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Supremacismo

Así se montó la célula supremacista blanca en Castellón: “David es un flipado de las armas, pero nadie pensó que llegaría a tanto”

El líder, de 24 años, investigado por dirigir un núcleo terrorista en España de la organización The Base, buscaba jóvenes vulnerables con problemas para socializar para entrenarlos. El temor a que actuaran precipitó las detenciones

David Dionis, durante la retirada de la cruz franquista del Parque Ribalta de Castellón, en enero de 2023. Foto: Carme Ripollés | Vídeo: EFE
Juana Viúdez

“Tenía que ser el David”. Antes de que comenzaran a circular imágenes del joven de la localidad castellonense de Onda (25.000 habitantes) como presunto líder de una célula terrorista del supremacismo blanco más radical, quienes conocían a David Dionis, de 24 años, se les vino a la cabeza su nombre. “Eran sus fantasmadas de crío, siempre ha sido un flipado de las armas, un facha, pero nadie pensaba que iba a llegar a tanto”, cuenta un vecino que coincidió con él cuando Dionis tenía 17 o 18 años y todavía conservaba una “pandillita” de amigos. Pero el joven, según relatan vecinos y conocidos, se había ido aislando. Lo describen como un chaval “nervioso”, que solía ir solo, con la capucha de la sudadera echada y sin que supieran exactamente en qué andaba metido. “Lo podías encontrar bebiendo cerveza en el aparcamiento del supermercado con otros, pero la gente no se le acercaba, porque era un bullas”.

Los vecinos aún comentan el susto que se llevaron al ver llegar a los policías con pasamontañas, tanto en las viviendas de Onda como en el cercano pueblo de Ayódar, en pleno Parque Natural de la Sierra Espadán, cuando se produjeron las detenciones el 25 de noviembre. Aquel día, Dionis no acudió al curso de inserción laboral en el que estaba matriculado porque había pedido una baja por enfermedad. “Cumplía todos los parámetros de exclusión social para ser beneficiario de los talleres”, señalan fuentes municipales, que destacan su comportamiento correcto en las clases. Las imágenes del registro le muestran en una habitación de espaldas, con la cabeza rapada y las manos esposadas. Cerca de él, van mostrando algunos de los hallazgos de la vivienda en la que residía, como armas o una copia del libro Mi Lucha, de Adolf Hitler.

“Vivía en casa de la abuela y allí tenía sus cosas”, explica una de las vecinas mientras barre la acera de la avenida País Valencià, una carretera con bastante movimiento de tráfico a la que se llega después de recorrer un largo polígono colmado de empresas del sector cerámico y de atravesar un túnel con un gran mosaico azul. “Ha sido un chico muy cuidado por la madre. De aquí, del pueblo. Desde que vino la Policía, la mujer no sale de casa”.

Dionis, en prisión preventiva desde finales de la semana pasada, está investigado por liderar una célula terrorista en España de la organización The Base, con ideario extremista y violento y cuyo fin último es la lucha para que la raza blanca domine la sociedad. La Policía lo detuvo junto a otros dos hombres que tenía en su órbita, uno de su misma edad y otro de unos 50 años. Los agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, encargados de investigar los casos de terrorismo, advirtieron que estaban acumulando armas, sobre todo cuchillos, aunque también tenían dos armas de fuego y habían estado haciendo entrenamientos tácticos militares en los alrededores de Onda, como acceder a un edificio o cargar armas.

De puertas para adentro, y según las pesquisas policiales, el líder de la célula trabajaba intentando captar nuevos miembros y aleccionando a sus integrantes. Le describen como un “erudito” de temas supremacistas, y destacan su habilidad para moverse por internet sin dejar rastro. Buscaba a personas jóvenes vulnerables, con problemas, o que tuvieran antecedentes de violencia y dificultades para socializar. Una vez que estaban dentro, seguían hablando en chats más restringidos o en persona, y comenzaba el adiestramiento.

The Base, La Base en español, está considerada una organización terrorista en la UE, Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda. Fue creada en 2018 en Estados Unidos y funciona mediante una red clandestina de pequeñas células de no más de 15 hombres que se autocapacitan militarmente para cometer atentados. Su ideología se basa en el aceleracionismo, que anima a sus seguidores a cometer todo tipo de actos violentos para explotar las divisiones raciales y acelerar el colapso de la sociedad occidental.

Un mes antes de las detenciones, Rinaldo Nazzaro, el líder máximo de The Base, había hecho un llamamiento desde Rusia a sus células “insurgentes” para que ejecutaran “ataques selectivos”. “Ya no se podía esperar más”, explican fuentes conocedoras del operativo, denominado operación Cascadia.

“Habían endurecido su discurso radical”, contó la Policía sobre los detenidos. Ya no solo alentaban a cometer acciones violentas en redes sociales, es que decían abiertamente que estaban dispuestos a hacer “ataques selectivos”. El magistrado de la Audiencia Nacional encargado del caso, Antonio Piña, destacó el “grave peligro para la seguridad” que suponía no solo el “acopio anormal” de armas que hicieron, sino que las llevaran y utilizaran por la calle. Sus víctimas potenciales eran muy amplias, desde colectivos LGTBI, a migrantes o cualquier persona que fuera en contra de sus postulados.

Los tres investigados residían en torno a Onda, una población industrial de interior a 22 kilómetros de la capital, que ha ido creciendo en las últimas décadas y en la que un 17% de los censados son personas extranjeras, según datos del INE. La crisis de 2007, por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, afectó especialmente a las poblaciones del conocido como triángulo cerámico. Por esta época fue cuando el discurso del partido neofascista España 2000, obtuvo un concejal en el Ayuntamiento, y lo mantuvo durante las legislaturas de 2007 y 2011. En la actualidad, gobierna con mayoría absoluta la alcaldesa Carmina Ballester (PP) y no se ha registrado ningún incidente racista en los últimos tiempos, según fuentes municipales.

Dionis reconoció al juez que estaba en contacto con Rinaldo Nazzaro. El magistrado ha encontrado “indicios” de que había estado recibiendo dinero de The Base y de que estaba financiando sus actividades en España gracias al menudeo de marihuana y cocaína. Le envió a prisión preventiva para evitar que destruyera pruebas y que volviera a delinquir. Con antecedentes por delitos violentos y de odio, llegó a viajar a Madrid para agredir a una persona “simplemente por venganza”. En la Policía Local también lo conocían por altercados, discusiones y “asuntos menores”.

“¡Qué os cuelguen de la soga, hijos de puta! Os pasaremos por encima, pero como en el 36, cabrones”, se le escucha decir en unas imágenes grabadas en enero de 2023, cuando se retiró la Cruz de Ribalta de Castellón por considerarse un vestigio de exaltación franquista. Ignasi Garcia, concejal de Compromís en el Ayuntamiento de Castellón, recuerda como le amenazó, tanto a él como a otros políticos a los que llamó asesinos y terroristas. “Estábamos sujetando una pancarta antifascista y nos empezó a insultar. Había policías de paisano y nos recomendaron que lo denunciáramos. Lo hicimos, pero nunca supimos nada más”, comenta Garcia, que por aquel entonces era vicealcalde de la localidad en un gobierno en coalición con el Partido Socialista del País Valenciano (PSPV).

En las inmediaciones del pabellón Victor Cabedo Carba, en un parque en el que se reúnen los jóvenes al final de la tarde, también destacan su carácter inestable. “Aquí no viene desde antes de la pandemia”, cuenta Mari, en pleno trasiego de viernes por la noche en el bar Pitu. “No me gustaba como se comportaba y lo eché. Da lo mismo del color que se sea, hay que tratarse con respeto. La gente de los bares no toleramos esos comportamientos”.

Durante la operación, los policías también registraron un local comercial que los investigados frecuentaban en Castellón. Era una antigua consulta veterinaria situada en el Raval Universitari, una zona junto al campus de la Universitat Jaume I, donde viven muchos estudiantes y familias jóvenes con niños. La persiana solía estar abierta a medias y no había mucho movimiento, cuentan los propietarios de un negocio cercano. A ambos lados de la puerta por la que los agentes volvieron a sacar cajas con material intervenido tenían pegados dos folios en blanco que anuncian en letras mayúsculas “servicios de seguridad y de control de accesos”.

Un joven de 25 años siempre solo

“Aquí se montó una buena porque normalmente no se oye un ruido”, explicaba también el viernes por la tarde un vecino de Ayódar, un tranquilo pueblo de montaña a 10 kilómetros de Onda. Sus 180 habitantes censados apenas salen de sus casas cuando comienza a hacer frío y solo interrumpe el silencio el trino de algún pájaro o los ladridos de los perros. Los agentes subieron hasta este pueblo, frecuentado por senderistas, a detener a un joven de 25 años, que al igual que el líder, apenas se relacionaba. Se compró una pequeña casa cinco años atrás e iba y venía a Castellón. Siempre lo veían solo. Al comienzo, estuvo trabajando en las brigadas forestales unos meses, pero lo dejó, y no llegó a amoldarse a ninguna ocupación. Tuvo un enfrentamiento con el alcalde, Joaquín Barri (PP), pero el regidor, que vive en la misma calle, prefiere no hacer declaraciones. En la vivienda a la que fueron los agentes, que hace esquina, un hombre responde con voz pastosa desde detrás de la puerta que el joven detenido no está allí. “No sé dónde está, con su madre, con su mujer. No te puedo abrir porque estoy en cama”, se excusa. Del tercer implicado poco se sabe, más allá de que ronda los 50 años y también vive en Onda.

Los supuestos miembros de la célula española sí que hacían promoción de sus actividades en perfil de The Base en la red social rusa VK, un equivalente a Facebook. En él publicaron cinco fotografías, la última del pasado junio. Casi siempre con el rostro cubierto por pasamontañas o gorros, miran a la cámara mientras sujetan la bandera negra con el símbolo de la organización, apuntan con sus armas al objetivo o levantan el brazo haciendo el saludo nazi. También escribieron un largo comentario en el que concluían que el mayor problema actual es “el reemplazo”, una teoría conspirativa que abraza Vox y que sostiene que la población blanca y cristiana de Europa está siendo sustituida por inmigrantes de otras etnias y religiones, principalmente árabes y subsaharianos.

Aunque desde hace más de una década hay influencias supremacistas en grupos neonazis activos en España, la violencia de extrema derecha, salvo algunos casos, no se trataba como terrorismo, explica Fernando Reinares, investigador asociado del Real Instituto Elcano y catedrático de Estudios de Seguridad en la Universidad Rey Juan Carlos. En los últimos años ha habido algunas detenciones de personas con ideario aceleracionista: en 2020 fueron arrestados en Lleida dos supremacistas blancos que se preparaban para una guerra racial en una masía, pero se les condenó por delitos de odio.

Cambio de enfoque: The Base es terrorismo

El hecho de que la organización The Base se incluyera en el listado de organizaciones terroristas de la UE en julio de 2024 ha facilitado que el caso se lleve en la Audiencia Nacional, que es quien investiga el terrorismo.

El aceleracionismo, considerado la rama más radical del secesionismo blanco y en el que se enmarca la organización The Base, anima a hacer el mayor daño posible con los menores recursos que se dispongan. Aunque parezca contradictorio, sienten simpatía por la yihad, porque son capaces de cometer atentados muy graves con muy pocos recursos y de generar una gran alarma. La matanza de 2011 en Utøya, en Noruega, en la que Anders Behring Breivik asesinó a 86 personas en un campamento juvenil, se considera aceleracionista.

Reinares cree que puede haber “un cambio de enfoque” similar al que se está produciendo en otros países europeos. “El caso es que hasta ahora ha habido conductas que han sido tratadas judicialmente como terrorismo cuando las lleva a cabo un yihadista pero no reciben la misma calificación cuando las protagoniza un neonazi”, valora.

Las actividades neonazis se han extendido por el territorio nacional, en parte irradiadas desde un foco en Barcelona, que en las dos últimas décadas ha hecho que en Cataluña se concentre una porción muy considerable. “Se desenvuelven mucho más en grupos que al modo de los actores solitarios, aunque estos supongan la principal amenaza del terrorismo de extrema derecha en otros países occidentales”, añade. Aunque predominan los jóvenes, es frecuente la presencia de menores y no tan inusual la de adultos de mediana edad, como el caso de Castellón. En estos casos, según Reinares, se trata de personas que a menudo han estado inmersos en otras formaciones de extrema derecha.

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Sobre la firma

Juana Viúdez
Es redactora de la sección de España, donde realiza labores de redacción y edición. Ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en EL PAÍS. Antes trabajó en el diario Málaga Hoy y en Cadena Ser. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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