Un nuevo fallecido en la costa de Ceuta eleva a 21 las muertes relacionadas con la migración
El cuerpo, vestido con un neopreno y aletas, ha sido localizado en la orilla de una playa muy alejada de la frontera del Tarajal


Los agentes de la Guardia Civil han recuperado este miércoles por la mañana el cadáver de un varón en la costa de Ceuta. El fallecido, vestido con aletas azules y un neopreno, se encontraba en la orilla de la playa del Desnarigado, en el entorno del monte Hacho, frente al Peñón de Gibraltar. A esta zona, muy alejada de la frontera, llegan los jóvenes que deciden tomar la ruta más larga y peligrosa cuando se lanzan al mar desde Marruecos. Los nadadores tienen que abrirse mar adentro y si no llegan a la orilla se arriesgan a que la corriente los lleve al Estrecho, explican fuentes conocedoras de estos trayectos. Con este fallecimiento ya se han contabilizado 21 muertes este año ligadas a los intentos por llegar a territorio ceutí a través del mar. En lo que va de agosto se han registrado cuatro casos.
La ciudad autónoma sigue recibiendo este verano una fuerte presión migratoria, que se incrementa especialmente en las noches con fuerte niebla. El pasado viernes, por ejemplo, la Guardia Civil y las autoridades marroquíes colaboraron para contener unas 300 personas que intentaban cruzar a través del mar, según coinciden fuentes consultadas. Desde entonces, la presión se ha atenuado, coincidiendo con el cambio de viento a poniente. Esta tranquilidad meteorológica, que permite divisar la costa con mayor nitidez, ha venido acompañada del hallazgo del joven este miércoles por parte de miembros de la Guardia Civil. El cuerpo del chico, de rasgos magrebíes, ha sido recogido por miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS). El fallecido llevaba atado a los hombros un par de zapatos.

“Es posible que lleve documentación y teléfono móvil”, contempla una fuente policial, aunque esta información no se conocerá hasta que no se practique la autopsia, prevista para mañana jueves por la mañana. El lunes, los agentes de la Guardia Civil encontraron el cuerpo de otro varón a 500 metros de la playa de Juan XXIII.
Los trayectos a nado que habitualmente realizan los migrantes, que se ayudan con aletas, flotadores y trajes de neopreno, van de los tres a ocho kilómetros en función de los tres puntos de entrada y salida más comunes. Desde que se cerró la frontera por la pandemia comenzaron las llegadas a nado a través de las dos zonas fronterizas, (por la bahía sur, en la zona de la frontera del Tarajal, y donde está la Aduana; y en la parte norte, en el límite con el núcleo ceutí de Benzú).
En las últimas semanas, también se han detectado al menos dos casos de llegadas irregulares de migrantes en motos de agua, que alquilan en Marruecos y sus ocupantes dejan embarrancadas al llegar a la costa ceutí. Se trata, según fuentes de la Guardia Civil, de una nueva forma de proceder después de que en años anteriores se haya actuado con mucha contundencia contra el uso de estas embarcaciones, que tienen prohibido desde 2023 alejarse más de dos millas del litoral de la ciudad en cualquier dirección y también abandonar aguas jurisdiccionales españolas. Fuentes consultadas estiman que el 80% de las entradas irrgulares de migrantes se produce por el mar, sobre el 20% que lo hace saltando la valla.

La ciudad autónoma pidió ayuda al Gobierno el verano pasado porque no podía gestionar en solitario la llegada de menores migrantes marroquíes, de los que tiene que asumir la tutela. Este año, continúa la saturación de los recursos provisionales que el Gobierno local ha dispuesto para los menores, y el Centro de Internamiento de Migrantes (CETI), que acoge a los solicitantes de asilo, también se encuentra por encima de su capacidad. Los agentes de la Guardia Civil que trabajan en los operativos cada noche, como los destinados en el Servicio Marítimo, dedicados a prestar auxilio a los migrantes y a contener su llegada, en colaboración con las autoridades marroquíes, también acusan el desgaste de un fenómeno que se agudiza en los meses de verano, pero que también se da, y con mayor riesgo para la vida de los migrantes, en los meses de mayor frío.
Entre el 1 de enero y el 15 de agosto han conseguido acceder a Ceuta por vía terrestre, lo que incluye las entradas a nado y los saltos a través de la valla, 1.725 inmigrantes, un 7,2% más que en 2024, según datos del último balance migratorio del Ministerio del Interior. El año pasado se había registrado en estas fechas un aumento del 143%. En los últimos 15 días han logrado entrar en territorio español 269 personas. En julio lo hicieron 474 personas.
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