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Sánchez vende en Colombia un mundo alternativo al de Trump

En una cumbre deslucida, presiona a favor del acuerdo UE-Mercosur y pide que una latinoamericana sea la próxima secretaria general de la ONU

Pedro Sánchez, a su llegada este domingo a la cumbre Celac-UE en Santa Marta (Colombia). Luisa Gonzalez (REUTERS)Vídeo: EFE
Carlos E. Cué

Casi nadie quiere pelearse directamente con Donald Trump en Santa Marta, Colombia, a 3.000 kilómetros de las costas de EE UU y muy cerca de la frontera con Venezuela, el país en el que el líder del ejército más poderoso del planeta amenaza con intervenir militarmente para acabar con el régimen de Nicolás Maduro. Nadie habla de él a las claras, y las sonoras ausencias latinoamericanas y europeas en la cumbre UE-CELAC (Comunidad de estados latinoamericanos y del Caribe) son una manera también de no chocar con él.

Pero en realidad, Trump está presente en todos los debates, y sus ataques a barcos venezolanos, asesinando a los tripulantes con la excusa de que portaban drogas, y el traslado de un portaaviones a las costas cercanas a Venezuela, tienen un gran protagonismo en el ambiente de la cumbre. Y en ese contexto, el presidente español, Pedro Sánchez, uno de los protagonistas de la cumbre con el brasileño Lula, se ha ofrecido en Colombia como un líder anti Trump que defiende un mundo multilateral, de colaboración y acuerdos completamente diferente al del ultraderechista estadounidense.

Sánchez y Lula, apoyados por otros presidentes progresistas latinoamericanos como el chileno Gabriel Boric o el uruguayo Yamandú Orsi, y algo menos por el propio colombiano Gustavo Petro, que atraviesa horas bajas, están intentando buscar alianzas tanto en América como en Europa frente a Trump y su visión imperial de un mundo dominado por las relaciones bilaterales entre él y algunos presidentes y por la imposición de sus decisiones por la fuerza de su economía o de su ejército, ambos los más poderosos del mundo. En su intervención en la cumbre, Sánchez llenó así su discurso de referencias a ese mundo multilateral basado en reglas frente al mundo de la imposición de Trump. “Ninguna nación puede afrontar sola desafíos globales”, señaló Sánchez.

El líder del PSOE reivindica que hace dos años, bajo presidencia española de la UE, logró revitalizar este foro con una reunión en Bruselas a la que acudieron prácticamente todos los presidentes relevantes latinoamericanos y europeos. Ahora el colombiano Petro ha tenido mucho menos éxito de convocatoria, pero Sánchez cree que hay que mantener este tipo de estructuras multilaterales precisamente para sostener un mundo alternativo al de Trump.

Sánchez se ha movido para intentar que la cumbre no fracasara y él mismo ha hecho un gran esfuerzo para llegar a Santa Marta de Belém ―ha tenido que usar dos aviones distintos porque no podía aterrizar el grande en el aeropuerto de esta ciudad caribeña― y también han acudido allí otras dirigentes españolas de alto nivel como la vicepresidenta de la Comisión, Teresa Ribera -no ha acudido la presidenta, Úrsula von der Leyen- y la presidenta del BEI y ex ministra de Economía Nadia Calviño.

Sánchez intenta así mantener fuerte el vínculo entre la UE y Latinoamérica en un momento en el que Trump intenta recuperar peso en este continente desplazando a los europeos y a los chinos sobre todo a través de los nuevos líderes de la ultraderecha latinoamericana.

“Si hace dos años la cumbre UE-CELAC fue una prioridad política, hoy es un imperativo geoestratégico. Porque los desafíos que enfrentamos —la vulneración del derecho internacional en Gaza o Ucrania, los ataques al libre comercio, el debilitamiento de la gobernanza global— nos afectan a todos”, explicó Sánchez.

“El mundo ha cambiado mucho desde nuestra última cumbre en Bruselas. Y en un mundo tan cambiante, esta alianza ofrece algo esencial: confianza. Una relación basada en principios, respeto mutuo y visión compartida. Europa y América Latina pueden y deben ser un faro de estabilidad, prosperidad y apertura en este tiempo incierto y lleno de riesgos”, insistió el presidente español.

Sánchez recibió un aplauso cuando propuso que la próxima secretaria general de la ONU debería ser una mujer y latinoamericana. Una de las que más suenan es Rebeca Grynspan, ex secretaria general de la secretaria general iberoamericana, pero también Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile, o Susana Malcorra, ex canciller argentina durante la presidencia de Mauricio Macri.

El presidente español también ha utilizado el foro para meter presión a favor de la ratificación definitiva del acuerdo UE-Mercosur, que España confía en lograr antes de que acabe el año, alrededor del 20 de diciembre, cuando es la próxima cumbre de este grupo de países del sur del continente americano.

Francia sigue ofreciendo resistencias y Emmanuel Macron no estaba en la cumbre UE-CELAC, un gesto claro de distancia, pero sí en México, donde ha tratado de reforzar la relación bilateral. La UE también está trabajando para reforzar sus lazos con México de nuevo en una alternativa al mundo de Trump de la que Sánchez es un abanderado. Pese a las resistencias de Francia, Sánchez está convencido de que habrá ratificación a finales de año, según fuentes de La Moncloa.

“Europa sigue siendo el primer inversor en América Latina, con España a la cabeza”, reivindicó Sánchez frente a ese avance de EE UU y China en el continente. “Mi país es, además, uno de los mayores contribuyentes a la Agenda Global Gateway. De los 9.400 millones de euros que, hace dos años, comprometimos contribuir hasta 2027, ya hemos movilizado 5.300 para operaciones en la región y proyectos de conectividad, transición verde y digital, salud, e infraestructuras sostenibles. Desde los satélites de Hispasat en Centroamérica hasta la interconexión eléctrica entre Chile y Perú, esta cooperación crea un futuro compartido”, insistió.

Sánchez aprovechó además para hacer una nueva reivindicación del discurso en positivo de la inmigración, precisamente en Colombia, donde la cuestión es muy sensible por las deportaciones que está llevando a cabo Trump, enfrentado de manera muy agresiva a Petro. “La Unión Europea y América Latina son mucho más que socios: somos familias entrelazadas. Millones de latinoamericanos y caribeños contribuyen hoy al progreso de España, del mismo modo que América Latina acogió a miles de europeos en busca de esperanza durante el siglo XX. Nuestra historia común es un puente que sigue creciendo sobre los mejores pilares posibles: nuestra gente”, remató Sánchez.

El presidente español consolida así su línea de discurso anti Trump, aunque evita el choque directo con él y nunca lo menciona. Para Sánchez, como señalaba en la entrevista en EL PAÍS este domingo, la gran batalla política de los próximos años es esta, entre los que apuestan por el multilateralismo y por la ciencia, y por tanto por el combate contra el cambio climático, frente a Trump y sus aliados, que abandonan los foros multilaterales y apuestan por hacer la batalla por su cuenta y por la ley del más fuerte.

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Sobre la firma

Carlos E. Cué
Es corresponsal político de EL PAÍS, encargado de la información del Gobierno y de los viajes del presidente. Antes fue corresponsal en Buenos Aires y está especializado en información política, siguiendo a distintos gobiernos y a varios partidos. Ex alumno del Liceo Italiano de Madrid, se licenció en Economía y cursó el máster de EL PAÍS.
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