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PP y Vox negocian el sustituto de Mazón con los menores migrantes como principal escollo

Génova se desvincula de las conversaciones, que han arrancado de forma discreta. El partido de Abascal ha pedido a los populares que designen ya a su candidato

Las negociaciones entre PP y Vox para elegir al sustituto de Carlos Mazón al frente de la Generalitat Valenciana han arrancado ya de manera muy discreta, con un primer encuentro celebrado este viernes. Ambas formaciones están de acuerdo en evitar encuentros públicos e imágenes que puedan hacer encallar el acuerdo. Génova se ha desvinculado de las conversaciones, que pilota el PP valenciano con la dirección nacional de Vox, pero la cúpula de Alberto Núñez Feijóo sí pretende supervisar el resultado. El principal escollo es la política sobre los menores migrantes, según fuentes conocedoras de las conversaciones, ya que el partido de Santiago Abascal está aumentando su exigencia en este punto. A última hora de la tarde de ayer, Vox difundió un breve comunicado en el que insta a los populares a que decidan ya quién va a ser su candidato a la presidencia de la Generalitat para acordar con él directamente las políticas, en una forma de presión al PP y de imponerle sus condiciones, ya que los populares habían optado por no definir al sucesor de Mazón en esta primera fase.

Aunque ninguno de los dos partidos informó de dónde ni cómo se había celebrado el “primer contacto” este viernes, el partido de Abascal hizo público un breve comunicado en el que celebró que en esa primera reunión había podido constatar “buena voluntad de negociación”. Pero a continuación, los ultras reclamaron al PP que ponga ya un nombre sobre la mesa, y que el elegido negocie directamente con Vox. El partido reclamó al PP que defina “quién va a ser su nuevo candidato a la [Presidencia de la] Generalitat valenciana para, una vez designado, poder acordar con él su disposición a acordar políticas que permitan continuar con la reconstrucción de la Comunidad Valenciana y su defensa frente a las políticas destructivas de Pedro Sánchez”.

Además de esta primera exigencia de Vox, la clave está en las políticas que los ultras piden al PP que asuma. Fuentes de la negociación insisten en que más allá de la reclamación expresa de Vox al PP de un rechazo frontal al Plan del Pacto Verde Europeo, el escollo estaría ahora mismo en los menores no acompañados, donde el partido de Abascal está siendo muy duro.

El secretario general de Vox, que dirige el equipo negociador de los ultras, Ignacio Garriga, ha avisado que su partido mantendrá una “actitud más firme y exigente” que en anteriores negociaciones con el PP.

En el equipo de Vox para las conversaciones participa también Montserrat Lluis, que recientemente fue ascendida al cargo de secretaria general adjunta del partido. La elección de estos interlocutores evidencia la importancia que Vox atribuye a la negociación del futuro presidente de la Comunidad Valenciana, que Abascal ha convertido en campo de pruebas de la nueva generación de pactos a los que aspira a llegar con el PP. Tras los acuerdos que siguieron a las elecciones autonómicas de mayo de 2023, en los que Vox primó la entrada en gobiernos de coalición, ahora su estrategia pasa por condicionar desde fuera a los ejecutivos del PP, imponiéndoles sus políticas.

Por el PP, forman parte de las conversaciones la vicepresidenta primera, Susana Camarero, y el consejero de Transportes, Vicente Martínez-Mus, que acaba de asumir esta semana también la vicepresidencia de la reconstrucción de la dana tras la marcha del militar Francisco José Gan Pampols. El PP no tiene a ningún dirigente nacional en la mesa, pero Génova hará seguimiento, con el propósito de asegurarse de que lo pactado no interfiera en las siguientes convocatorias electorales, sobre todo en Extremadura, que va a las urnas el 21 de diciembre.

Otra de las claves de la negociación es la buena relación entre Mazón y el líder de Vox, que ayuda al entendimiento. Mazón lo llamó para anticiparle su decisión de dimitir y Abascal no ha ocultado su enojo con Feijóo, por haberlo dejado caer. Incluso le acusó de haber entregado “un chivo expiatorio a Pedro Sánchez”, a quien Abascal considera “el gran culpable de la tragedia de la dana”.

A esto hay que sumar el ecosistema político propio de la Generalitat Valenciana. Al contrario que en otras autonomías, donde los populares han cogobernado con Vox, en Valencia se han aprobado Presupuestos y la relación entre ambas formaciones han sido positivas.

El nombre del futuro presidente

El PP valenciano trata de desatascar la dimisión de Mazón sin hablar de nombres concretos, algo que no comparte Vox. El propósito, si finalmente se firma el pacto entre ambas formaciones para evitar las elecciones en unos meses, es el de elegir un presidente transitorio, que aguantaría hasta los comicios de 2027 y, sobre todo, hasta el próximo congreso regional del PP valenciano, para el que todavía no hay una fecha.

La idea es que el presidente transitorio sea Juanfran Pérez Llorca, el actual secretario general de los populares valencianos y mano derecha de Mazón. La jueza de la dana le ha citado para que declare en calidad de testigo el 21 de noviembre a las 9.30 horas, es decir, dos días después de que finalice el plazo, el 19 de noviembre, para que el PP registre el candidato a la presidencia de la Generalitat.

La clave del sucesor es que en la Comunidad Valenciana, como en otros territorios, solo puede ser elegido presidente autonómico un diputado de las Cortes Valencianas. Y ningún miembro del Gobierno de Mazón lo es. Por eso, todas las miradas se centran en Pérez Llorca, sobre todo porque la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, que también es diputada, se ha retirado de la carrera sucesoria para la presidencia interina, aunque cosa diferente sería si se tratara de una candidatura a las elecciones.

“Yo quiero ser alcaldesa muchos años, tantos años como quieran los valencianos”, insistió este jueves la regidora, que lograba un acuerdo con Vox para aprobar los presupuestos del Ayuntamiento de Valencia para 2026. Catalá desvinculó el éxito de su negociación de la de la Comunidad Valenciana, pero sí confió en que ambos partidos lleven a cabo unas conversaciones “ágiles y leales” en la Generalitat.

Génova también rema en favor de un acuerdo que pretende que sea rápido para interferir lo menos posible en el próximo ciclo electoral. Feijóo y Abascal hablaron el pasado martes, y la conversación que mantuvieron “con buen tono” elevó las expectativas de Génova de que sea posible alcanzar un acuerdo. Pero los populares son conscientes de que Vox tiene la sartén por el mango. El jueves por la noche, Abascal y Feijóo coincidieron en el acto de aniversario de OKDiario en Madrid. El líder de la extrema derecha avisó ante los micrófonos al del PP de que jugaba a una “lotería muy peligrosa” con sus cambios de actitud hacia Vox. En el evento, según fuentes de Génova, no hablaron.

El PP aguarda con incertidumbre el desarrollo de las conversaciones, mientras Feijóo afronta un nuevo proceso de posible desgaste por buscar un pacto con los ultras. Desde la cumbre del clima que se celebra en Belém, en la Amazonia, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presionó al líder del PP para que permita elecciones en la Comunidad Valenciana tras la dimisión de Mazón con el propósito de “romper la mayoría negacionista” de PP y Vox. Feijóo replicó pidiendo un cambio de Gobierno, con el argumento de que ”si no puede resolver los problemas de los ciudadanos y si su presidente está rodeado por sumarios de corrupción, hay que cambiar al Gobierno y hay que cambiar al presidente". La negociación valenciana avanza bajo los focos en la antesala de un ciclo electoral en el que los dos grandes partidos se la juegan.

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