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La gestión de Ferraz del ‘caso Salazar’ le abre un frente interno inesperado a Sánchez

El último episodio sobre otro de los hombres fuertes del presidente le estalla al partido en el inicio de la campaña de las elecciones extremeñas

José Marcos

El PSOE llega al inicio de la campaña de las elecciones extremeñas muy lejos de su mejor momento y enlazando una sucesión de crisis cuyos protagonistas son los pesos pesados de los que Pedro Sánchez se rodeó en su regreso a Ferraz en las primarias de 2017. Un último episodio ha aturdido todavía más al partido: la gestión que ha hecho de las denuncias por acoso sexual contra Francisco Salazar, otro puntal del presidente, como lo fueron José Luis Ábalos y Santos Cerdán. Las denuncias fueron presentadas en julio por dos trabajadoras con carnet de militante del complejo de La Moncloa, pero la formación que se define como feminista en sus estatutos y tiene en las mujeres a su electorado principal no le dio ninguna prioridad a su resolución. Adriana Lastra, la mujer más poderosa en el PSOE de aquella etapa y sin la que no se podría explicar la trayectoria de Sánchez, ha sido el altavoz que ha expresado la indignación que reconcome al PSOE instando a llevar a la fiscalía las denuncias contra Salazar al ser “violencia contra las mujeres”. La noche anterior la dirección del PSOE no logró apaciguar el enojo en el partido según se constató en una reunión telemática convocada de urgencias con las responsables de Igualdad.

El arranque del curso político había sido esperanzador para los socialistas gracias a los bandazos de Alberto Núñez Feijóo con el aborto y la masacre de Gaza. “Es un flotador, y los flotadores se pinchan en algún momento y se quedan sin aire”, advertía un barón autonómico en aquellas semanas. Como se temía, septiembre quedó atrás y el otoño judicial que los socialistas profetizaban para el PP en julio, cuando la sucesión de escándalos protagonizados por los dos últimos secretarios de Organización les llevó al borde del abismo, no solo no se ha producido sino que se ha convertido en una sucesión de crisis para Ferraz y La Moncloa.

La entrada en prisión del exministro de Transportes y su antiguo asesor, condimentada con sus amenazas al Gobierno sin aportar ninguna prueba, ya era una “losa muy pesada” para el PSOE, según un líder territorial de una de las federaciones más potentes. La candidatura de Miguel Ángel Gallardo a la Junta de Extremadura, que ya tenía que sobrellevar además la situación inédita de un aspirante procesado por haber enchufado supuestamente al hermano del presidente del Gobierno en la Diputación del Gobierno, se ha encontrado con otra bomba de efecto retardado. Lo que nadie contemplaba es que la inacción de Ferraz en el caso Salazar le abriese un frente inesperado al PSOE. Y menos aún que reventase a las puertas de unas elecciones en las que según todos los sondeos el PSOE firmará su peor resultado en uno de sus antiguos bastiones.

La dirección del PSOE guarda silencio sobre cuál será el paso que dará y acudirá a la fiscalía como demanda la federación asturiana, precisamente una de las cuatro comunidades que preside. Fuentes de Ferraz explican que la comisión contra el acoso “está trabajando para realizar el informe” y que esté listo lo antes posible. El argumento a la falta de explicaciones es que el equipo antiacoso es un órgano independiente dentro del partido. El área de Organización tampoco emite señales ni ha hablado con las direcciones de varias federaciones consultadas.

En este contexto, Sánchez no hizo ninguna alusión en su mitin de arranque de campaña con Gallardo en Plasencia (Cáceres) al último incendio que tiene que sofocar el PSOE, pese al zarpazo que el expediente a Salazar ha causado en una reputación ya de por sí dañada por la relación de Ábalos con las mujeres y sus conversaciones denigrantes con García como si fueran ganado. Quien sí apeló al voto femenino fue Blanca Martín, presidenta de la Asamblea de Extremadura: “Claro que las mujeres están con el PSOE. Como siempre, como siempre, no nos dejemos intoxicar de tanta mala noticia y de tan mal rollo. Sabemos lo que somos y lo que defendemos”.

El PSOE se lleva flagelando toda la semana. Pilar Bernabé, la secretaria de Igualdad estatal y delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, ha pedido “perdón” y “disculpas” por la gestión timorata del caso Salazar mientras el malestar interno no amaina. Y mientras cada vez más cuadros miran hacia Rebeca Torró, la tercera secretaria de Organización en la historia del PSOE y con la que Sánchez quiso transmitir el mensaje de que rompía con el pasado incómodo que representaban Ábalos y Cerdán. Pero también Salazar. Dirigentes de las direcciones de varias federaciones creen que la demora en la reacción del PSOE se debe a la “cercanía” que Torró y los dos adjuntos en Organización, Anabel Mateos y Borja Cabezón, mantenían con Salazar.

Las acusaciones de acoso, justo antes del último comité federal del PSOE celebrado en julio, propiciaron la renuncia a ser el tercer adjunto en Organización de quien hasta ese momento había sido una de las piezas claves de Semillas —el cerebro del complejo de La Moncloa— y ex secretario de Análisis y Acción Electoral de la dirección federal. El partido pensaba que había encapsulado la crisis hasta que ha explotado esta semana. Y el malestar se empieza a airear cada vez más tras el shock inicial. “La contundencia debe formar parte de la respuesta cuando se producen hechos de estas características, afecten a quien afecten y en el partido que sea, también en el mío. Por tanto, contundencia, rechazo y reparación”, expresó este jueves la número dos del Ministerio del Interior, Aina Calvo, que antes ejerció como secretaria de Estado de Igualdad.

Como ya hizo en el último comité federal, conminando en la puerta de Ferraz a que Salazar no repitiera en la cúpula del PSOE, Lastra abrió el camino frente a las llamadas a la calma y a la confianza de Ferraz. “La violencia contra las mujeres no es una cuestión del ámbito privado, es un delito público. Y, por lo tanto, lo que le trasladamos ayer [este miércoles] a la Ejecutiva federal es que en el momento en que acaben los trabajos del comité antiacoso, que entiendo que están recopilando información, lo que hay que hacer es de manera inmediata, entendiendo que estamos hablando de violencia contra las mujeres, ponerlo en conocimiento de fiscalía”, reclamó Lastra en un acto en Asturias. Sus palabras tuvieron un impacto extra: este mismo jueves la Fiscalía de Málaga ha abierto diligencias por un presunto caso de acoso sexual contra el secretario general de Torremolinos, Antonio Navarro. La dirección provincial solicitó a la ejecutiva federal su suspensión cautelar como militante.

Con el partido impactado por la sucesión de casos de machismo, Bernabé aseguró en Valencia que el PSOE “ha detectado el problema y puesto la solución” en el caso específico de Salazar y que la Comisión Antiacoso del partido trabaja “para abordar esta cuestión con la máxima empatía y sensibilidad”. “Vamos a mejorar todos los mecanismos”, se comprometió Bernabé, que del caso Salazar recalcó “que se va a intentar resolver de la manera más rápida posible, con una comisión de personas expertas, sensibles y adecuadas para abordar esta cuestión con la máxima empatía y sensibilidad”. Andrea Fernández, portavoz en el Congreso, exigió “que quede muy claro negro sobre blanco lo que ha pasado y sobre todo que se proteja a las víctimas”. “Quiero que todas las víctimas sepan que somos muchas las que estamos aquí para ellas”, fue el mensaje en que Fernández hizo hincapié en conversación con este diario.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.
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