica que más se ha enfrentado a Vox. Nadie tiene muy claro en el PP qué va a hacer la presidenta extremeña en funciones para ser investida, aunque la crisis en el PSOE ―con la dimisión de su candidato, Miguel Ángel Gallardo, por el desplome de los socialistas a su suelo histórico con 18 diputados― podría facilitarle las cosas. El expresidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra ha pedido al PSOE que facilite la investidura de Guardiola con una abstención.

Génova sostiene, en cambio, que “no confía en el PSOE” para pedirle que se abstenga y que espera que Vox abarate el precio de su apoyo porque solo se necesita su abstención y no un voto afirmativo. “No es lo mismo que me dejes el coche a que me lo regales”, ejemplifican fuentes de la cúpula del PP. El líder popular, Alberto Núñez Feijóo, instó este lunes a Abascal a permitir un Gobierno del PP Extremadura y a “no equivocarse de adversario nunca más”.

Los populares creen que Vox no pedirá entrar en el Gobierno de su candidata, pero desconfían de todos los movimientos de Abascal. Por ejemplo, que pida la presidencia del Parlamento de Extremadura, ya que eso permitiría a Vox controlar los tiempos de la investidura y situarla justo en plena campaña de las próximas elecciones a Aragón. “Vox ha tenido una subida notable que respetamos”, apuntan fuentes de la dirección nacional, “pero el PP también pide respeto a su electorado”.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.
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