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La Crónica
Crónica
Texto informativo con interpretación

Las heridas de las primarias se reabren en el PSOE

A los críticos de siempre se añaden otros nuevos por los casos de corrupción y acoso. La indignación se extiende por los territorios

El PSOE se abrió en canal en 2017 con la celebración de elecciones primarias en las que Pedro Sánchez y Susana Díaz se disputaron el poder del partido y la candidatura posterior a la presidencia del Gobierno de España. Los escándalos por corrupción de los más estrechos colaboradores del líder socialista y la inacción de los órganos federales ante casos de acoso contra mujeres, ahora aparentemente rectificados, han reabierto las heridas de entonces, a las que se suman las producidas territorialmente en estos años. Desde el domingo próximo, con los comicios en Extremadura, hasta el mes de mayo se encadenan elecciones autonómicas con malos pronósticos para los socialistas. Pero nada se moverá de inmediato.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reiteró este domingo su intención de seguir adelante. Solo la irrupción de la Conferencia Episcopal Española para opinar sobre lo que debe hacer el Ejecutivo a fin de salir del “bloqueo” consiguió sacar al PSOE de su ensimismamiento para pedir neutralidad a la cúpula eclesial. La aparición de Sánchez en la campaña electoral extremeña, en un lugar emblemático para los socialistas como es el Complejo de San Francisco de Cáceres, animó a los militantes del PSOE extremeño, aunque no se engañan sobre los augurios del domingo.

No cabía duda, pero el líder socialista avisó desde Cáceres que la legislatura continúa. En el entorno del presidente sostienen con la misma intensidad de siempre que en absoluto conocía la corrupción en la que estaban inmersos sus más estrechos colaboradores. Y niegan que se haya producido financiación ilegal del PSOE. Esa es la tesis que conocen los partidos de coalición, aunque el salto de la investigación a la SEPI ha añadido una mayor gravedad a la situación política del Gobierno.

En la mayoría de las federaciones socialistas, así como diputados y senadores, tampoco creen que Sánchez tenga algo que ver con la corrupción. Sí le reprochan que entregara todo el poder a quienes ahora están cercados por la justicia. En ese contexto es en el que se mueven los críticos del secretario general: los que en 2017 apoyaron a Susana Díaz y los nuevos, nacidos al calor del uso del poder orgánico arbitrado primero por José Luis Ábalos y después por Santos Cerdán.

La protección a Francisco Salazar, otro estrecho colaborador del presidente del Gobierno denunciado por dos trabajadoras de La Moncloa, según destapó elDiario.es, ha provocado indignación y desolación. En estas horas el pálpito en las federaciones del partido no es tranquilo. Se da por supuesto que ahora sí se actuará, pero creen que se han ido arrastrando los pies, según la expresión reiterada en las organizaciones territoriales socialistas.

Los más críticos consideran que los responsables del órgano antiacoso que incumplieron con sus obligaciones deberían dar explicaciones. Se desconoce si continúan las mismas personas, aunque se hayan incorporado tres mujeres más al equipo y al órgano que debe dilucidar las denuncias. Tampoco se ha hecho pública la identidad de las tres mujeres que esta semana se han incorporado al órgano donde pueden dirigirse las acosadas. Sí se sabe que son veteranas de prestigio y reconocimiento en el partido.

No solo el conflicto ha tomado cuerpo en la dirección federal, sino también en las federaciones salpicadas por casos de acoso. Galicia, especialmente. Allí se tapó al presunto acosador, el presidente de la Diputación de Lugo y líder del partido en la provincia, José Tomé. La dimisión de la secretaria de Igualdad del PSdeG-PSOE gallego, Silvia Fraga, ha causado un terremoto en el mundo feminista fuera y dentro de ese partido. Este domingo, decenas de mujeres socialistas gallegas, encabezadas por la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, suscribieron un manifiesto en el que defienden a su compañera. Esa dimisión, “después de un trabajo ejemplar, no nos puede dejar impasibles”, denuncian. Las firmantes, alcaldesas, cargos públicos en Galicia, o referentes del mundo feminista de esa comunidad constatan que la denuncia de las mujeres acosadas “es un acto de valentía”, que requiere apoyo y acompañamiento del partido.

El desapego del voto de las mujeres al PSOE es el principal riesgo que afronta este partido para no caer en el abismo electoral. El feminismo y las leyes de avance en igualdad son una seña de identidad del PSOE, así como una especial sensibilidad ante interferencias de la Iglesia en política. En estas décadas de democracia ha habido momentos de tensión a propósito de leyes aprobadas por gobiernos socialistas. El presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Arguello, en una entrevista a La Vanguardia, propone que el presidente del Gobierno se someta a una cuestión de confianza, o le presenten una moción de censura o convoque elecciones. Sánchez le replica que el tiempo en el que los obispos interferían en política se acabó con la democracia. No se ha quedado ahí, sino que le ha recordado que esas apreciaciones tan políticas no las formula la Iglesia cuando gobierna el PP; tampoco pidió la cúpula eclesial que los gobiernos conservadores derogaran leyes aprobadas por los socialistas contra las que se manifestaron. A la vez, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, envió una carta de protesta a Argüello.

Estos recordatorios los hizo ya Alfredo Pérez Rubalcaba en 2008, en su etapa de líder del PSOE, y años sucesivos. Siempre recalcaba que esas interferencias episcopales no se producían en ningún otro lugar de Europa con leyes similares.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).
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