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El apoyo de Sánchez a las protestas por Gaza en La Vuelta desata una batalla política

El Gobierno se coloca del lado de los manifestantes, que cree que tienen apoyo también en sectores conservadores, mientras Feijóo hace equilibrios

Pedro Sánchez, este domingo en un acto en Málaga.
Carlos E. Cué

El inédito parón de la vuelta ciclista, una noticia de repercusión internacional que ha mostrado la fuerza de las protestas en España contra la masacre en Gaza, profundiza la distancia entre los dos grandes bloques de la política española. Las posiciones están muy claras. El Gobierno de PSOE y Sumar, y de forma muy inusual también el presidente, Pedro Sánchez, han optado por colocarse de forma nítida del lado de los manifestantes que lograron detener La Vuelta para protestar por la presencia del equipo Israel, financiado por un empresario muy cercano a Benjamín Netanyahu. El PP carga contra el jefe del Ejecutivo por esta posición y le llama “hooligan”, pero a la vez hace equilibrios para no quedar completamente del lado del primer ministro israelí y sus ataques indiscriminados sobre la población civil gazatí, que ya han dejado más de 65.000 muertos, buena parte de ellos niños.

Desde que este lunes Sánchez optara por hablar abiertamente de “genocidio” y endureciera su posición frente Netanyahu, con crisis diplomática incluida, Gaza se ha convertido en un asunto decisivo de la política nacional, en la que las posiciones están muy enfrentadas, pero el PP parece tener algunas dudas porque tampoco quiere quedar del lado de Netanyahu, que ha apostado por una nueva ofensiva en la ciudad de Gaza de consecuencias imprevisibles y ha apostado incluso por bombardear en Qatar a los negociadores de una posible tregua.

La posición del presidente a favor de los manifestantes desató las críticas no solo de la oposición, también de sindicatos policiales, que acusan al Gobierno de “atar de pies y manos a los policías” y no permitirles que hicieran un despliegue mayor y más duro para impedir que se parara la vuelta. También le llovieron críticas del Gobierno israelí. Su ministro de Exteriores, Gideon Saar, culpó a Sánchez de “incitar” a las “multitudes propalestinas”.

En el PSOE y en Sumar, por el contrario, están absolutamente convencidos de que su posición, que es la de los manifestantes ―más de 100.000 según la Delegación del Gobierno―, es la que respalda la gran mayoría de la sociedad española y tiene también una gran simpatía internacional.

España, explican fuentes del Ejecutivo, se ha convertido en un referente europeo de una posición de apoyo a Palestina que cada vez tiene más respaldo, como se vio esta semana en la ONU en la que 142 países respaldaron la solución de los dos estados y solo 10 la rechazaron, entre ellos EE UU, Israel, Argentina o Hungría, todos con gobiernos ultraderechistas.

Sánchez mostró desde Málaga su apoyo y “admiración” a los manifestantes en Madrid, poco antes de que se cancelara el final de la Vuelta. “España brilla como ejemplo y con orgullo. Da un paso al frente en la defensa de los derechos humanos. Nos ponemos de acuerdo en una causa justa, como son los derechos humanos. ¡Viva el pueblo español!”, recalcó. Yolanda Díaz fue en la misma línea: “Todo nuestro apoyo a las movilizaciones por el pueblo palestino durante la vuelta ciclista. Nuestra ciudadanía es un ejemplo de dignidad”.

En el Gobierno están convencidos de que esta posición de Sánchez y Díaz, por mucho que pueda parecer llamativa o tal vez arriesgada en un gobernante, y, por tanto, en el máximo responsable de la policía, es la que conecta con la mayoría de la sociedad, que simpatiza con la protesta en Madrid para parar la vuelta como gesto para exigir el fin del “genocidio” en Palestina, tal como ha pasado a llamarlo Sánchez y con él todos los ministros socialistas ―los de Sumar ya lo hacían― desde esta semana.

Fuentes del Ejecutivo se muestran convencidas de que esta manifestación pacífica para detener la vuelta tiene apoyo incluso entre sectores conservadores que también están indignados con las imágenes de niños muertos, escuelas bombardeadas, hospitales incendiados que ven a diario en los informativos. Y como prueba muestran la propia reacción de Alberto Núñez Feijóo, que trató de moverse entre dos aguas: por un lado, criticó a los manifestantes por parar la vuelta y a Sánchez por apoyarles, pero por otro lo hizo con Netanyahu aunque de manera suave.

“El Gobierno ha permitido e inducido la no finalización de La Vuelta y de este modo, un ridículo internacional televisado en todo el mundo”, dijo Feijóo. “Yo no apoyo a Hamás. Tampoco quiero sus aplausos. Tampoco comparto la respuesta que está dando el Gobierno de Israel a los atentados terroristas que han padecido. El secuestro y asesinato de israelíes inocentes no se puede contestar con más pérdidas civiles de personas de origen palestino”, remató el líder del PP. Esta posición, de tratar de estar “entre dos aguas”, según lo definen en el Ejecutivo, es para distintos miembros del Gobierno consultados una prueba de la “incomodidad” de Feijóo con este asunto, en el que se niega a apoyar al Gobierno, pero tampoco puede estar con Netanyahu, un personaje cada vez más detestado en España.

La portavoz del Gobierno y ministra de Deportes, Pilar Alegría, se lanzó en tromba contra Feijóo: “Al genocidio lo llama ‘respuesta del Gobierno de Israel” y al asesinato de más de 65.000 personas lo define “pérdidas civiles de personas de origen palestino. Esta carta indigna le perseguirá de por vida”, aseguró en las redes sociales. La ministra no hizo ninguna mención a La Vuelta.

El Gobierno cree que es mucho más relevante el mensaje político de presión a Israel que se manda con las manifestaciones que pararon La Vuelta que el hecho de que se haya interrumpido la competición solo en el último tramo, no especialmente relevante desde el punto de vista deportivo, porque estaba todo resuelto desde el día anterior. El Ejecutivo entiende que es un coste que vale la pena y no comparte para nada la visión del PP de que ha sido un “ridículo internacional” porque insiste en que hay millones de personas en todo el planeta que rechazan la masacre en Gaza y, por tanto, no quieren que Israel participe en Eurovisión o en La Vuelta con un equipo que lleva su nombre.

Otros dirigentes del PP, como Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de Madrid, fueron más directos contra Sánchez sin matices ni críticas a los ataques israelíes. “El mensaje que ha mandado el presidente, lanzando fuego contra esta situación, es intolerable”, dijo Ayuso. “Claro que hay que protestar libremente cuando uno considera, pero hay muchos sitios para hacerlo, no coaccionar a los deportistas”. El alcalde, también del PP, José Luis Martínez Almeida, fue muy directo contra los manifestantes. “La violencia ha vencido al deporte y hago responsable al presidente del Gobierno. Madrid se ha desbordado de violencia. Han conseguido reventar la última etapa de la Vuelta y dar una imagen bochornosa de nuestro país”, aseguró.

La portavoz del PP, Ester Muñoz, de la dirección de Feijóo, cargó también contra Sánchez. “Cuando el primer hooligan del país es el presidente, pasan estas cosas. A él Gaza le importa lo mismo que las mujeres prostituidas. Nada. Solo ve rentabilidad política”, sentenció. Por el contrario, desde el Gobierno, con respeto a los deportistas y siempre que todo se haga sin riesgo para ellos, como creen que finalmente sucedió, trasladan una evidente satisfacción por el resultado y la imagen que traslada este hito especialmente de los jóvenes españoles, ya que los manifestantes lo eran en su mayoría.

En un momento en el que Vox se está convirtiendo en el primer partido de los votantes más jóvenes, según las encuestas, para el Ejecutivo es una buena noticia que haya una movilización tan potente en España capaz de parar la Vuelta por una causa como la de intentar frenar la masacre en Palestina. “Es increíble ver al pueblo español solidarizarse con una causa tan justa, siempre desde el respeto a los deportistas. Quizá ya sea hora de que la comunidad internacional haga en el deporte con Israel, lo mismo que con Rusia”, señalan desde la Moncloa. En el Gobierno creen que las instituciones del ciclismo se equivocaron al dejar que el equipo Israel corriera la vuelta en un momento tan delicado en Gaza. Y confían en que Madrid sirva de lección para que se lo piensen en la próxima competición.

Tenga o no esas consecuencias internacionales, lo que ya parece seguro después del hito de Madrid es que Gaza va a ser un asunto decisivo en la política española en los próximos meses. Sánchez tiene clarísima su posición y está decidido a ir hasta el final. El PP parece más dudoso, pero este ambiente político le obligará a definirse cada vez con más claridad.

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Sobre la firma

Carlos E. Cué
Es corresponsal político de EL PAÍS, encargado de la información del Gobierno y de los viajes del presidente. Antes fue corresponsal en Buenos Aires y está especializado en información política, siguiendo a distintos gobiernos y a varios partidos. Ex alumno del Liceo Italiano de Madrid, se licenció en Economía y cursó el máster de EL PAÍS.
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